Durante muchos años el sector artístico ha encontrado serias dificultades para acceder en las fuentes de financiación tradicional. Los bancos y los inversores han centrado su negocio en la financiación de empresas y particulares pensante en el regreso de la inversión y los beneficios económicos que pudieran extraer. Dedo de otro modo, el sector de la financiación tradicional ha tomado las decisiones de inversión basándose en métricas y resultados, pero la creatividad no sabe de cifras o de proyecciones financieras. Invertir en creatividad no garantiza unos beneficios económicos a corto plazo, pero es fundamental para crear un país que mire hacia el futuro. Invertir en creatividad es invertir en innovación, en pasión, en sueños.
El crowdfunding por el sector creativo no es cosa del momento actual. Mozart ya financió en los alrededores del 1873 un concierto en Viena gracias a la financiación participativa. En los últimos años la herramienta se ha democratizado y se encuentra ahora al alcance del gran público gracias a los adelantos tecnológicos y a la llegada de Internet. Cada vez son más los proyectos creativos que encuentran financiación a través del crowdfunding. Según la Universidad de Cambridge, en 2015 en España se recaudaron 9,4 millones de euros a través de la financiación participativa de recompensa . La ventaja de este modelo es que son los propios consumidores de los proyectos creativos los que los financian y los hacen posibles. Las personas que participan en una campaña de micromecenatge no obtienen un regreso en la inversión, sino una recompensa que tiene que ver con el proyecto que tanto los apasiona, ya sea un producto, un servicio o una experiencia.
En la financiación alternativa, ya no manda la lógica. Mandan los sentidos, la pasión y las ganas de contribuir a que un proyecto se haga realidad. Y esto hace que, gracias a él, se puedan financiar películas que no entran a los circuitos comerciales, bandas de músicos emergentes, artistas alternativos, diseños atrevidos o productos innovadores que encara no han sido fabricados.
Además, el crowdfunding permite a los creadores no sólo acceder a financiación, sino involucrar su base de clientes y fans en el desarrollo de un nuevo proyecto. El crowdfunding permite validar una idea y dar a conocer un proyecto entre una gran comunidad de personas. Y qué es la creatividad, sino ideas originales que pueden emocionar su público? La creatividad ha encontrado en el crowdfunding su aliado perfecto.
Prueba de esta sintonía es el acuerdo de colaboración que han firmado la plataforma de talento creativo TheCreativeNet y la plataforma de crowdfunding Ulule con el objetivo de facilitar la financiación de creadores y artistas que necesiten captar fondos por su proyecto y promover, en definitiva, la emprendeduría cultural.
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