En el 2017 el profesor Guy Standing hizo una conferencia a Barcelona sobre el capitalismo de rentas. Antes de salir al escenario para dirigirse en un auditorio de 500 personas, un periodista de una tele lo cogió por el brazo y le preguntó: "además de Barcelona, ¿cuál es su ciudad preferida?" El economista le respondió enseguida que Paestum, la ciudad fundada por los griegos en el siglo VII aC al sur de Nápoles. No lo dijo por los tres magníficos templos griegos, que ya lo justificaría, sino por un círculo que hay en la tierra, el lugar en el que se sentaban los 500 miembros del consejo a ejercer su democracia deliberativa.
Con este recuerdo empezaba el pasado lunes el profesor Standing la charla inaugural de la jornada La renta básica universal y el futuro del trabajo organizada por la Oficina de plan Piloto de la Renta Básica Universal (RBU) de la Generalitat de Catalunya en el Palau Robert.
Venía todavía más al pelo a raíz de los recientes resultados de las elecciones europeas, "hemos perdido la capacidad de la democracia deliberativa", "estamos perdiendo la capacidad de ser racionales, de ser liberales" y "como consecuencia somos más manipulables por neofascistas, lo que ha puesto al mundo en crisis". Se preguntaba quién será el próximo: "Trump podría volver, tenemos fascistas en Rusia y en Israel, ¿a quienes le toca ahora, a Alemania, a Francia, a Reino Unido?". Según Standing estamos en un momento gramsciano en el que "la vieja izquierda son zombis y la nueva derecha son todo hombres y están demasiado vivos".
Standing: "Hemos perdido la capacidad de la democracia deliberativa"
Además de tenerlo todo muy claro, también habla y lo hace todo muy claro; un gran comunicador a quien no le hace falta PowerPoint para mantener a la gente enganchada a la silla. "¿O comunicas o presentas un PowerPoint?", pregunta: él es de los primeros.
Muy buena jornada sobre RBU al @palaurobert.
— Josep M. Ganyet (@ganyet) June 10, 2024
Lección magistral de mi admirado Prof. Guy Standing de la @SOAS.
Tabla redonda con @Liliana_ArroyoM, @genisroca y Francisco Ramos.
Gracias @rendabasicacat.
Todavía podéis pasar. pic.twitter.com/i8mpyyqfum
Standing es un reconocido economista laboral británico y profesor de estudios del desarrollo en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres. También es miembro fundador y copresidente honorario de la Basic Income Earth Network (BIEN), una organización no gubernamental dedicada a promover una renta básica universal (RBU) para todo el mundo, de donde le viene su experiencia sobre el terreno.
Es uno de los más firmes defensores de la RBU, argumentando que es un paso necesario para garantizar la seguridad financiera como derecho. Cree que crearía crecimiento económico y reduciría la pobreza. Avala la RBU como medio para abordar retos globales como la pandemia de la covid-19 o el ascenso del fascismo. Argumenta que la RBU es factible y asequible para todos los países, independientemente de su situación económica. Suyo es el concepto de precariedad, la clase emergente de trabajadores que se ve perjudicada por los bajos salarios y la poca seguridad laboral debido a la globalización y la automatización. Acuñó el término en su libro The Precariat: The New Dangerous Class (2011), un libro de referencia.
Exención de responsabilidad: conocí Guy Standing en Davos después de ver su intervención sobre RBU y me cautivó. Corrí a comprarme su libro de RBU Basic Income: and how we can make it happen y tengo que admitir que me cambió la perspectiva sobre la tecnología y su impacto en la sociedad. El libro entra en el examen; no solo teoriza sobre cómo qué bonito sería un mundo en el que el PIB registrara el tiempo que pasamos acompañando a crecer a nuestros hijos o visitando a nuestros padres, sino que los datos que aporta del impacto de la RBU son reales, de experimentos en los que él ha participado.
"El libro teoriza sobre qué bonito sería un mundo en el que el PIB registrara el tiempo que pasamos acompañando a crecer nuestros hijos o visitando a nuestros padres"
En la charla el profesor hizo una pincelada de casos de éxito en los que él ha participado. Puso el ejemplo del piloto en Madhya Pradesh en la India, en el que la primera ministra Sonia Gandhi tenía miedo de que los 12.000 receptores no se gastaran la RBU en alcohol, drogas y tabaco. El resultado: mejoras en la autoestima, los ingresos, la ocupación, la salud y sobre todo en la emancipación de las mujeres. Los resultados me hacen llorar, remachaba. Los ejemplos de pilotos en Canadá, Inglaterra y África daban los mismos resultados. Por temas de confidencialidad no nos pudo decir nada de su último piloto en País de Gales, que sabremos a final de agosto. Eso sí, con una sonrisa de oreja a oreja nos dijo que miráramos su cara.
