Quizás no tendremos más vendedores

17 de Septiembre de 2018

La probabilidad que desaparezca o cambie drásticamente el trabajo de auditor en los años próximos se acerca al 94%. No están lejos de esta situación las profesiones de telemàrqueting o de vendedor en el mundo de la venta al por menor. Nos lo decían ya el 2013 dos autores bajo la estrella de la Universidad de Oxford en un estudio llamado "The future of employment: how susceptible are Jobs tono computerisation". El citado estudio prevé garantías muy altas que otras profesiones, como la de dentista, entrenador de atletas o aquellas relacionadas con los temas terapéuticos, sobrevivan sin problema.

El profesor de la UPF Barcelona School of Management Jordi Perramon nos explicaba hace unos días en un acto académico dirigido a estudiantes de máster que la diferencia en el éxito de supervivencia viene determinada por el grado de mecanización del trabajo. Cuanto más replicable sea un trabajo, más se puede automatizar y por lo tanto ser sustituida por máquinas.

Hasta ahora el impacto ha sido relativamente bajo, pero a medida que se tiene más volumen de datos sobre absolutamente todo, más buenas son las aproximaciones que los robots o la tecnología son capaces de hacer, hasta el punto que en un futuro muy cercano quizás tendremos máquinas haciendo diagnósticos médicos con un porcentaje de acierto más alto que los mismos médicos. En resumen, trabajo repetitivo de aquello de que se tiene muchos datos está en peligro de extinción.

Si nos creemos estas predicciones, cuáles son los factores de éxito para sobrevivir en el mundo laboral? La clave está al especializarse en trabajos poco mecanizables y añadir una dosis alta de perseverancia en los objetivos que nos marcamos a largo plazo. Cómo decía en Perramon, el éxito ya no está garantizado a través de un coeficiente intelectual alto, sino en la combinación de entusiasmo, curiosidad, optimismo, autocontrol y GRIT o la perseverancia y la pasión para los objetivos a largo plazo.

El GRIT es un concepto usado en psicología que ahora está a la orden del día. Sin esfuerzo los talentos no se convierten en habilidades ni estos en éxitos. Al retorno al nuevo curso académico quizás nos podemos proponer analizar esta realidad que nos vendrá, más tarde o más temprano, y escoger escuelas, universidades y referentes profesionales que nos ayuden no sólo a progresar académicamente e intelectualmente, sino a mejorar nuestra capacidad de perseverancia en los objetivos a largo plazo.