Proyectos estratégicos

18 de Febrero de 2022
Act. 09 de Marzo de 2022
Xavier Ferràs

Un emprendedor es aquel que idea proyectos, se compromete emocionalmente con ellos y los ejecuta. Es alguien que promueve el cambio y lo pone en valor. En cualquier campo de la vida, la economía o la sociedad. Se puede ser emprendedor en los mercados, dentro de una empresa privada, en la administración o en cualquier organización. No es lo mismo ser empresario que emprendedor. He visto muchos emprendedores sin capacidades empresariales (personas válidas para arrancar proyectos, pero no para concluirlos o estabilizarlos), y empresarios sin un gramo de emprendimiento (orientados a conservar patrimonios o estructuras preexistentes, sin asumir mayores riesgos). Un amigo me dijo una vez que "quien no tiene proyectos, no tiene vida". Y efectivamente, según Tal Ben Shahar, profesor de Harvard y autor de Happier, la felicidad no existe en sentido estático. Existe en sentido dinámico: se es feliz cuando se está en movimiento, cuando se tiene un proyecto. No en balde, las palabras latinas "emocionar" o "motivar" tienen la misma raíz que "mover". Te motiva y te emociona aquello que te mueve.

Catalunya ha sido tierra de emprendedores y de proyectos. Si hoy tenemos una estructura industrial todavía sólida es porque nuestros tatarabuelos lideraron una primera revolución industrial en los valles fluviales catalanes, viajando hasta el Reino Unido y los Países Bajos para aprender de la tecnología y métodos organizativos de aquellas comarcas. Posteriores generaciones consolidaron nuevas empresas y se atrevieron de nuevo a salir al mundo exportando sus productos. El profesor Solé Parellada (un referente en el estudio de la innovación) explica cómo el excelente sistema científico catalán se crea gracias a líderes emprendedores científicos, que sueñan con proyectos de gran ambición y luchan contra la tradicional inflexibilidad del contexto universitario, en Barcelona y Madrid, para atraer recursos y hacer posibles estos sueños. El Supercomputador Mare Nostrum, hoy una pieza clave en el desarrollo de la industria de semiconductores europea, es obra del empujón emprendedor y científico del profesor Mateo Valero. El sincrotrón Alba debe su existencia a la tenacidad y visión estratégica del profesor Ramon Pascual. El Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), considerado uno de los mejores centros de física de la luz del mundo, es obra de la visión del profesor Lluis Torner, para crear una estructura de investigación alineada con los centros de excelencia globales, a pesar de las restricciones administrativas locales. En el mismo campo, hay que resaltar la figura del profesor Ferran Laguarta, arquetipo del científico-emprendedor, fundador del Centro de Sensores y Sistemas (CD6) de la Universidad Politécnica, centro de dónde han salido una decena de startups existosas, de alta tecnología (Visiometrics, Sensofar, o SnellOptics, entre otros).

He visto muchos emprendedores sin capacidades empresariales y empresarios sin un gramo de emprendimiento

Afortunadamente, me llegan de forma continuada noticias de nuevos grandes proyectes tractores. Proyectos que pueden definir la geografía de la innovación y de la prosperidad los próximos años. El Centro Tecnológico Eurecat está liderando, junto con el Instituto de Investigación en Energía (IREC), el proyecto BATTECH, con el objetivo de crear un ecosistema de investigación e innovación en tecnología de baterías y almacenamiento eléctrico, que apoye a diferentes sectores industriales (con laboratorios de fabricación, reciclaje y ensayo). Me llegan noticias también de TRAMLAB, proyecto de investigación en tecnología eólica marina al Golf de Roses, liderado por el mismo Eurecat y por la empresa Sener. O del Valle del Hidrógeno, coordinado por la Universitat Rovira i Virgili en la zona petroquímica de Tarragona, con el objetivo de desarrollar tecnología de hidrógeno, uno de los vectores energéticos clave para combatir el cambio climático. Mercabarna está desarrollando un ambicioso hub de innovación logística alimentaria. Hace poco conocí la iniciativa del Agroparc del Penedès, liderado por Ametller Origen, un extraordinario ecosistema de producción agrotech, con productos sostenibles en una cadena de economía circular. Un sistema capaz de absorber más CO2 del que genera su actividad (actividad que será gestionada por algoritmos de inteligencia artificial para producir exactamente aquello que se demanda). Para no hablar del DFactory de Zona Franca, ya una realidad impulsada y gestionada por el CZFB y que tiene a Leitat como partner en la incubadora especializada en impresión 3D, sensórica y manufactura avanzada. Catalunya es tierra firme en proyectos estratégicos.

Sur abajo, últimamente me llegan noticias muy positivas de la creación de un gran hub innovador en Málaga alrededor del Parque Tecnológico de esta ciudad. Allá se reúnen ya más de 600 empresas que generan más de 20.000 puestos de trabajo, y no paran de aterrizar nuevas compañías tecnológicas. Google ha anunciado la instalación en Málaga de un centro de investigación en ciberseguridad. Hace pocos días se constituyó la iniciativa RVIN (Ricardo Vall Innovation Network), liderada por AMETIC (asociación de la industria digital española). RVIN pretende seguir la estrella de los famosos centros Fraunhofer alemanes, y ha creado su primer nodo en Málaga, con vocación de participar en la estrategia europea de chips. Conozco bien a los líderes de esta iniciativa y doy fe de su solvencia, conocimiento de la tecnología y ambición para atraer actividades de valor al territorio.

Existen emprendedores, como vemos, en todas partes. Por suerte, vivimos en un país dinámico y de iniciativas constantes. Es muy importante, pero, que todos estos proyectos, auténticos proyectos estratégicos de país, disfruten de la complicidad de las administraciones, y que, especialmente en momentos de hipotética abundancia de recursos europeos por la I+D, estos les lleguen con celeridad. Como he comentado, estos proyectos (y muchos otros) decidirán la geografía de la prosperidad, del trabajo de calidad, y del bienestar en los años que venden.