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El Pato Donald y la discapacidad

01 de Julio de 2019

Es una de las superestrelles de Disney, con más películas que incluso Mickey Mouse, y estos días está celebrando su 85 aniversario. Hablamos del Pato Donald, quién saltó de la tira de cómico en papel a la gran pantalla el 1934 con La gallinita sabía. Y sí, lo denominaremos Pato, por aquello de que Sisa lo invitó a su casa en Qualsevol nit pot sortir el sol como Pato Donald.

Esta ave animada la recordamos como un personaje simpático y gracioso, un buen tipo, un trozo de pan, eterno "perdedor" y enamoradizo que a todos nos ha conmovido y ha formado parte de nuestras vidas, desde el blanco y negro hasta el color. Pues este animal de ficción, todavía tiene mucho que enseñarnos para encarar nuestra realidad.

"El Pato Donald simboliza una persona de difícil encaje con una o varias discapacidades que ciertamente podría ser discriminada"

Si pensamos con algo más de profundidad en el Pato Donald, no deja de ser un protagonista diferente, que habla raro y que no se le entiende, es daltónico, tiene los pies planos y sufre cambios de humor y pataletas constantes... Es decir, en nuestro entorno cotidiano de carne y huesos, no dejaría de ser una persona de difícil encaje con una o varias discapacidades que ciertamente podría ser discriminada.

Aun así, como Donald nos ha conmovido desde niños, sólo nos quedamos con aquello bueno y positivo y no con aquello negativo de este personaje de cómic. Tampoco es azar que este palmípedo con corazón de oro esté rodeado de buenos amigos y de una familia que le aprecia.

Todo esto nos lleva a pensar que esta es la actitud que tendríamos que tener para que no hubiera discriminación por la diferencia y la discapacidad que nos encontramos hoy en día en nuestra sociedad. Hay que quedarse con las cosas positivas y mantener la actitud abierta de los niños para mirar las personas por lo que pueden hacer y no por lo que no pueden hacer. Seguro que este talante de niño todavía lo tenemos dentro de nuestro.

No ha perdido vigencia su relato, un relato que habla de la discapacidad desde un punto de vista diferente. No la visualizamos, puesto que sólo vemos la parte del Pato Donald que lo hace entrañable, aquella que nos transmite su naturaleza bondadosa. Vemos su fondo y no tenemos en cuenta los atributos más evidentes y superficiales. Quizás también sería una buena manera de relacionarnos cuando tratamos con personas.

"Nos tenemos que quedar con la parte de la discapacidad que no tiene que ver con limitaciones, sino con capacidades"

Nos tenemos que quedar con la parte de la discapacidad que no tiene que ver con limitaciones, sino con sus capacidades: todo aquello que nos puede aportar, que puede construir y tiene mucho que decir y enseñarnos. Gracias Pato Donald y… felicidades!