Todo ha cambiado desde que llegó la pandemia y no podían ser menos los recursos humanos. Después de unas primeras semanas de inquietud generalizada, antes del verano de 2020 en la Fundació Factor Humà -la organización que dirijo y que se dedica a la mejora de la gestión de personas en las organizaciones- ya notamos que se acercaban a nosotros muchos profesionales del ámbito; se les había girado mucho trabajo. De hecho, The Economist ya hablaba entonces de unos responsables de recursos humanos bajo los focos.
A diferencia de la crisis económica de 2008, cuando la influencia recayó en manos de la dirección financiera, la crisis del coronavirus otorgaba un gran protagonismo a otra dirección a menudo menospreciada como soft, blanda o meramente administrativa: la dirección de personas.
La publicación británica ya aconsejaba hace un año aprovechar el momento de la explosión de la digitalización y del teletrabajo para reconfigurar los flujos de trabajo: pensar en qué se necesita hacer y quién lo tiene que hacer, decidir qué necesita seguirse haciendo presencialmente y en qué espacios o fomentar la capacitación de todo el mundo para adaptarse al nuevo entorno cada vez más digital.
Todas estas han sido tareas muy necesarias durante el último año. De todos modos, ahora que se acerca el final de la pandemia, creo que desde recursos humanos hay que dar un paso más. Y aquí me viene a la cabeza una imagen creo que potente que nos explicó hace unos meses durante una jornada organizada por la Fundació Jordi Garriga, socio director general de la consultora E-Motiva, asesor de la Fundació y uno de los mejores expertos de nuestro país en compromiso organizacional.
Garriga decía que la función de personas ha vivido un momento de mucho estrés y de sudar la camiseta a pesar de que, en realidad, sin conseguir llegar muy lejos. Es como imaginarnos a todos metidos en un gimnasio haciendo rodar bicicletas estáticas.
Ahora que se acerca el final de la pandemia, desde recursos humanos hay que dar un paso más: impulsar a largo plazo una mirada más humana en las organizaciones
Creo que gestión de personas tiene que aprovechar el momento de protagonismo que vive y procurar que no se acabe a la vez que la pandemia. Es decir, hay que hacerse ver no solo apagando fuegos y reorganizando los flujos de trabajo de los que hablaba The Economist, es decir, sudando a chorros en las tareas más operativas, sino también impulsando a largo plazo una mirada más humana en las organizaciones.
Y aquí voy a la segunda imagen que explicó mi amigo Jordi Garriga y que él proponía como la mejor a desarrollar ahora mismo: la de la natación sincronizada. También implica mucho esfuerzo, aunque no sea tan aparente. En el agua no se ve el sudor e, incluso, las nadadoras sonríen mientras hacen un gran esfuerzo. Nadie dijo que fueran fáciles, pero así son las tareas más estratégicas.
En este deporte, para que el público vea a una nadadora sacando medio cuerpo del agua y sonriente, tiene que tener la ayuda de tres nadadoras haciendo apnea bajo el agua. Desde la humildad, desde el esfuerzo conjunto y desde la sincronización y una visión más transversal entre funciones organizativas, podemos conseguir grandes resultados que nos proyecten hacia fuera del agua.
En el agua no se ve el sudor y las nadadoras de natación sincronizada sonríen mientras hacen un gran esfuerzo; nadie dijo que fueran fáciles, pero así son las tareas más estratégicas
Me permito proponer cinco posibles maneras de sobresalir del agua:
- Gestionar el trabajo híbrido garantizando la desconexión digital: la combinación del teletrabajo y la presencia en los centros de trabajo será parte del futuro que nos espera. Para que la hibridación funcione, hace falta empoderar a los trabajadores para que gestionen con flexibilidad su horario y la ubicación desde donde trabajan. Además, no se puede olvidar el derecho de las personas colaboradoras a no responder mails fuera de su jornada laboral.
- Aplicar lecciones aprendidas en el retorno a la oficina: cogiendo palabras recientes del experto Josep Salvatella, fundador y CEO de RocaSalvatella, en el retorno escalonado tenemos que evitar retomar viejas costumbres como el de la reunionitis. A pesar de que resulta deseable una mayor presencialidad que potencie la creatividad y las vinculaciones emocionales entre compañeros, si tendemos a trabajar más por proyectos y por resultados podremos aprovechar mucho mejor las posibilidades de una combinación flexible entre oficina y hogar.
- Fomentar un estilo de liderazgo más humilde: una manera de dirigir imprescindible y que todo el mundo puede aprender. Entre otras cosas, quiere decir formar a directivas y directivos en aprender a pedir ayuda sin entenderla como un signo de debilidad; a preguntar y a pedir opinión constantemente a clientes y a colaboradores; a estar dispuestos a recibir feedback crítico y sincero; a dejarse enseñar; y a observar para llevarse información de cualquier contexto y aplicarla después.
Tenemos que fomentar un estilo de liderazgo más humilde: se tiene que estar dispuesto a recibir 'feedback' crítico y sincero, a dejarse enseñar
- Poner en valor las soft skills: me refiero a las habilidades sociales que posibilitan una mayor capacidad de adaptación a las diferentes situaciones. Hay que tener mucho más en cuenta en los procesos de selección aspectos como por ejemplo la elocuencia, la creatividad, la capacidad de escucha, la paciencia, la flexibilidad...
- Cultivar la esperanza: sin caer en el peligro de un optimismo naíf, hay que creer en que el futuro puede cambiar a mejor y que existen soluciones. Es conveniente focalizarse en encontrar nuevas oportunidades, confiar en nosotros mismos y en nuestras capacidades individuales y colectivas. De hecho, cultivar la esperanza puede aportar cierta sensación de control y de adaptación al entorno puesto que fuerza a planificar y a actuar para lograr unos objetivos.
Y precisamente de esta esperanza proactiva queremos hablar el próximo 7 de julio en el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona en el acto de entrega de los Premios Factor Humà. Después de un año de paro obligado, volvemos con más ganas que nunca en la duodécima edición de una gala que se podrá seguir por streaming y que este año lleva por lema: "El verde nos permite avanzar". En el acto, presentado por el actor y humorista Pep Plaza, además de galardonar a dos organizaciones por sus buenas prácticas en gestión empresarial y en recursos humanos, contaremos con una conferencia de la escritora, divulgadora y filósofa Elsa Punset, y celebraremos el hecho de podernos reencontrar.