Pero, ¿leerán este artículo?

19 de Marzo de 2021

Por primera vez, este año no asistí, ni participé, ni dirigí ningún acto para el 8 de marzo. Cuando me desperté el pasado lunes, mi único pensamiento era: "Sólo quiero vivir en un mundo donde no haga falta un Día Internacional de la Mujer: un mundo donde las personas sean personas y las chicas estén libres de peligro".

Esto no quiere decir que haya renunciado, ni quiero olvidarme del 8 de marzo. Al contrario, este año me sentía orgullosa de ver el trabajo de varias organizaciones. Estuve encantada de leer los artículos y ver los actos, y al mismo tiempo me sentía aliviada por no batir yo misma los tambores de batalla.

Después, recibí una petición del diario para escribir un artículo de opinión para el Día Internacional de la Mujer. Se me pedía que hablara sobre una de estas dos opciones:

  1. Un referente importante que ha marcado tu vida, explica el por qué y reflexiona sobre el feminismo y la igualdad.
  2. Una situación o un momento que hayas vivido una discriminación de género, como lo has afrontado / qué has aprendido y reflexionar sobre el feminismo y la igualdad.

Mi primer pensamiento fue: "No tengo tiempo entre el trabajo y los niños para escribir nada". Pero después volví a mirar las instrucciones. "¿Un referente importante de mi vida?" Podría escribir sobre mi madre, sería fácil, pensé. Entonces una voz en la cabeza me preguntó: "¿Pero quien leerá este artículo, además de ella?"

La voz tenía razón, así que pasé a la segunda opción, "¿Una situación o momento de discriminación de género?" Inmediatamente pensé: ¿sólo uno? Podría llenar un libro de ejemplos. Además, la discriminación es sólo una parte de la desigualdad. Habría que incluir los acosos, los insultos y los miedos que nos encontramos a lo largo de la vida sólo por ser mujeres.

"La discriminación es sólo una parte de la desigualdad. Habría que incluir los acosos, los insultos y los miedos que nos encontramos a lo largo de la vida sólo por ser mujeres"

"¡Esto!", pensé, este es mi artículo. Escribiré algo crudo y real: las experiencias que yo y mis amigas hemos conservado a oscuras, pero que se tendrían que leer porque la discriminación, la desigualdad y el "MeToo" son la historia de todas nosotros, no sólo de algunos. Mi mente empezó a recoger detalles de las situaciones enterradas para escribir el artículo.

Entonces la voz de mi cabeza volvió a preguntar: "¿Pero quien leerá este artículo?" Sé por experiencia que las mujeres conocemos estas historias y no siempre nos gusta revivirlas. Y los hombres, cuando ven el título se saltan el artículo totalmente, porque es una "cosa de mujeres".

Volví a mi primer pensamiento: "No tengo tiempo para eso". Pero me sentí mal, porque Víctor Costa es un señor fantástico y VIA Empresa siempre ha apoyado a las mujeres y a la igualdad para todos. Así que, al coche de camino a la oficina, le digo a mi marido: "VIA Empresa quiere que escriba algo para el Día Internacional de la Mujer" y me responde directamente: "Tiene que ser positivo".

Sabía que le diría esto. Lo sabía porque esto es lo que la sociedad quiere de nosotros. Quiere que seamos positivas, que miremos hacia otro lado, que no hagamos una escena, que nos guardemos nuestros secretos, que nos mordamos la lengua hasta que sangre, que perdonemos, que olvidemos, que continuemos con nuestras vidas sin alterar el statu quo, que seamos "mujeres" pero no "feministas," al menos no en espacios públicos.

"En cuanto a la discriminación, la desigualdad o la violencia a las cuales, como mujeres, nos hemos enfrentado o continuamos enfrentándonos, si explico otro ejemplo, tampoco cambiará nada"

Entonces explico a mi marido cosas que no le había explicado nunca: secretos que me pasaron de pequeña y adolescente. Cosas que tenía que hacer cuando era joven para evitar el peligro o simplemente para ser escuchada. Le expliqué secretos de mis amigas: cosas que la gente quiere pensar que sólo pasan en las películas o en lugares oscuros y lejanos, pero no aquí y no a alguien que conoces.

Mi marido no dijo nada y mis ojos se llenaron de lágrimas, no por ser una víctima, sino por el peso de todo. Después me dice que escriba el artículo. "¿Pero quién lo leerá?" pregunto. Él pensó un momento y dijo: "¿Quizás padres de chicas? ¿Quizás tendrías que escribir para ellos?"

Pero él y yo sabemos que, incluso si estos padres dan un vistazo a un artículo así, querrán creer que estos casos son las excepciones y no la regla. Estos padres querrán creer que la sociedad ha mejorado, que hay igualdad por las mujeres, que sus hijas serán libres de hacer todo lo que quieran en la vida y con seguridad. Querrán creer que no hay techos de cristal, ni discriminaciones ni acoso sexual, ni abuso ni amenazas de violencia. No querrán imaginarse nada parecido para sus princesas, de forma que creerán que no hace falta un Día Internacional de la Mujer, ni leer mi artículo.

"Son los padres de las niñas y de los niños los que tienen que trabajar junto a nosotros, mujeres, para hacer un mundo donde las personas sean personas, las chicas estén libres de peligro y no haga falta un Día Internacional de la Mujer"

Me sequé las lágrimas y después mi marido y yo entramos en la oficina. Le envié un mail a Víctor diciéndole que escribiría algo. Y aquí está. No seguí sus instrucciones. Hay un montón de artículos que celebran el trabajo inspirador de mujeres que nos han precedido o que son entre nosotros. Si escribo otro, no cambiará nada. En cuanto a la discriminación, la desigualdad o la violencia a las cuales, como mujeres, nos hemos enfrentado o continuamos enfrentándonos, si explico otro ejemplo, tampoco cambiará nada.

¿Qué podría causar un cambio? Si los padres de todo el mundo se dieran cuenta que la sociedad que quieren creer que existe para sus hijas realmente no existe. Para hacer un cambio, estos padres tienen que leer las historias, entender la verdad. Porque son los padres de las niñas y de los niños los que tienen que trabajar junto a nosotros, mujeres, para hacer un mundo donde las personas sean personas, las chicas estén libres de peligro y no haga falta un Día Internacional de la Mujer.

Ellos marcarán la diferencia. ¿Pero, leerán este artículo?