Ahora hace unos días, en Cecot hemos celebrado el 25ª cumpleaños de nuestro Cercle de Joves Empresaris, la rama de los "jóvenes de la Cecot". Una celebración que acogió a más de un centenar de personas entre miembros actuales y aquellos que han formado parte en algún momento desde su creación. Y tengo que decir que lo he vivido con mucho orgullo y admiración.
Orgullo porque no es cosa fácil mantener viva y vigorosa una iniciativa social y voluntaria durante tantos años, y con mucha admiración por el conjunto de personas empresarias, emprendedoras y directivas que lo han hecho posible y que participan del hecho asociativo.
Y escribo este artículo con un doble objetivo; el primero, para felicitarlos, y el segundo, por poner en valor y recordar la importancia del asociacionismo juvenil, también en el ámbito empresarial.
Sobre el movimiento asociativo
Si participáis más o menos de la vida asociativa, sea en el ámbito cultural, deportivo, social o empresarial, sabréis reconocer la importancia de la sociedad civil en cualquier comunidad, ya sea local o global. Entidades y grupos de personas comprometidas que trabajan conjuntamente para generar cambios positivos en nuestra sociedad. Impulsando la participación ciudadana para conseguir sociedades más justas y democráticas. Organizaciones comprometidas en la construcción del bien común y que a lo largo de la historia han desarrollado un rol fundamental como complemento y contrapoder de la acción de los gobernantes.
Pero como secretario general de la Cecot conozco de cerca las dificultades que tenemos las entidades, de todos los ámbitos, de mantener vivo el movimiento asociativo y, sobre todo, de atraer a los más jóvenes para que nos ayuden, también, a transformarnos. Y esto nos tiene que preocupar, y mucho.
Los del Cercle
El Cercle nació en 1997 por decisión de un grupo de jóvenes empresarios y emprendedores liderados por el entonces vicepresidente de Cecot, Antoni Abad, y con el apoyo de su presidente, Eusebi Cima.
Nació con el objetivo de ser punto de encuentro de las nuevas generaciones y con el tiempo ha acontecido una comunidad de referencia que une talento para compartir, formarse, establecer sinergias y crecer profesionalmente. Además del Cercle, también nació en 2005 Cerclemón, la rama solidaria de la Cecot que fomenta la responsabilidad social del tejido empresarial y que impulsa proyectos solidarios en colaboración con otras entidades.
Pero, además, el Cercle es una cantera social. "Los del Cercle" muy a menudo, son personas vinculadas a otros entornos asociativos como gremios sectoriales, entidades de defensa del trabajo autónomo, representantes de los polígonos industriales, miembros del Pleno de la Cambra de Comercio, y un largo etcétera. Y, con su dedicación y voluntarismo, acontecen actores del cambio, y contribuyen a mantener viva la sociedad civil y son fuente de inspiración para otros jóvenes a quien despertar vocaciones.
Nueva mirada transformadora
Las nuevas generaciones de empresarios tienen su propia manera de entender el "hacer empresa", con innovación y nuevos valores y estilos de liderazgo. Como dijo su presidenta, Nina Torres, en la pasada Nit de l'Empresa de la Cecot: "¡los jóvenes ya no queremos ser las mejores empresas del mundo, sino las mejores empresas para el mundo!".
Solo con su compromiso, su esfuerzo y este espíritu renovador podremos mantener y transformar el movimiento asociativo empresarial y su contribución social.
A ellos, por todo esto, mi sentida felicitación y así les digo: "¡Viva el Cercle!"