¿Los países liderados por mujeres han gestionado mejor la crisis del Covid-19? En el mundo hay 170 países afectados por la pandemia del coronavirus liderados por hombres y 22, por mujeres. Dentro de esos 22, Alemania, Taiwán, Nueva Zelanda, Islandia, Finlandia, Noruega y Dinamarca tienen en común, además de estar dirigidos por presidentas o primeras ministras, que han controlado la pandemia con mayor éxito que el resto. También comparten, salvo Alemania, que son islas o tienen una densidad de población baja, lo que podría ayudar a que el control de la pandemia sea más fácil, si es que lo es.
Las cifras de contagios, mortalidad y recuperación de estos países gobernados por mujeres se encuentran entre las mejores y ya son casos de estudio por el buen hacer en las políticas de comunicación, contención y levantamiento de medidas para la desescalada.
La prestigiosa revista Forbes se preguntaba hace unas semanas si el papel de estas mujeres al frente de sus gobiernos era lo que les había llevado a una mejor gestión de la crisis sanitaria. Esta pequeña muestra de las capacidades femeninas en la gestión de los gobiernos me suscita un buen número de preguntas.
¿Y si en lugar de 10 países en todo el mundo gobernados por mujeres, -de un total de 193 países- el porcentaje fuera, al menos, la mitad? ¿Y si el 75% de los parlamentos no estuvieran constituidos solo por hombres? ¿Y si el 73% de la toma de decisiones ejecutivas no recayera exclusivamente en hombres?
¿Y si la nueva normalidad -de la que todo el mundo habla- significara que se termina la brecha de género? Porque lo que se pregunta la revista Forbes, que ha sido tan viral como polémico, es una gráfica representación del mundo “normal” en el que vivimos, donde las mujeres ocupamos porcentajes irrisorios en zonas de liderazgo, empezando por los gobiernos.
Y es que los datos de la vieja normalidad son desoladores.
Un 85,4% de las personas que tienen estudios tecnológicos superiores en España son hombres. La UNESCO asegura que sólo el 28% de los investigadores del mundo y el 35% de los estudiantes matriculados en las carreras vinculadas con las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés) son mujeres. En las grandes empresas tecnológicas menos del 50% de sus empleados son mujeres. El 70% de las startups no tienen a ninguna mujer en su equipo directivo. ¿Sigo? Porque puedo añadir que cuando hablamos del mundo tecnológico, que conozco algo mejor que el de las altas esferas políticas, un 56% de mujeres deciden abandonar estas compañías y reorientar su carrera profesional.
"Soy todo preguntas: ¿Y si el 73% de la toma de decisiones ejecutivas no recayera exclusivamente en hombres?"
¿Y si en la nueva normalidad la transformación digital fuera femenina? Mireia García Roca, CEO de Innomads, experta en innovación y transformación digital, business angel e impulsora de iniciativas para fomentar el emprendimiento femenino no se hace está pregunta, sino que tiene clara la respuesta. Durante un desayuno virtual que mantuvimos la semana pasada me contagió su visión. “¡La transformación digital es femenina! Porque en un proceso de transformación digital hablamos de flexibilidad, agilidad, colaboración y empatía. Que sea femenina no quiere decir que sea solo de mujeres; sin embargo sí que está muy relacionada con atributos propios de las mujeres. Somos más empáticas, más colaborativas, más ágiles y flexibles”, afirma Mireia.
Mireia García Roca afirma que "las mujeres somos más empáticas, más colaborativas, más ágiles y flexibles”
Curiosamente, la agilidad, la empatía y la colaboración son tres de las claves del éxito de Alemania, Taiwán, Nueva Zelanda, Islandia, Finlandia, Noruega y Dinamarca para hacer frente a la pandemia.
Ojalá la “nueva normalidad” traiga consigo un efecto multiplicador de mujeres al frente de la gestión de gobiernos, empresas y creación de tecnología.
Nos va a hacer falta para la siguiente pandemia.