El Producto Interior Bruto (PIB) de Catalunya el año 2023 fue de 292.000 millones de euros y si deducimos los impuestos incluidos, tenemos el valor añadido de 269.000 millones. El sector primario, que incluye los recursos naturales como la agricultura, la ganadería o la minería, aporta solo el 0,9% del valor añadido. El sector secundario, que engloba las industrias transformadoras, como el sector agroalimentario o la energía, supone un 18,6%; la construcción un 4,6% y el sector servicios es lo más destacado. Este agrupa actividades muy diversas como el comercio, turismo, restauración, transporte, ocio, sanidad o sistema financiero, entre otros, y concentra un 75,9% del valor añadido.
Para tener información más detallada, el Idescat ofrece la información por ramas de actividad; España utiliza la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE-2009), y en la Unión Europea (UE) se usa la NACE. Conocer el valor añadido de cada actividad es importante para poder saber cuáles son las que tienen una productividad más elevada y crean más valor y, por tanto, son las que se tienen que impulsar.
"Como las industrias han externalizado muchos servicios, como el transporte, limpieza, o vigilancia, estadísticamente el sector industrial ha perdido peso"
Pero el problema es que no siempre es fácil determinar en qué apartado de la clasificación se tiene que incorporar a una empresa. Es fácil saber a qué sector pertenece la fabricación de automóviles o un supermercado, pero en otros casos resulta más complicado. Por ejemplo, ¿el transporte propio de una empresa industrial se tendría que considerar como industria o bien se tendría que incluir en el sector de servicios de transporte? Si la compañía externaliza este servicio, deja de ser un componente más de la industria y pasa a ser una empresa de servicios. Como las industrias han externalizado muchos servicios, como el transporte, limpieza, o vigilancia, estadísticamente el sector industrial ha perdido peso.
El dinamismo económico, las nuevas tecnologías y la nueva economía están alterando el modelo productivo tradicional. Hay empresas o grupos empresariales que hacen "de todo". Netflix, por ejemplo, es una gran productora de contenido audiovisual porque produce películas y videojuegos que después comercializa vía su plataforma digital. Entonces, ¿es una industria cinematográfica, un servicio audiovisual o una empresa tecnológica? Amazon empezó como una empresa de venta de libros en línea. Ahora se basa en el comercio electrónico, pero además ofrece servicios de transmisión digital y de inteligencia artificial. Desde la plataforma de SpaceX, Elon Musk va creando empresas basadas en las nuevas tecnologías: Tesla (vehículos eléctricos), Starlink (satélites de órbita terrestre baja), The Boring Company (servicios de construcción de infraestructuras complejas y túneles) y ha comprado Twitter o X (redes sociales).
Para mejorar el bienestar, hay que impulsar las actividades con alta productividad y valor añadido. Por poner un ejemplo extremo, el valor añadido medio por persona del sector servicios en 2021 era de 35.641 euros. Sin embargo, esta media abarca diferentes extremos: en el caso de las telecomunicaciones, estas suponían 161.922 euros. En cambio, los "otros servicios personales", como por ejemplo los servicios al hogar o las peluquerías, tan solo 14.568 euros. Por suerte, el país avanza, aunque lentamente, en empresas y en actividades más cualificadas y rentables: telecomunicaciones, informática, servicios empresariales y técnicos de arquitectura, ingeniería, R&D, consultorías, actividades técnicas e internacionalización. Es el camino a seguir.