Las tecnologías que son realmente transformadoras tienen tres características en común: 1) se imbrican tanto con nuestra vida que se vuelven invisibles, 2) nos pensamos que siempre han existido ("cómo nos lo hacíamos para trabajar/estudiar/viajar antes de internet/los móviles inteligentes/Google") y 3) cuestan mucho dinero de desarrollar y mantener. No hace falta que penséis solo en tecnologías digitales, esto también es aplicable al alfabeto, la imprenta, el ferrocarril, o el coche. decimos tecnologías de propósito general; tecnologías que pueden afectar una economía entera y sobre las cuales se desarrollan otras tecnologías. La última en apuntarse a esta lista es la inteligencia artificial (IA) que promete todo esto y más.
¿Cómo sería el mundo sin alguna de estas tecnologías? Del mismo modo que nos es imposible de imaginar el impacto futuro de una tecnología de propósito general como la IA, nos es imposible de imaginar cómo sería el presente sin alguna de estas tecnologías que de tan cotidianas ni vemos. Intenten imaginar un mundo sin coches.
Esta semana hemos hecho este ejercicio de retrofuturismo con el secuestro de los sistemas del Hospital Clínico de Barcelona. Desde domingo, la actividad del hospital se ha visto afectada por un ataque a sus sistemas informáticos. El ataque que la Agencia de Ciberseguridad de Catalunya ha calificado de "complejo y transversal" ha afectado a los servidores del Clínico. El resultado es que los profesionales no pueden acceder y los sistemas han quedado incomunicados del registros clínicos de los pacientes. Parece que los datos de este registro están intactos. Es un ataque con "ransomware", un software que se introduce en los sistemas informáticos y encripta los datos. Entonces los cibercriminales piden un rescate. Eventualmente pueden robar datos que después se pueden comercializar en la web oscura.
Intenten imaginar un mundo sin coches
El resultado es que el Clínico tiene una pandilla de ordenadores inservibles: no se puede acceder, están desconectados los unos de los otros y desconectados del mundo. Los médicos que hoy afanan en mantener servicios de mínimos trabajan como sus homólogos de hace cincuenta años. Los pacientes que estos días han podido acceder a alguna visita de las que tenían planificadas han visto otra vez la "letra de médico" en los papeles que el personal del Clínico utiliza a la espera de poder volcar los datos cuando vuelvan a funcionar los sistemas informáticos.
Por suerte yo no tenía ninguna visita planificada en el Clínico, pero sí que la tenía con la Agencia Tributaria para retirar un certificado digital para mi empresa. Tuvimos que ir los dos socios con un montón de papeles impresos que imprimimos en una copistería antes de entrar. Obviamente, cuando entregamos los papeles, a la funcionaria le faltaba un papel. La simpatía de mi socio (y su renuncia a hablar en catalán en un entorno hostil) consiguió que la funcionaria en cuestión hiciera la vista gorda con un "bien, pero la próxima vez, me lo lleváis, ¿eh?"
No sé si el trámite es muy complejo o poco habitual, pero el caso es que la funcionaria tuvo que consultar el procedimiento en una libreta donde tenía apuntados en boli los pasos, las teclas que se tenían que pulsar y todo de anotaciones marcadas con diferentes rotuladores ressaltadores fluorescentes. También tuvo que pedir asistencia a un compañero de trabajo que la ayudó en algún momento de la introducción de datos en el ordenador. Recordemos que todo esto era por la obtención de un certificado digital.
Encima del mostrador había un boli de aquellos que está enganchado en la base con una cadena de bolitas que tenía un papel enganchado con cinta adhesiva que decía "Informática". Un regreso al pasado.