Barcelona ha dado un paso hacia adelante. Según datos de Acció, más de 1900 startups operan en el territorio. Algunas, incluso, se atreven a posicionarlo como el quinto ecosistema de la UE, por detrás de París o Berlin y se ha empezado a recoger claramente los frutos del trabajo que el tejido emprendedor ha venido haciendo.
Barcelona es el cuarto ecosistema europeo que alberga scaleups, un total de 310 y es la quinta ciudad que acoge más posibles unicornios con 15. En los últimos años, ha estado en la delantera de número de operaciones de inversión con 2100 millones captados desde 2017 hasta 2020. Sin embargo, según datos recogidos por Fundación Bankinter, en 2021 se realizó una inyección de capital de 1.510,9 millones en 144 operaciones con un importante aumento en las rondas de Series A. Este ritmo de crecimiento y aumento de volumen evidencia que hemos entrado en otra fase de madurez.
En comparación, Madrid, este año ha realizado una movilización de capital de más de 2500 millones, en 133 operaciones debido a la llegada de inversión extranjera. Esto no explica un demérito de Barcelona, que ha crecido en cuanto a operaciones respecto a otros años, más bien un mérito propio de Madrid que ha sabido atraer esta inversión.
Barcelona ha desarrollado un modelo sostenido, más cerca de cliente y con más pulmón en las primeras fases antes de dar el salto al capital riesgo
A pesar de que está intensificando de manera pública y privada el volumen de inversiones, Barcelona tiene un trasfondo, quizás cultural, que se acerca más a un modelo sostenido, más cerca de cliente y con más pulmón en las primeras fases antes de dar el salto al capital riesgo. Es decir, un tipo de inversor que se lo piensa más, necesita más datos y toma decisiones más controladas versus otros ecosistemas que tienen más aversión al riesgo.
Por eso, uno es los aspectos que van a ser trascendentales en los próximos años es cómo los diferentes subsistemas de innovación de la ciudad se interrelacionen entre ellos para generar oportunidades mútuas. Es primordial trabajar esta relación entre los mismos agentes del ecosistema, diseñar la fórmula para articular estas relaciones y crear los espacios necesarios de colaboración.
Uno de los grandes problemas históricos de Barcelona es que cada uno ha intentado hacer la guerra por su cuenta. Se debe hablar más de espacios de colaboración y de proyectos conjuntos
Uno de los grandes problemas históricos de Barcelona es que cada uno ha intentado hacer la guerra por su cuenta. Se debe de cortar de raíz si queremos aspirar a algo más. Hablemos más de espacios de colaboración, de accionar y diseñar más proyectos conjuntos y de sumar esfuerzos. Las startups y scaleups han de apoyarse más en grandes corporaciones, deben trabajar más de la mano de la administración con el objetivo de crear más espacios de diálogo para que esto suceda.
No podemos ser ni a corto, ni a medio ni a largo plazo aquello que son otros, porque no queremos y porque no va en nuestro ADN. Ecosistemas como los de Sillicon Valley, Israel o Boston tienen una alta intensidad en capital riesgo y una mayor capacidad de riesgo. Movernos de forma más inteligente será lo que nos puede dar el caballo ganador de la partida, tener un hilo que una a los diferentes actores y les dé cierta constancia en el tiempo. Proyectos como el 22@ son grandes ejemplos.
En los últimos años se han producido dos movimientos paralelos que han sido claves en el crecimiento. El primero es el crecimiento de infraestructuras que permitan emprender y generar nuevas oportunidades por metro cuadrado. Esto implica el incremento y boom de aceleradoras, venture capitals, el interés de universidades por el emprendimiento y la concentración de centros tecnológicos que ha permitido generar más espacios de oportunidades.
Barcelona es la segunda ciudad preferida para emprender. De las más de 1.900 startups, el 17% están fundadas por extranjeros
El segundo movimiento no es tan evidente, pero no podemos pasar por alto. Barcelona es la segunda ciudad preferida por los fundadores para emprender según datos de ACCIÓ. De hecho, de las más de 1900 startups, el 17% tienen fundadores extranjeros y el 26% de los trabajadores también lo son.
Barcelona lo tiene todo en su mano, pero necesitamos saber quién es quién dentro del ecosistema para visibilizar casos, historias y dar paso a los nuevos referentes que necesitamos para crear nuevas olas de emprendimiento, nuevas colaboraciones entre agentes y hacer de nuestro ecosistema una scaleup.
Por todo esto, me place anunciaros que desde VIA Empresa empezamos una relación para visibilizar los principales actores de innovación de Catalunya. Un espacio dedicado a la innovación donde visibilizar proyectos, referentes y actores que pueden hacer de Barcelona el hub referente no del sur, sino de Europa.