Siempre supone un problema no conocerse a uno mismo. Entre otras cosas porque cuando esto ocurre se vive a la inopia más avanzada. ¿Qué pasa? Y esto, ¿por qué lo dice aquel? Aquellos de allá, ¿por qué reaccionan cómo lo hacen? ¿Quizás tienen manías? Etc. Esto le pasa a menudo a Catalunya. A España, también. En general es debido a que los que mandan, y los medios de comunicación, no explican la realidad a la población. Unas vences porque la realidad es amarga y resulta indigesta. Otras, por ponerse medallas que no les corresponden.
En relación a la Unión Europea (UE) todos los gobiernos españoles han escondido las ayudas que recibimos. La población, en consecuencia, piensa que el bienestar del que disfruta es fruto del propio esfuerzo, cosa que, en nuestro caso, no es del todo cierto. La prensa se comporta, últimamente, con tics propios de la etapa franquista. Para justificar que aquí las cosas no se hacen lo suficientemente bien se dedica a esparcir el mantra de que, en los otros países europeos, las cosas tampoco van bien. Y esta técnica es nefasta: es falsa, llama al fatalismo y pretende equipararnos con países que no tienen nada que ver con nosotros. Por lo tanto, lo mejor son las cifras.
En el anterior artículo les hablaba de las ayudas con las que, de manera estructural, España va tirando. Estas ayudas, que han ido llegando de la Unión Europea desde la incorporación a la entonces Comunidad Económica Europea, tenían una fecha límite que se situaba alrededor de 2013. La entrada neta de dinero iba disminuyendo gradualmente. Pero he aquí que entonces, ¡pum!, llegó la Gran Recesión del 2007 y nos tuvieron que ayudar otra vez, como siempre. Esto se puede observar en el gráfico siguiente.
Encontrarán la información en EUROSTAT
Se esperaba que, una vez pasada la crisis, España entrara en vías de normalización y se volviera a los planes establecidos de orientar las ayudas comunitarias a otros países más necesidades. ¡Pues no! vino el Covid. Y ya estamos de nuevo.
“España tiene derecho a 140.000 millones, siendo el estado que más dinero tiene asignado per cápita”
Las ayudas por el Covid (conocidos como fondos NextGen y formalmente como Recovery & Resilience Facility, RRF) ascienden en total a 672.500 millones de euros para toda la UE. En préstamos, unos 360.000 millones y en subvenciones (dinero que no se tiene que devolver), 312.500 millones. Los estados miembros ya han pedido la cantidad que desean de cada tipo (préstamos y/o subvenciones). De estos 672.500 millones, España tiene derecho a unos 140.000 millones, siendo el estado que más dinero tiene asignado per cápita. Aun así, España no ha pedido préstamos -supongo que porque no se ve con fuerzas para fijar un plan para devolverlos-. Pero sí ha pedido ya, y se le han aprobado, los millones que le tocan como subvención: 69.500 millones (esto significa el 9,5% del total de los fondos en subvenciones para toda la UE y representa el 5,6% del PIB español). Todo ello resulta mareante. Una cantidad ingente de dinero como nunca se había imaginado nadie.
Pueden encontrar una presentación razonable de toda esta operación aquí.
Estas ayudas a fondo perdido de 69.500 millones llegan según el plan siguiente:
Pueden encontrar el detalle en "Ejecución del Next Generation EU: ¿cómo están actuando los Estados miembros?", publicado por el Parlamento Europeo.
En resumen, entre 2020 y 2021 ha entrado en España dinero por valor de 22.700 millones. Este año entrarán 25.000 más. A final de año habrá entrado un total de 47.700 millones de euros en tan solo los últimos dos años y pico. Estas inyecciones de fondos son las que están propiciando que no haya crisis y que, inexplicablemente, observamos autopistas llenas, carteles pidiendo vendedores en tiendas, camareros, etc. ¿Cómo es posible?, se preguntan muchos. Pues esto. Estos fondos, aunque sean por inversiones en aspectos concretos, liberan recursos de financiación que van a parar al consumo (efecto crowding in). Es muy posible que en los próximos dos o tres años España viva una situación económica inconscientemente buena pese a los desastres estructurales que sufrimos. Y este es el miedo de los frugral (Austria, Dinamarca, Finlandia y Países Bajos) y he aquí sus reticencias totalmente lógicas.
¿Hasta cuándo tiraremos de la rifa? Pues hasta de aquí tres años, aproximadamente. Qué excusa nos vendrá a la cabeza entonces para necesitar más ayudas? Lo ignoro. La imaginación y la oportunidad de España para chupar (extraer) recursos de otros son unas habilidades ancestrales y de posibilidades infinitas.