Vivir 100 años: ¿regalo o maldición?

A finales del siglo XIX, un político alemán que daría nombre a un barco, creó el primer sistema de pensiones de jubilación de la historia. El sistema se estableció para personas trabajadoras a partir de los 70 años, pero tenía truco. La esperanza de vida entonces era de 35 años los hombres y 38 las mujeres y solo los aristócratas como él se podían permitir vivir tantos años. Quizás radicaba aquí el éxito de la iniciativa: la amenaza para las arcas públicas sería muy baja.

"La mayoría de los bebés nacidos a partir del 2000 llegarán a los 100 años"

Mucho ha llovido desde entonces (o cada vez menos), pero lo cierto es que la Ley General de la Seguridad Social del año 1978 en España estableció de manera formal la edad de jubilación a los 65 años, alineada con prácticas similares a otros países de la Europa del bienestar. Poco se podía imaginar el canciller Otto von Bismarck (1815-1898) que al cabo de 200 años de su nacimiento la esperanza de vida pasaría de los 35 a los 83 años actuales, al menos en nuestro país. Y de cara al futuro, si se mantiene el ritmo de incremento de la esperanza de vida de los últimos dos siglos en los países desarrollados, la mayoría de los bebés nacidos a partir del 2000 llegarán a los 100 años.

¡Boom!

Párate un momento. Si eres boomer o de la generación X mira a tus hijos: ¡vivirán 100 años! Y como consecuencia, según explican Lynda Gratton y Andrew Scott en su libro The 100-Year Life: Living and Working in an Age of Longevity, los chicos y chicas del futuro trabajarán hasta los 80! Agradezco al Dr. Toni Esteve la recomendación de este libro excepcional. A lo largo de 320 páginas, una psicóloga y un economista exploran desde la investigación, el análisis y el rigor profesional las múltiples implicaciones del aumento de la esperanza de vida, tanto en el ámbito económico como social o sencillamente vital.

Més info: ¿Cómo vivir 100 años? Okinawa, la "tierra de los inmortales" que sabe vivir más (y mejor)

“Estamos en medio de una transición extraordinaria para la cual pocos estamos preparados. Si lo acertamos será un auténtico regalo; ignorarlo y no prepararse será una maldición. De la misma manera que la globalización y la tecnología cambiaron la manera como la gente vivía y trabajaba, en los próximos años la creciente longevidad hará lo mismo”. El objetivo de los autores en este libro, reeditado en 2020, es prepararnos para estos cambios, que afectan a personas de todas las edades, pero también a los jefes de departamento de personas, las empresas y los gobiernos de todo el mundo. Me permito haceros un gusto de estos cambios, modestamente. El primero ya os lo he adelantado:

  • Se vivirá más años, por tanto, se trabajará hasta más mayores. Todo esto implicará oportunidades y cambios. A corto plazo como ya estamos viendo, habrá una expansión hacia nuevos trabajos que no existían antes, pero también habrá un incremento de vacantes de trabajo, por la jubilación de los baby boomers.
  • De vivir en tres etapas a múltiples etapas. Los autores vaticinan la transformación de la vida actual de 3 etapas coincidentes con la edad (hasta los veintipocos educación, a partir de aquí carrera profesional, y al llegar a los 65, jubilación) hacia una vida de múltiples etapas, donde las personas pasarán por periodos de aprendizaje, trabajo y ocio varias veces a lo largo de su vida.
  • La importancia de los intangibles. Hay capítulos donde se trata bastante los cambios financieros de una larga vida y la previsión para afrontarlos. Esta será una de las claves para ver el futuro como un regalo o como una maldición. Pero también destacan la importancia del autoconocimiento, la salud y las relaciones humanas como valores intangibles en alza. Todo ello asociado con el propósito (sí, branding con propósito también!) como camino hacia la realización personal en una vida más larga y consciente.
  • Flexibilidad, adaptación y aprendizaje continuo. El libro subraya la importancia de la flexibilidad y la adaptabilidad profesionales en la planificación de la carrera, pero también el desarrollo personal como bagaje para navegar con eficacia a través de este largo viaje. Hará falta también un aprendizaje continuo si queremos avanzar en este cambio: "La adquisición de nuevas habilidades y nuevas especialidades se convertirá en un esfuerzo de toda la vida". Ellos hablan del auge del aprendizaje experiencial: "Lo que diferenciará a las personas no es lo que saben, sino lo que han experimentado utilizando ese conocimiento. (...) a través de la práctica, la repetición y la observación”.
  • ¿Hacia dónde vamos? Dejaré que os leáis el libro para explorar las nuevas etapas vitales y profesionales que se describen y valoréis con cuál os podéis identificar. Lo dejo en inglés porque no hace distinción de género:
    • Becoming an explorer
    • An independent producer
    • Creating a portfolio
  • ¿Un futuro agnóstico? Lo que más me gusta de todo esto es que las nuevas etapas son, como ellos dicen, age-agnostic. “Con la vida multietapa y la variedad de maneras de organizarla, los conceptos de edad y el de etapa ya no se combinan. Así pues, estas etapas son relevantes de diferentes maneras a cualquier edad”. Y gender-agnostic: “Si damos credibilidad a la tendencia actual de los hombres jóvenes, muchos de ellos querrán ser padres activos y se prepararán para dar forma a su trabajo alrededor de esta elección”.

"Las nuevas etapas son 'age-agnostic'"

Y para acabar, se mantiene de forma sólida la importancia de la reputación como un valor intangible que no caduca, por más etapas cambiantes, revoluciones y transformaciones que viva la especie humana.

Fascinante.

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