El Estado recauda mucho en Cataluña y gasta poco. De acuerdo con cálculos de la Generalitat hechos con métodos consensuados por un grupo plural de expertos, la media del déficit de los últimos años se sitúa alrededor de los 16.000 millones de euros (8% del producto interior sucio). Son más de 43 millones diarios, importe superior al gasto diario de la Generalitat en sanidad, salud y gasto social.
Este artículo trata sólo la parte del déficit provocado por la política de inversiones del Estado. Analizando las inversiones previstas en el presupuesto 2018 podemos comprobar que consolidan el agravio que sufre Cataluña:
• Del total de inversión regionalitzada, Cataluña recibirá 1.349 millones de euros, que representan el 13,3% del total de inversión del Estado.
• De todas maneras, el porcentaje es en realidad mucho más bajo, puesto que en la inversión regionalitzada no se incluyen 4.662 millones de euros que el Estado invertirá básicamente en Madrid (museos estatales, ministerios y conexiones de Madrid con el resto de las comunidades autónomas). Si tenemos en cuenta toda la inversión, el peso de Cataluña en el total de la inversión estatal se reduce hasta el 9,1%.
"El peso de Cataluña en el total de la inversión estatal se reduce hasta el 9,1%"
• Y después buena parte de la inversión presupuestada para Cataluña no se ejecuta. Mientras en otras regiones se ejecuta más del que se presupuesta, en Cataluña el porcentaje de ejecución de los últimos años es de un 60%.
Para poder valorar estos porcentajes podemos recordar que la población catalana representa el 16,2% del total de España y que la contribución catalana al Producto Interior Sucio supera el 19% del total.
Este déficit provoca:
• Que Cataluña tribute por habitante por encima de la media. En los últimos años ha sido la segunda de 15 comunidades autónomas, según los datos de Hacienda.
• En cambio, la financiación catalana recibo del Estado por habitante está por debajo de la mediana (siendo la 14a comunidad autónoma sobre 15 contando el coste de la vida).
"No es justo que Cataluña acabe más pobre que muchas regiones que reciben su solidaridad"
En cualquier país es lógico que las regiones más ricas contribuyan con su solidaridad a mejorar las regiones más pobres, pero el que no es justo es que Cataluña acabe más pobre que muchas regiones que reciben su solidaridad. Esto lo pone de manifiesto el Índice Europeo de Progrès Social, que mide la capacidad de las regiones para cubrir las necesidades básicas de sus ciudadanos:
• Cataluña es la región 58 de la UE en riqueza generada (PIB per cápita).
• Pero pasa a ser la región 165 según la Index de Progreso Social (por la menor inversión y gasto social que llega a Cataluña).
En resumen, en 2018 el déficit de financiación y de inversión estatal seguirá frenando la economía y perjudicando el bienestar de los catalanes.