Tiempo de penitencia y pasión. Por eso, y por la insistencia de Jordi Tarrida, olesà conspicuo y compañero de trabajo a Mortensen, fui a ver la Pasión de Olesa el pasado sábado. La Pasión de Olesa es una obra del 1538 (según el mismo Tarrida), en 3 actas, 57 cuadros y 4 intensas horas.
Inicio de spoilers
Para hacerlo corto, la Pasión narra la historia de un chico de pueblo que de pequeño ayudaba en casa y que de grande encuentra una manera de mejorar el mundo basada en la palabra y el amor al próximo en lugar de la opresión y los varapalos. Dedica sus dos años escasos de vida pública a explicarlo a la gente que finalmente lo reconoce como a su líder. Esto no gusta al rey extranjero que ocupa su país ni a muchos de su propio que ven en la idea de resolver las cosas con la palabra un riesgo por su statu quo. Finalmente es declarado acusado por sedición y por apropiación de bienes, lo persiguen, lo enchironan y el crucifiquen. Finalmente resucita y libera no sólo su pueblo sino toda la humanidad.
Fin de los spoilers
Hacía años que no iba a ver ninguna Pasión, a pesar de que por motivos amateurs en 80 las vi todas; hice de apóstol y de ladrón a la pasión juvenil de Tàrrega y nos trajeron a ver las pasiones de Champions de Olesa, Cervera y Esparreguera. Estar colgado a la cruz es una experiencia.
El que explicamos a los niños sobre Jesús por Nadal o el que sale a La Vida de Brian tiene poco a ver con el que explica Miel Gibson a 'La Pasión de Cristo' o 'La Pasión de Olesa'
Sabía del realismo de las escenas, de cómo funcionan nuestros mecanismos de suspensión voluntaria de la razón cuando asistimos a un espectáculo y de la exageración maniquea de bonos y malos que hacen los relatos novel·lats para que nos identificamos con el protagonista (miráis cualquier James Bond). Es fácil confundir una teatralització de una representación sacra por un relato histórico, especialmente si está muy hecha cómo es el caso de la de Olesa. Aquello del medio es el mensaje aplicado a las pasiones. Por eso fui a la representación con cierta prevención por como una teatralització de un texto bíblico podía influir en un niño de nuevo años.
En casa somos más de ciencia que de religión, más de razón que de fe y más de bibliotecas que no de misas, y es por eso también que conocemos bien nuestra herencia judeo-cristiana y en consecuencia el que representa Jesús. No hemos perdido el oremus! (Digo el que representa Jesús y no quién fue porque no hay bastante fuentes históricas independientes para poderlo saber, la Biblia no es un texto histórico). Para entendernos, el que explicamos a los niños sobre el niño Jesús por Nadal o Jesús que sale a La Vida de Brian tiene poco a ver con el que explica el tradicionalista cristiano Miel Gibson a la película La Pasión de Cristo, que por suerte no es como lo explica la Pasión de Olesa. Es fácil explicar a un niño de nuevo años que la manzana cae en tierra porque la Tierra lo atrae —imagínate que son dos imanes que se atraen— pero es imposible explicarle a la vez que le explicamos que alguien con un poder mágico puede convertir el agua en vino (si puede hacer esto, también puede hacer que la manzana no caiga?)
Di tumbos toda la semana a como explicar a mon hijo aquello que veríamos en positivo; que lo pudiera disfrutar como espectáculo teatral, que pudiera conocer más sobre el mito de Jesús, por qué es importante para tantas personas, pero que a la vez no quedara demasiado impresionado por la escenificación cruenta de mal que unos cuántos desearon a un hombre bueno. Cuando ya pensaba que no me saldría fui a la síntesis de la historia: un pueblo ocupado, un líder que lucha contra el invasor, alguien que le da poderes mágicos, que es perseguido y que siempre hay una cena? Por Toutatis!
Somos en 50 antes de Cristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos... Toda? No! Una aldea norteña habitada por Galos irreducibles rechaza una y otra vez ferozmente el invasor. La vida pues no es nada planera para los legionarios romanos de los pequeños campamentos de Babaòrum, Acuario, Laudànum y Petibònum...
La historia se repite y está escrita. Sort de ir a menudo a la biblioteca.