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Whatsapp, falsos secuestros y generación X

22 de Marzo de 2019

Domingo por la noche. Una madre del colegio me envía un audio por Whatsapp y enseguida escribe: "Es verdad, lo confirmó una madre del fútbol de mi hija que su primo es policía".

Mi primer pensamiento, con los ojos en blanco, fue: "Otro bulo de secuestro de menores". Qué pereza…

En el audio, un desconocido relata un supuesto secuestro de una menor de 11 años mientras paseaba su perro por una zona residencial de Paterna, en Valencia.

A los pocos minutos, dos audios más, con todo tipo de detalles. La voz es de un hombre joven que no se identifica pero que inmediatamente genera una gran alarma entre los padres y madres del barrio y más allá.

Enseguida, me viene a la cabeza uno de los propósitos para el 2019 que el maestro Ganyet escribía aquí: "Cada vez que comparta alguna información comprobaré la fuente, verificaré la autoría y me aseguraré que no sea fake news". Nada más lejos…

Ni comprobar la fuente, ni verificar la autoría ni asegurarse que no sea una información falsa. Compartimos y ya vorem…

Los chicos de AJ+Español, medio digital dirigido especialmente a mil·lenials (desprendido hablamos de las etiquetas para las diferentes generaciones), explican de manera muy gráfica como suenan las fake news: mediante whatsapp, mensajes urgentes, voces anónimas, presentación con seguridad pero sin pruebas verificables, y se cierra con la petición de compartir contenidos.

El audio que recibí ese domingo por la noche es de manual.

Puedo entender que muchos padres y madres no conozcan la estructura de las fake news pero de seguro que sí saben como hacer una mínima busca a Internet para contrastar informaciones… Sólo hay que poner a la caja de investigación de cualquier mediano "secuestro menores" y aparecen unos cuántos resultados sobre comunicados oficiales que desmienten los recurrentes bulos sobre este tipo de secuestros. De hecho, la misma semana que relato, se produjo otra noticia de un falso secuestro de una menor en Girona y otro en Fuenlabrada.

Hemos hablado y mucho como los mal llamados nativos digitales carecen de una serie de habilidades digitales básicas que los traen a cometer muchos errores, como por ejemplo, no usar el pensamiento crítico, no tener cura con la selección de contenidos, meter la pata en temas de reputación o legalidad. Ponemos el foco para educarlos para que se convierten en buenos ciudadanos digitales pero nos olvidamos de educar las generaciones anteriores.

La mía, que supuestamente es la generaciò X (aunque yo tengo más de mil·lennial y de Z que de X), somos los que ahora tenemos entre 39 y 53, es decir, la edad de los padres que no esperaron ni medio minuto por polsar reenviar aquellos audios alarmantes sobre el supuesto secuestro a todos los grupos de padres y madres del colegio. Incluso, el alcalde de Paterna, José Antonio Sagredo, tuvo que emitir un comunicado para pedir que se dejara de compartir toda información y que se esperara a tener confirmación oficial por parte de la Policía Nacional, encargada de la investigación.

"Es la era Whatsapp, donde una noticia, falsa o no, puede hacerse viral en cuestión de horas y poner a todo un departamento de policía a trabajar sin descanso para terminar descubriendo que todo era mentira"

Es la era Whatsapp, donde una noticia, falsa o no, puede hacerse viral en cuestión de horas y poner a todo un departamento de policía a trabajar sin descanso para terminar descubriendo que todo era mentira.

Adivinen cuántos recursos públicos se han destinado durante una semana entera a comprobar cada uno de los detalles inventados? Cuando le dan alegremente al botón de reenviar de nuevo, lo tendrían que pensar mejor.

Ya hace 20 años de aquel famoso –y falso- episodio de RickyMartin al programa de televisión Sorpresa, sorpresa, con el perro/chica/mermelada/armario. Me gusta la explicación del periodista Antonio Ortí, a su libro Leyendas Urbanas en España, -atención, del año 2000- sobre los motivos que nos traen a difundir este tipo de bolas: "Nos gusta compartir estas historias y, incluso, queremos creerlas no sólo porque son relatos narrativamente buenos, sino porque nos hacen depositarios de información secreta que los demés desconocen".

Esta motivación emocional podría ser una explicación tan válida para el año 1999 cómo para el 2019. Eso sí, si le añadimos la inmediatez de Whatsapp junto a la poca o nula capacidad de algunos para plantearse si el que van a compartir podría no ser cierto, ya tenemos bulo viral a punto de ser digerido en cuestión de horas.

Otra motivación sobre este tipo de fenómenos está relacionada con la política y la economía.

Miquel Pellicer, periodista, antropólogo y autor del libro La comunicación en la era Trump, está muy pendiente de todo el fenòmen fake news y es, sin duda, uno de los referentes sobre este tema. Según Pellicer existen, al menos, dos tipos de motivaciones detrás de las fake news: las de índole política y/o económica.

Y qué tiene que ver un falso secuestro de una menor a un barrio residencial de Paterna con la política o la economía?

Poco a poco fui encontrando algunas respuestas con cierto sentido…

La misma semana del supuesto secuestro, la policía local de Paterna ponía a los buzones de todos los vecinos un folleto explicando que la localidad registra un bajo nivel de criminalidad, explicaba que se habían dotado de un drone, un perro policía y algunos otros datos que apoyaban a la idea que la seguridad ciudadana de Paterna está bajo control. Sólo unos días después salta la noticia del falso secuestro. Fuentes de la Policía Nacional de Valencia, aseguran que sólo en Paterna ha habido cuatro casos como este de manera casi simultánea, poniendo a Paterna por encima otros municipios de la provincia de Valencia en cuanto a investigaciones sobre supuestos secuestros.

"Y qué tiene que ver un falso secuestro de una menor a un barrio residencial de Paterna con la politica o la economía? Poco a poco fui encontrando algunas respuestas con cierto sentido…"

Sólo tres días después de la noticia del secuestro, para mi sorpresa, me encontré con un tenderete regentado por Vox, en la zona más concurrida del barrio. Pasaron la tarde repartiendo folletos de su programa justamente en la salida del colegio al que iba la supuesta niña del supuesto secuestro. Qué casualidad.

Si atendemos a las motivaciones que alientan una fake news, la secuencia es, de nuevo, de manual:

La Polícia Local saca pecho de sus buenos números al frente del municipio, diferentes casos de secuestro de menores saltan los días siguientes provocando alarma y sensación de inseguridad y remata un partido político, en este caso Vox, explicando en el barrio y la misma semana, las "bonanzas" de su programa electoral.

Emoción o política. Lo que parece claro es que estamos para educar digitalmente, que ya llevamos diez años compartiendo nuestras vidas con nuestros smartphones –es decir, internet en el bolsillo- y que nos queda mucho y mucho por aprender.

Quizás un primer paso sería que los más rápidos al compartir las noticias falsas sean, al menos, igual de rápidos para compartir los comunicados que desmienten estas historias.

"Quizás un primer paso sería que los más rápidos al compartir las noticias falsas sean, al menos, igual de rápidos en compartir los comunicados que desmienten estas historias"

Curiosamente, estas informaciones no se hacen virales.

Nadie las comparte.