La incertidumbre ha venido para quedarse, no es pasajera. Forma parte de la nueva agilidad en el pensamiento con el que las personas tendrán que convivir y aprender. Por este nuevo escenario que ya nos ocupa de situaciones imprevisibles que pueden cambiar los planes más meticulosos, encontraremos muchas situaciones, y el Mobile World Congress no es más que un ejemplo de como una situación aparentemente externa y alejada puede alterar cualquier previsión.
Hoy en día se sigue utilizando el acrónimo VUCA para describir el mundo como vulnerable, incierto, complejo y ambiguo. Vamos a ver algunos de los comportamientos que considero importantes de este acrónimo que pueden afectar a la estrategia empresarial, en cuanto a las previsiones y análisis y también en cuanto a los comportamientos de las personas y equipos dentro de las organizaciones.
El miedo paraliza y la acción empodera. La actitud emprendedora permite abrazar el futuro con la mejora continúa desde la misma motivación personal y con espíritu de cooperación con los otros. Muchos son los factores que influyen en la toma de decisiones, y los entornos cambiantes requieren decisiones rápidas y valientes.
"El miedo paraliza y la acción empodera. La actitud emprendedora permite abrazar el futuro con la mejora continúa"
Decidir aquí y ahora en función de los acontecimientos. La incertidumbre producida por las situaciones de cambio requiere un liderazgo y autoconocimiento de uno mismo, para hacer frente a las emociones más básicas que pueden amenazar la autoconfianza. Se tienen que dejar atrás mochilas "emocionales" que no aportan nada y dificultan la movilidad, y empoderar las decisiones con firmeza.
Curiosidad para descubrir respuestas nuevas a los nuevos retos. El hecho de que no haya una respuesta correcta por las situaciones de ambigüedad, si se lidera desde la honestidad y de manera colaborativa se combatirá desde la confianza entre las personas, el sentido de pertenencia, generando emociones y relaciones positivas entre sus miembros y equipos.
Capacidad de adaptación. Cuando el cambio se acelera requiere que las personas tengan adaptabilidad, y esta es puramente una cuestión de percepción, de como las personas son capaces de buscar oportunidades ante los nuevos escenarios a los que se enfrentan. Habrá que reforzar la suya pro actividad y actitud con transparencia, potenciando su agilidad de pensamiento.
Aprender de la incertidumbre es posible aprendiendo a vivir con ilusión y esperando lo que venga estando preparados. Porque los nuevos entornos nos harán más fuertes y vivos a la vez, eso sí saliendo de una zona de confort organizacional más propia del siglo XX y entrando de pleno al siglo XXI, con la agilidad como bandera.