Cada vez es más habitual que las empresas establecidas utilicen, como una de sus estrategias de innovación, la colaboración con startups (llamado en inglés Corporate Venture), con diferentes modalidades de colaboración que pueden llegar incluso a la inversión. Estos últimos años he trabajado buscando optimizar y maximizar esta fórmula de colaboración.
El primer aprendizaje sobre esta colaboración (que puede ser más o menos comprometida e intensa) es que no es fácil. La empresa y las startups hablan idiomas diferentes y necesitan normalmente de un traductor/interlocutor que facilite el entendimiento.
Pero empecemos aclarando los conceptos de startup y empresa.
Hay diversas definiciones de startup, pero me centraré en dos:
1. Wikipedia nos dice que “una startup (o empresa emergente) es una estructura empresarial orientada a conseguir un negocio escalable y repetible, con capacidad para crecer muy rápido y, normalmente, esto se consigue apoyándose en la tecnología y en la innovación”.
2. Steve Blank, emprendedor en serie, profesor de Silicon Valley e impulsor de la metodología Lean Startup, pone el foco en la escalabilidad, definiéndola de la siguiente forma: "una startup es una organización temporal diseñada para buscar un modelo de negocio que sea repetible y escalable”.
Es importante resaltar que cualquier tipo de negocio no es una startup. Podemos ver en ambas definiciones algunas cosas en común: Es necesario que tenga un alto potencial de crecimiento y para ello debe ser fácilmente escalable, en cuanto a su tamaño, y replicable, para llevar este modelo de negocio a otros mercados (geográficos, sectoriales, etc.). Además, una startup siempre debe tener en la innovación su principal fortaleza y normalmente tendrá un elevado componente tecnológico.
Importante resaltar que Steve Blank introduce lo que está en fase de búsqueda de un modelo de negocio y yo añadiría que su origen nace normalmente de la necesidad de solucionar, de forma fácil, un problema grande.
Por el contrario, una empresa tradicional (o incumbente) podemos definirla como “un agente que organiza con eficiencia los factores económicos para producir bienes y servicios para el mercado con el ánimo de alcanzar ciertos objetivos, es decir, como un conjunto (sistema) de elementos humanos, técnicos y financieros, ordenados según determinada jerarquía o estructura organizativa y que dirige una función directiva o empresario".
Ahí encontramos la primera y para mí más importante diferencia entre una empresa tradicional y una startup: la exploración y la explotación. Una empresa tradicional ejecuta, mientras que una startup explora.
Precisamente por este modelo de exploración, las startups desarrollan sus productos con menores inversiones y costes y a mayor rapidez que las empresas establecidas y en ciclos de innovación más cortos (lean startup) porque necesitan asegurar su supervivencia y validar su modelo de negocio en el menor tiempo posible.
Es importante remarcar que este carácter innovador también implica una mayor incertidumbre y un índice más bajo de éxito que las empresas tradicionales (aunque es verdad que en el entorno de incertidumbre actual en el que nos encontramos, el tiempo medio de vida de las empresas se está acortando de forma acelerada).
El carácter innovador también implica una mayor incertidumbre
Siempre he sido una firme creyente del modelo de colaboración startup-empresa. Una tiene lo que a la otra le falta y si somos capaces de construir este modelo de forma sólida y beneficios para ambas estaremos construyendo una ventaja competitiva muy relevante.
Y, ¿Cuáles son las principales fortalezas de las startups, normalmente en contraposición con debilidades de la compañía?
Startup | Empresa |
Agilidad y flexibilidad | Lentitud en los procesos |
Innovación en el ADN | Operación/ejecución en el ADN |
Tecnología (normalmente) | La tecnología no suele ser relevante |
Resuelve un problema relevante | No siempre se enfoca en resolver un problema |
Posibilidad de arriesgarse | Aversión al riesgo |
Posibilidad de crecer muy rápido | Crecimiento más incremental |
Nueva cultura y energía | Cultura establecida |
Nuevos modelos de negocio | Modelo de negocio testado en el pasado |
Pero también cada una de estas estructuras empresariales tiene algunas desventajas que podemos minimizar fruto de esta colaboración:
Startup | Empresa |
Estructura financiera débil | Solidez financiera |
No reconocimiento en el mercado | Reputación |
Activos limitados | Activos industriales |
No tienen clientes | Clientes |
Nuevos en el sector (a menudo) | Conocimiento del sector/mercado |
Organización muy pequeña y sin estructura | Organización estructurada |
Sin conexiones en el mercado | Network |
Recursos escasos | Recursos abundantes |
Estas capacidades y activos de tan diferentes naturalezas, bien trabajados, pueden ayudar: a la startup a crecer fruto de su colaboración con la compañía y a la compañía a innovar con muy poco riesgo y contando con un talento que le sería muy difícil integrar en la compañía. En definitiva, seremos capaces de unir lo mejor de los mundos y construir muchísimo más valor.