Últimamente salen muchas las voces que avisan de las consecuencias negativas sobre la anunciada
recuperación económica de los bajos salarios, como explica el último
estudio presentado por EADA, que desde el inicio de la crisis, no han parado de alejarse de los países mas desarrollados de la UE.
Una situación previsible teniendo en cuenta que con la incorporación al
euro, ya no se puede jugar con
la devaluación monetaria para ganar
competitividad. Podríamos subir los salarios? Hoy por hoy, No. Tal como tenemos planteados los criterios de gestión de las
empresas y del conjunto de la sociedad se imposible equiparar los
salarios con el resto de la UE.
Es importante entender porque los
salarios bajan y lo seguirán haciendo si los
empresarios, que tienen la clave principal, no cambian sus criterios de gestión
. Desde siempre las
empresas fijan sus
precios de venta en función de sus
costes de adquisición o de producción
, entre los que se encuentra la partida de salarios que suele ser importante. Por otro lado, la mayoría de pymes
no han invertido bastante al incrementar la productividad
ni al formar su personal.
Finalmente, la gran mayoría de las
empresas asocian
competitividad con precios bajos como la única manera de incrementar sus
ventas. Para poder bajar
precios, se tiran en recortes drásticos de gastos que es sinónimo de reducción de plantilla, bajadas salariales o peor todavía, de horas extras no remuneradas.
Queda claro que algo se está haciendo mal si la única manera de ser competitivo se jugar con
los salarios considerados erróneamente un
gasto en lugar de un activo.
Las consecuencias de esta
estrategia sin sentido son una saturación de los
puestos de trabajo y una desmotivación creciente que acaba repercutiendo directamente sobre la calidad de los
servicios. Para eliminar de una vez por todas esta visión simplista de ser competitivos en base de salarios bajos, las
empresas tienen que romper la relación establecida entre
competitividad y precios,
pero sobre todo, competitividad y salarios
. Todavía hoy demasiado
empresas utilizan sistemas obsoletos de cálculo de costes
que impiden incrementar su
rentabilidad y mejorar su
competitividad.
La competitividad
no tiene nada que ver con los
salarios. Está directamente relacionada con
la productividad donde las
empresas, las cuales tienen la obligación de invertir
recursos para incrementarla, huyendo de las soluciones fáciles y tercermundistas de jugar con
los salarios, que tiene sus propios límites.
Si cogemos los países de referencia de la UE, vemos que los más competitivos tienen niveles muy altos tanto de salarios como de formación del personal de las
empresas. Nuestro país no puede seguir enquistado en el
camino de economíalow-price o el l
ow-coste si quiere formar parte de las
economías líderes.
Desprendido de ocho años de una crisis anunciada por algunos, la mayoría de las
empresas se ha dedicado a mantener modelos obsoletos de negocio,
apostando por los sectores de siempre, servicios, turismo y construcción y estela de banda la industria
, obviando la formación de las personas, basando el éxito en
el mercado nacional y las
exportaciones en términos de precios
y no de valor
añadido e ignorando las medidas de productividad
tan necesarias que nos hubieran acercado a Europa.
Si cambiamos los criterios de gestión
, invertimos en
formación seria e incrementamos la productividad
en términos reales, podríamos tener salarios equiparables a los de Bélgica, Holanda o Alemania. Requiere un gran esfuerzo y un cambio de mentalidad de los
empresarios, de los
trabajadores y del Gobierno de turno. No hacerlo nos aboca a seguir bajando los
salarios para mantener la competitividad..