Peajes, malas noticias

13 de Febrero de 2024
Xavier Roig | VIA Empresa

En Europa aún no existe un gobierno federal, como en los Estados Unidos. Allí, el gobierno de Washington tiene un presupuesto para construir carreteras que no dependen de los estados y conectan el país de un extremo a otro. Esto es resultado de un programa iniciado por el presidente Eisenhower (por eso al sistema federal de autopistas se le conoce como el Sistema Interestatal Eisenhower). En cambio, en Europa cada estado miembro construye autopistas y, si desea, las interconecta con el estado vecino o no. Cada estado asume con su presupuesto la construcción y mantenimiento de autopistas. No hay un sistema de autopistas europeo (no hay impuestos europeos); hay sistemas estatales que, a veces, están conectados.

¿Qué sucede cuando las relaciones se vuelven tan fuertes que las carreteras de un estado son utilizadas en gran medida por ciudadanos de otro estado? Pues que la administración del estado correspondiente debe pagar los gastos que esto conlleva en sus infraestructuras. Ejemplo número uno: en verano, las carreteras catalanas son utilizadas más por personas que no viven en Catalunya que por los catalanes. ¿Quién paga el mantenimiento? La Generalitat o el estado español. Ejemplo número dos: cuando un país es de tránsito (está en el medio de varios estados miembros), sus carreteras son mayormente utilizadas por ciudadanos y empresas de los estados circundantes, que solo están de paso. Casos como este: Alemania. Desde la entrada de Polonia en la Unión Europea, el tráfico se ha vuelto enorme. Camiones que van de Polonia a Portugal, Italia, Reino Unido, etc., y viceversa. Al analizar las nuevas inversiones (mantenimiento y nuevas vías porque los vehículos ya no caben), las autoridades alemanas han visto que tenían que hacer frente a un volumen de inversiones desmesurado al que no podían (o no querían) hacer frente (porque no les correspondía). ¿Otro caso? Catalunya. Nosotros somos un país de paso. Tenemos una situación como la de Alemania pero agravada.

"En verano, las carreteras catalanas son utilizadas más por personas que no viven en Catalunya que por los propios catalanes. ¿Quién paga el mantenimiento?"

Resumiendo, dado que no hay un gobierno federal "central" que pague (nuevamente, porque no hay impuestos a nivel europeo), los estados no quieren asumir los gastos causados por ciudadanos y empresas que no liquidan sus impuestos localmente, sino que lo hacen en otro estado miembro. ¿Solución? Imponer peajes. Y eso es lo que ha hecho Alemania, y es lo que el Reino Unido y Austria están estudiando hacer. No se puede pedir más justicia. Con el peaje se envía el mensaje: "Como no pagas impuestos aquí y utilizas los bienes públicos de aquí, paga".

La siguiente cuestión es: entonces, ¿por qué no se hace pagar únicamente peaje en los extranjeros? Buena pregunta. La respuesta está en la legislación de la Unión Europea. No se puede discriminar, en el precio de los productos y servicios, aquellos ciudadanos locales de aquellos que no lo son. Con un ejemplo lo entenderán. Los productos son más caros o más baratos en unos lugares o en otros, pero lo son para todos los que están o pasan por allí. No existen cervezas más baratas para los ciudadanos locales de Baviera. Ni tampoco jamón ibérico más barato por los habitantes de Extremadura. El precio tiene que ser el mismo para todo el mundo. Y las autopistas entran dentro de esta consideración. Posar peajes por solo los extranjeros es ilegal y va en contra del mercado único. Alemania lo preguntó y la Unión Europea se lo prohibió. Por eso ha instaurado peajes para los camiones. Pero para todos: alemanes y extranjeros. Y aquí querría hacer un comentario. Esta rebaja en los peajes que se hace para los ciudadanos de determinadas ciudades o pueblos catalanes, me temo que es ilegal. La Comisión Europea no se mete porque aplica el principio de subsidiariedad (aquel que dice que los estados miembros, mientras no pasen las fronteras, pueden maltratar sus administrados tanto cómo quieran).

 

"Los catalanes deben elegir: o peajes o financiar, con impuestos (únicamente nosotros), carreteras que son utilizadas por otros que no contribuyen (aquí)"

 

O sea, que habría que ir abandonando planteamientos demagógicos y anticuados, porque pertenecer a una Unión Europea cada vez más unida también conlleva servidumbres. Y los catalanes deben elegir: o peajes o financiar, con impuestos (solamente nosotros), carreteras que son utilizadas por otros que no contribuyen (aquí). Otra solución aún no se ha inventado en ninguna parte del mundo. Claro que aquí somos tan creativos... El primer ministro Sánchez ha sacado de la chistera una manera de seguir practicando el populismo. Está trabajando con la Comisión Europea para compensar este incumplimiento. Al parecer, intenta convencerles de que construyendo más trenes no habrá tantos coches en la carretera. Una vez más, "Spain is different", para ir a peor, claro.