El año que el VIA Empresa nació, se hicieron populares los smartwatch; creíamos que las Google Glass eran el futuro; empezamos a hacer vídeos breves que sólo quedaban publicados 24 horas; empezamos a usar pulseras inteligentes, y decíamos que el Iot era el futuro sin saber muy bien qué era pero que, para hacernos una idea, incluía las pulseras, los relojes y las gafas. En definitiva, el 2013 fue el año en qué empezamos a publicar en vídeo y a fijarnos en algo más allá de las pantallas.
Siete años después, no vemos nadie con gafas inteligentes y quienes más quienes menos tiene reloj o pulsera digital. Quienes todavía no veían clara la cosa de publicar en vídeo, de golpe se hacen a la idea después de verse a menudo en una pantalla por mor de urgencias, necesidades y distopías -una palabra abusada- del confinamiento.
Esta ha sido la parte visible de la evolución de cambios tecnológicos que surgieron siete años atrás, pero también hay una parte -e importante- de fondo: la Ley de Moore. El 2020, la tecnología digital es el doble del doble del doble del doble y medio-y-buscas de potente que no lo era el 2013 -hay que decirlo así para hacernos una idea.
A menudo nos cuesta pensar en exponencial porque tenemos tendencia a pensar en lineal. Sí con una furgoneta puedes repartir 40 paquetes, con dos furgonetas podrás repartir 80, y así sucesivamente. Nunca a la primera se nos ocurre que nuestra furgoneta, que lleva 40 paquetes, en sólo 18 meses tendrá una sustituta que llevará 80, cosa que cambiará significativamente la importancia de tener dos.
Me permito la reiteración porque a mí también me cuesta hacerme a la idea: abrimos un negocio de distribución, el 2013, con un vehículo capaz de hacer 40 entregas diarias. La cosa se mantiene, pero pasa el tiempo y toca cambiar la furgoneta porque tiene 7 años. Vamos al concesionario donde, como es natural, encontramos furgonetas mejores que la nuestra; tanto que nos permiten hacer más de 1.000 entregas diarias -concretamente son 1.066, según la Ley de Moore.
A ver; posiblemente es comprensible que pensemos en lineal, y no en exponencial, porque estas cosas no pasan.
Error.
En digital, pasan.
El problema es que no nos damos cuenta y, por lo tanto, no sacamos mucho provecho del crecimiento exponencial de la tecnología digital. De hecho, a menudo no sabemos qué hacer con los cambios y nos limitamos a proponernos, por ejemplo, pasar de 40 a 80 entregas diarias gracias a la gran capacidad de la furgoneta nueva que, en realidad, puede hacer más de 1.000 cada día.
"El problema es que no nos damos cuenta y, por lo tanto, no sacamos mucho provecho del crecimiento exponencial de la tecnología digital"
Es una locura tremenda de la cual no nos damos cuenta, decía, y no sacamos provecho hasta que no llega alguien nuevo y lo hace. De golpe. ¡Pam! Un rayo, un trueno, y nos arruina.
Ha pasado porque el nuevo competidor entra en el mercado sin ningún vínculo con el pasado. Sale ofreciendo 600 entregas diarias, cuando podría hacer 1.066, pero se lo mira con prudencia. Mientras tanto, nosotros estábamos encantados con el objetivo de doblar nuestras 40 entregas "de toda la vida", para pasar a un crecimiento nunca visto de 80 en sólo un año. Sí, todo un reto que los socios aplaudieron con entusiasmo.
Nada nos habría cogido por sorpresa con un laboratorio dedicado a buscar cuál era el paso siguiente. Habrían alquilado furgonetas, más modernas, desde el primer año después de la compra de la primera que podía hacer 40 entregas diarias; se habría visto que podíamos conseguir el doble en sólo un año y medio, cosa que habría hecho saltar alarmas y proyectos piloto para conseguir MVP (productos viables mínimos) que aumentaran la capacidad de distribución. Al trasladarlos al día-a-día de la empresa matriz, los pilotos habrían llegado bastante adaptados porque supieron qué hacer. Siete años después de la primera furgoneta, haríamos 800 entregas diarias. Ningún nuevo competidor no significaría un golpe repentino ni mortal; en todo caso, si surgiera un genio acercándose al límite de las 1.066 entregas, podríamos aprender en vez de morir.
El coste del laboratorio estaría ampliamente justificado y amortizado, aunque en el momento de abrirlo había muchos de dudas. Pasó que alguien mencionó qué significaba la potencia de la economía que era aquí, la de la 4a Revolución Industrial, porque estaba basada en tecnologías exponenciales. Sin un laboratorio repensándolo todo, era imposible ser bastante ágiles para adaptarse a lo que significaban las capacidades exponenciales de convertir en software todo aquello que pudiera ser software, una cosa difícil de comprender a la primera pero que era vital.
Recuerdo una conversación, precisamente en 2013, con un empresario a quién expliqué la importancia de crear un laboratorio. Me dijo que era caro y que cuál era el regreso de la inversión (ROI) de mi idea. Respondí que el ROI era continuar abierto 10 años después. Me dijo "qué osado que eres, ya te llamaré". Ha cerrado.
La natura exponencial del progreso digital explica que haya tantas startups y que floten muchas, puesto que casi todo es para hacer un entorno empresarial que piensa en lineal en vez de pensar en exponencial, que es el pensamiento que toca tener en la era digital. Las oportunidades para los recién llegados son enormes, porque ellos llegan pensando fuera del cuadrilátero que tiene enclaustrados a los empresarios de toda la vida en su ramo de turno. Así, quién está dentro del cuadrilátero da vueltas a como conseguir hacer 80 entregas diarias, mientras quién está fuera ve una limitación de 1.066 y piensa cómo conseguir 600 para ser disruptivo. Los planteamientos son completamente diferentes; radicalmente diferentes; brutalmente diferentes. Todos.
"Las oportunidades para los recién llegados son enormes, porque ellos llegan pensando fuera del cuadrilátero que tiene enclaustrados los empresarios de toda la vida a su ramo de turno"
Después de recordar qué cosas prometían futuro en 2013 y qué cosas no han funcionado, me atrevo a predecir que las Google Glass volverán gracias a lo que hoy permite hacer la tecnología digital, que es el doble del doble del doble del doble y medio-búsquedas de potente que era en 2013. Justo no oso predecir si las hará Google; los efectos secundarios de haber hecho un MVP demasiado presto, son otro artículo.
Por muchos de años, VIA Empresa.