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Salarios y competitividad, círculo vicioso

24 de Enero de 2015
Últimamente salen muchas las voces que avisan de las consecuencias negativas sobre la anunciada recuperación económica de los bajos salarios, como explica el último estudio presentado por EADA, que desde el inicio de la crisis, no han parado de alejarse de los países mas desarrollados de la UE.

Una situación previsible teniendo en cuenta que con la incorporación al euro, ya no se puede jugar con la devaluación monetaria para ganar competitividad. Podríamos subir los salarios? Hoy por hoy, No. Tal como tenemos planteados los criterios de gestión de las empresas y del conjunto de la sociedad se imposible equiparar los salarios con el resto de la UE.

Es importante entender porque los salarios bajan y lo seguirán haciendo si los empresarios, que tienen la clave principal, no cambian sus criterios de gestión. Desde siempre las empresas fijan sus precios de venta en función de sus costes de adquisición o de producción, entre los que se encuentra la partida de salarios que suele ser importante. Por otro lado, la mayoría de pymes no han invertido bastante al incrementar la productividad ni al formar su personal.

Finalmente, la gran mayoría de las empresas asocian competitividad con precios bajos como la única manera de incrementar sus ventas. Para poder bajar precios, se tiran en recortes drásticos de gastos que es sinónimo de reducción de plantilla, bajadas salariales o peor todavía, de horas extras no remuneradas.

Queda claro que algo se está haciendo mal si la única manera de ser competitivo se jugar con los salarios considerados erróneamente un gasto en lugar de un activo.

Las consecuencias de esta estrategia sin sentido son una saturación de los puestos de trabajo y una desmotivación creciente que acaba repercutiendo directamente sobre la calidad de los servicios. Para eliminar de una vez por todas esta visión simplista de ser competitivos en base de salarios bajos, las empresas tienen que romper la relación establecida entre competitividad y precios, pero sobre todo, competitividad y salarios . Todavía hoy demasiado empresas utilizan sistemas obsoletos de cálculo de costes que impiden incrementar su rentabilidad y mejorar su competitividad

La competitividad no tiene nada que ver con los salarios. Está directamente relacionada con la productividad donde las empresas, las cuales tienen la obligación de invertir recursos para incrementarla, huyendo de las soluciones fáciles y tercermundistas de jugar con los salarios, que tiene sus propios límites.

Si cogemos los países de referencia de la UE, vemos que los más competitivos tienen niveles muy altos tanto de salarios como de formación del personal de las empresas. Nuestro país no puede seguir enquistado en el camino de economíalow-price o el low-coste si quiere formar parte de las economías líderes.

Desprendido de ocho años de una crisis anunciada por algunos, la mayoría de las empresas se ha dedicado a mantener modelos obsoletos de negocio, apostando por los sectores de siempre, servicios, turismo y construcción y estela de banda la industria, obviando la formación de las personas, basando el éxito en el mercado nacional y las exportaciones en términos de precios y no de valor añadido e ignorando las medidas de productividad tan necesarias que nos hubieran acercado a Europa.

Si cambiamos los criterios de gestión, invertimos en formación seria e incrementamos la productividad en términos reales, podríamos tener salarios equiparables a los de Bélgica, Holanda o Alemania. Requiere un gran esfuerzo y un cambio de mentalidad de los empresarios, de los trabajadores y del Gobierno de turno. No hacerlo nos aboca a seguir bajando los salarios para mantener la competitividad..