En los últimos años y, especialmente, a raíz de la Cuarta Revolución Industrial y la pandemia por coronavirus, se está acelerando la transformación educativa. El reto es que las personas aprendan en un mundo basado en fenómenos disruptivos como los dispositivos móviles, internet, redes sociales… y los cambios que provocan como la dificultad de concentración o la facilidad de acceder a todo tipo de recursos a través de internet.
La lección inversa es uno de los métodos que está ganando peso en la formación, tanto en la universidad, como en la empresa y a lo largo de la vida. Es relativamente reciente y las primeras referencias las encontramos a principios del siglo veinte. Es un método que:
- Invierte el proceso de aprendizaje: el alumno estudia en casa antes de la clase el material docente que se le proporciona (apuntes, vídeos, artículos…).
- Una vez el alumno ha estudiado los materiales, se realiza la sesión lectiva que se centra en la exposición por parte del profesor de los temas más relevantes, se aclaran dudas y se consolidan los conocimientos aprendidos, mediante discusiones y ejercicios realizados en clase.
- Posteriormente, al final de la sesión y/o al final de la asignatura se realiza la evaluación.
La digitalización permite que los alumnos tengan los apuntes antes de la clase y, por lo tanto, la sesión lectiva puede destinarse a actividades de más valor para el aprendizaje
Para evitar malentendidos es importante ser conscientes de que la lección inversa no consiste solo en que los alumnos visionen videos u otro material online, ni reduce el trabajo del profesor.
Hace algunas décadas, el principal objetivo por el que el alumno iba a clase era para tomar apuntes de lo que explicaba el profesor. Al final de la asignatura, el alumno memorizaba los apuntes para poder aprobar el examen. Hoy día, la digitalización permite que los alumnos tengan los apuntes antes de la clase y, por tanto, la sesión lectiva puede destinarse a actividades de más valor para el aprendizaje.
Una de las limitaciones de este método es que hace imprescindible una importante inversión inicial por parte del profesor que ha de preparar los materiales docentes con antelación para que el alumno pueda estudiarlos.
Entre las ventajas de la lección inversa cabe destacar que:
- Permite sustituir horas lectivas de alumno pasivo en el aula por horas lectivas con participación activa del estudiante en el aula.
- Aumenta la motivación y la participación de los alumnos.
- El profesor puede dedicar más tiempo a la atención personalizada de los alumnos, a través de sesiones de tutoría. Por tanto, enriquece el tiempo de contacto entre profesor y alumno.
- Se reducen las horas lectivas a todo el grupo clase que son sustituidas por sesiones de tutoría del profesor con grupos reducidos de alumnos.
- Se adapta más al ritmo de alumno, ya que hay más trabajo fuera del aula pero puede adaptarlo a su agenda.
La lección inversa se puede aplicar a todo tipo de programas de formación en las que el alumno tenga un nivel suficiente de madurez y responsabilidad para poder trabajar de forma individual o en grupo antes de la clase.
A modo de conclusión, es un método con resultados muy favorables desde el punto de vista del aprendizaje, de la motivación de los alumnos y del fracaso escolar. Por ello, lo más probable es que en los próximos años siga aumentando su peso en el mundo de la educación.