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Los pisos de alquiler: un caso como un capazo

30 de Julio de 2024
Xavier Roig VIA Empresa

El vodevil que en los últimos años se ha desplegado en España -con especial saña en Catalunya- respecto al problema de la vivienda dice mucho del estilo de nuestros gobernantes. El problema de la falta de vivienda es universal y ocurre en todas partes. Los inversores compran pisos porque hay mucho dinero almacenado y el sector inmobiliario da pocos quebraderos de cabeza y es seguro. Dicho esto, sin embargo, hay un aspecto en este asunto de la vivienda que hace a nuestros gobernantes únicos en el mundo civilizado: quieren endosar a la población su pereza. Es decir, trasladan a la sociedad civil los problemas que la nula acción de gobierno de los últimos años ha generado.

Empecemos por la vivienda social. Yo siempre había entendido que la construcción de vivienda social era responsabilidad de las autoridades. Siempre ha sido así en todas partes. Se pueden buscar soluciones mixtas o de colaboración público-privada, pero la responsabilidad final recae sobre los hombros públicos. Los ayuntamientos son los organismos perfectos para promover la vivienda social. Hasta hace unos años, eran los ayuntamientos los que promovían pisos, junto con la Generalitat. De protección oficial en unos casos y de alquiler social en otros. Pero hace muchos años que dejaron de hacerlo; y así estamos ahora. ¿Hemos olvidado la Gran Recesión de 2007 y sus consecuencias? Resulta que, de repente, se destapó lo que la población sospechaba.

"Los inversores compran pisos porque hay mucho dinero almacenado y el sector inmobiliario da pocos quebraderos de cabeza y es seguro"

La obra pública servía en buena parte para financiar a los partidos y los bolsillos particulares de demasiados gobernantes municipales. Rotondas a diestro y siniestro, destrucción del municipio a golpe de recalificación, etc. No me lo invento. Revisitad las hemerotecas. Corrupción pura, sobre todo municipal. El caso es que los ayuntamientos no se han dedicado a su trabajo y ahora traspasan las responsabilidades a los particulares con regulaciones estúpidas y sin sentido. De rebote, la mala gobernanza ha afectado a todo el sector y las consecuencias se hacen notar: no hay vivienda de alquiler. Ni social, ni de otro tipo. Pero nuestros brillantes políticos han conseguido que tampoco haya vivienda normal.

Con la habilidad que despliegan nuestros gobernantes -que incluye la censura informativa a base de subvenciones- aprovechan para lanzar mentiras, una tras otra. Si ustedes escuchan la opinión pública, llegarán a la conclusión de que los culpables de todo este desbarajuste son los que han pasado a ser denominados "fondos buitre". Pero miren las cifras del INI. Barcelona tiene 808.751 viviendas y se estima que 75.476 están vacías. Y resulta que el Sindicato de Inquilinos de Barcelona informó que los famosos "fondos buitre" gestionan alrededor de unos 3.000. ¿Se dan cuenta de la operación de distracción?

"Barcelona tiene 808.751 viviendas y se estima que 75.476 están vacías"

Y ahora les explico un caso. Un empresario industrial que conozco bien trasladó la fábrica fuera del área metropolitana. Y para poder financiar la operación, vendió los terrenos que quedaban vacíos. Y los vendió a un inversor inmobiliario que pensaba que en esos terrenos se podrían construir unos 500 pisos de alquiler. Pagó bastantes millones por la operación. Todos estaban muy contentos: el promotor, el ayuntamiento, los vecinos, etc., ya que, como todos sabemos, hace falta vivienda de alquiler. Todos los permisos ya estaban aprobados, etc. Pues bien, ahora el promotor se ha quedado colgado porque ningún banco, ninguno, le quiere financiar la operación. ¿Y saben por qué? Pues porque hay incertidumbre jurídica e incertidumbre política y los bancos no ven claro cómo acabará todo esto. Ya lo ven, a base de mala gobernanza se ha generado un estado tal de imprevisibilidad que impide cualquier operación ligada al alquiler de viviendas en Catalunya -sobre todo en el área de Barcelona.

También les podría hablar de un conocido que ha comprado un piso para alquilar -sin ánimo especulativo- y lo ha hecho en Zaragoza. “¿En Catalunya? ¿Te crees que me he vuelto loco? Y así vamos tirando. No necesitamos que Madrid nos haga ninguna jugada sucia. Nos las arreglamos solos. ¡Cuerpo a tierra que vienen los nuestros!