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Reduzcamos la ansiedad en la empresa

18 de Septiembre de 2020

La ansiedad es un estado emocional normal, que se produce como reacción de sentimientos de miedo, temor ante las situaciones inciertas. Cuando afrontamos situaciones particularmente difíciles, cambiantes, la sentimos a flor de piel. En la empresa, y especialmente para el momento que estamos viviendo, tener en algún momento sentimientos de ansiedad son habituales e incluso adaptativos. El reto está en el nivel de control que podemos tener ante este sentimiento.

El hecho de disfrutar de un buen conocimiento de uno mismo nos ayudará a superar las situaciones más complejas, a aprender a motivarnos nosotros mismos y a motivar a los otros. Y es que la motivación viene de dentro, no viene de fuera. Podemos esperar mucho tiempo que algún hecho, situación o persona nos motive, y habremos perdido un tiempo maravilloso, atónico e incluso en algún caso "catatónico". La motivación empieza por uno mismo, en cómo somos capaces de modificar nuestros pensamientos y sentimientos y traducirlos en comportamientos que influyen positivamente en nuestro entorno. Destaco tres aspectos que considero básicos para promover la motivación dentro de la empresa: el propósito, el juego y el potencial.

El propósito es uno de los sentidos más nobles que puede experimentar una persona. Hace palanca en la identidad más personal, en el motor que inspira y moviliza la energía suficiente para conseguir lo más difícil, casi imposible, e imprescindible para personas y equipos de alto rendimiento. Da sentido al trabajo que uno hace, más allá otros aspectos más terrenales como el salario y los incentivos económicos.

El juego también forma parte de nuestra identidad más personal. Todos hemos jugado de pequeños/se, nos gusta jugar y además sabemos porque lo hemos practicado durante muchos años. Introducir elementos de juego nuestro día a día profesional hace menguar la presión emocional, psicológica en el trabajo. Nos hace más creativos, innovadores, competencias que necesitamos para fomentar la mejora continua. La gamificación ha venido para quedarse, el reto se encuentra en cómo somos capaces de traducirla en el día a día.

"Introducir elementos de juego en nuestro día a día profesional hace menguar la presión emocional, psicológica, en el trabajo"

Y por último, el potencial. Si necesitamos promover el cambio de actitud, vencer aquellas inercias que hacen que las personas no arriesguen, que aprendan a no frenar a los otros ante las situaciones de cambio, tendremos que promover su capacidad, su potencial. Un análisis de las fortalezas nos permitirá descubrir talentos ocultos, que podremos aprovechar para motivarlos ante los nuevos retos. Por otro lado, no entraremos a hablar de la importancia del plan de carrera en los millenials y en la generación Z, en la importancia que dan a lo que hacen hoy, que vaya en consonancia con su potencial, con sus retos de futuro.

Más allá de estos tres elementos que facilitan la motivación y que reducen considerablemente los niveles de ansiedad dentro de las empresas, muchas organizaciones se encuentran en una vuelta escalonada, donde aquellos equipos que hasta ahora trabajaban con teletrabajo vuelven a las oficinas de manera presencial. Es una situación que se puede aprovechar para aumentar su resistencia, su propósito, de afirmar los valores de la empresa; y también, porque no, de explorar nuevas oportunidades para mejorar el funcionamiento, el crecimiento. Todo ello contribuirá a aumentar la positividad y reducir la ansiedad.