Lo he escrito otras veces pero no me puedo estar. Informático de formación, me he conectado decenas de miles de veces a un host y he configurado y reventado unos cuantos. Todo el mundo que se dedica a la computación sabe que un host es un ordenador que está en otro lugar y que nos da servicio: almacenamiento, cálculo, seguridad, etc. Llegó la web y el navegador Netscape hizo que conectarse a un host fuera un acto cotidiano y masivo: cada vez que visitamos una web nos conectamos al host donde la web está hosteada. Más sobre mi relación con los hosts más abajo.
En 1997 Netscape era el navegador de referencia, y como casi todo el software y las webs estaba en inglés. Era una web académica e institucional en la que empezaban a entrar las empresas. La web era un sueño hecho realidad. Y mientras unos nos perdíamos por los mares tempestuosos de información en inglés, gente como Jordi Mas, Miquel Piulats y Jordi Coll entendían que el catalán también tenía que ser en este medio emergente. De manera voluntaria, en un entresuelo del Clot de Barcelona, un verano del 1997 empezaron la tarea de traducir Netscape al catalán que pusieron a disposición de la comunidad de internautas.
Nacía Softcatalà con la misión de fomentar la presencia y el uso del catalán en las tecnologías de la información y la comunicación. Y cuando digo catalán no me refiero solo a la variante estándar general. Muchas de las traducciones de Softcatalà usan variantes dialectales como la mía, que hacen que el proyecto sea todavía más rico y universal. ¡Ah! y un pequeño detalle: todo esto de manera abierta, transparente, independiente y sin recibir ninguna subvención. A ver cuántos medios y organizaciones no gubernamentales lo pueden decir.
A este grupo inicial, estos últimos 25 años, se han ido añadiendo otros ingenieros, traductores, filólogos, diseñadores, otros profesionales y estudiantes, que de manera altruista, dedican parte de su tiempo a traducir, adaptar y localizar software al catalán. A Netscape lo siguieron entre otros Firefox, OpenOffice, el sistema operativo Linux, el buscador Google, el premio Nacional de Internet y el premio Nacional de Cultura. La lista es mucho más larga. Su trabajo no se circunscribe solo a la traducción de software; han creado un glosario de términos informáticos, herramientas de ayuda a la traducción, un traductor automático basado en IA y el Catalanitzador, un software que de manera automàgica configura el ordenador en catalán y instala diccionarios y correctores. Es el primer software que instalo siempre cuando configuro un ordenador. Si no lo tenéis, os lo podéis bajar aquí. Hacerlo es trascendente.
"En un entorno de IA basada en el aprendizaje máquina, que haya contenidos creados en catalán y desde una visión catalanocéntrica es crucial para el futuro de nuestra cultura y nuestros valores"
Siempre que accedemos a un host nuestro navegador le dice en qué idioma lo tenemos configurado para que nos pueda servir su contenido en este idioma. En cierto modo cada vez que visitamos una web con el navegador en catalán estamos sumando un punto a su relevancia digital. Y como somos en una economía de libre mercado —la digital todavía más— cuanto más seamos, más contenidos, productos y servicios tendremos en nuestra lengua. Esto no es un tema menor: en un entorno de IA basada en el aprendizaje máquina, que haya contenidos creados en catalán y desde una visión catalanocéntrica, no solo traducciones, es crucial para el futuro de nuestra cultura y nuestros valores. ¿Capità Enciam? Pues sí, los pequeños cambios son poderosos.
Fue precisamente un pequeño cambio, insignificante, que cambió mi experiencia vital informática de manera retroactiva. Fue al navegar utilizando una versión de Firefox traducida por Softcatalà, debía ser por el 2010. Al entrar a un sitio web vi con el rabillo del ojo la línea de estado del navegador, aquella de la parte inferior que nos indica qué está pasando. Leí "anfitrión". ¿Cómo? Recargué la página, esta vez pendiente de la barra de estado, y sí, decía "Conectando con el anfitrión" donde siempre había leído "Connecting to host". ¡Ahá! ¡Un host era un anfitrión, alguien que te invitaba a entrar en su casa, que te ofrecía algo y que mientras estabas en su casa, las reglas las ponía él! De repente años de conexiones cogían un nuevo sentido. Nunca se lo agradeceré bastante a la gente de Softcatalà. Esto y que desde hace 25 años que digan las cosas por su nombre, porque el nombre hace la cosa.