¿Y en Catalunya? Puede hablar con conocimiento de causa porque él es asesor de la Oficina de plan Piloto de la Renta Básica Universal (RBU) de la Generalitat de Catalunya. Pues, en palabras suyas: "Catalunya estaba comprometida, el presidente Aragonés lo quería llevar a cabo, todo estaba preparado. ¿Y quien lo paró? ¿Quién nos dejó a medio camino? ¡La llamada izquierda! ¿Cómo puedes ser de izquierdas si no quieres que todo el mundo tenga seguridad: ¡son una vergüenza! Y os lo dice alguien de izquierdas, orgulloso de serlo y sin vergüenza de decirlo". Os he dicho que hablaba sin tapujos.
Según el profesor, la izquierda pierde porque ha perdido el sentido del futuro, porque no se cree que podamos tener un futuro mejor. Lo explica en su último libro The politics of time, que completa con ThePrecariat y Basic Income: and how we can make it happen, su contribución a poner la RBU como un eje central de la izquierda y como condición necesaria para la nueva política progresista: "No es una panacea, no es magia, pero no es imposible". Y esto pasa por reconsiderar qué quiere decir trabajar, las palabras son muy importantes siempre, y cuando nos va la vida todavía más.
"Según el profesor, la izquierda pierde porque ha perdido el sentido del futuro, porque no se cree que podamos tener un futuro mejor"
Y como siempre que queremos encontrar el sentido a las palabras —y a todo en general— tenemos que visitar Grecia. Los griegos tenían muy claros los conceptos de tiempo y los de trabajo, que distinguían más que nosotros (claro que con esclavos la cosa era más fácil). Quienes tenían ocupación eran los esclavos y los metecos. Los ciudadanos de la polis, en cambio, trabajaban; con amigos o con la familia, pero no tenían ninguna ocupación. El tiempo que no estaban haciendo trabajo lo distinguían entre tiempo de ocio (skolé) y tiempo de vagar. El tiempo de ocio era el de la educación, el deporte y el de la participación en la polis. Quien no participaba de las cosas de la polis —de la política— era considerado un idiotés, término del que deriva nuestro idiota.
Contrariamente a lo que solemos pensar, el tiempo de vagar es fundamental para nuestra formación. Catón decía que el hombre no está nunca más activo que cuando no está haciendo nada, y todos sabemos por experiencia propia que el aburrimiento es un gran motor de la creatividad. Pedagogos y educadores se lamentan de cómo los móviles han robado el aburrimiento a los niños y estudios independientes demuestran el descenso de la creatividad en los últimos 50 años. Aparte, en las sociedades industriales y postindustriales capitalistas, si no tienes ocupación eres un parásito; puedes hacer mucho trabajo —social, comunal, por la familia— pero si no sale en el PIB no cuenta. El capitalismo niega el tiempo de skolé que para los griegos antiguos era la riqueza más grande (reitero que la sociedad era esclavista).
El profesor Standing propone la RBU para poder recuperar esta skolé, esta educación y esta tarea comunal que lleva a la emancipación en el sentido de los griegos y de Hegel. La educación no solo sirve para tener un trabajo que nos dará dinero: sirve para adquirir unos valores, entender el mundo, la naturaleza, la sociedad, en definitiva, para emanciparse. La visión excesivamente utilitarista que tenemos del trabajo ha empobrecido la educación y en consecuencia la emancipación. La RBU es la única manera de confrontar esta situación, la única manera para hacer revivir los comunes, la democracia deliberativa y el sistema de distribución.
"En las sociedades industriales y postindustriales capitalistas, si no tienes ocupación eres un parásito"
Y entonces llegamos a Pla: "¿Y todo esto quién lo paga?" Según Standing, la manera existe. Todos sabemos que las tasas ecológicas son demasiado bajas, que es lo mismo que decir que el estado paga billones en subsidios a corporaciones y ricos; hace falta una tasa al carbono de verdad. También tenemos que arreglar los impuestos sobre las propiedades; no puede ser que propietarios de tierras heredadas que no han hecho nada para merecerlas —más que la suerte de nacer donde han nacido— reciban ayudas europeas que pagamos entre todos. En Suiza lo hacen, en Canadá también; España también lo tiene que hacer. También tenemos que hablar de los privilegios que se garantizan a las flotas pesqueras europeas que agotan los recursos pesqueros de África, haciendo que los más jóvenes tengan que emigrar a una Europa que les cierra las puertas. "Los progresistas tenemos que ser radicales en la manera de pensar".
Acaba con una contundente cita que todos podríamos firmar: "Quiero un futuro mejor para nuestros niños. Si no arriesgamos, seremos zombis".
P.S.: El libro Basic Income: and how we can make it happen se lo dejé a alguien y no me lo devolvió. En cualquier caso hacía tiempo que lo quería releer y tenía pendiente volverlo a comprar, y me dolía especialmente no tenerlo el pasado lunes para que me lo firmara. En la mesa de inscripciones había algunos de sus libros a la venta. Lo cogí, junto con su último The Politics of Time, y me dijeron que solo se podía pagar en metálico. Me lo cobró él mismo.