FIB, Arenal Sound, Rototom, Leyendas del Rock, Feslloch, Medusa, Low Festival, Festival de Las Artes, EMDIV, Marenostrum Xperience, Pirata Rock, Iboga, Rabolagartija, SanSan... y todavía nos dejamos algunos de los festivales que llenarán de música buena parte de la geografía valenciana este verano. Son demasiados o todavía hay margen de crecimiento? Es la nueva gallina de los huevos de oro de la industria turística?
Los festivales cada año generan más dinero: en 2018 fue de 334 millones de euros
El último Anuario de la Música Vive elaborado por la Asociación de Promotores Musicales (APM) del Estado español refleja que el País Valencià, Catalunya y Andalucía están empatados en número de grandes festivales, con un total de 8 cada uno (no contabilizan otros más pequeños). La comunidad de Madrid tiene 4, Galicia 2, y otras comunidades un. En el top 5 de macrofestivals tenemos, en primer lugar, el Arenal Sound de Borriana, con más de 300.000 espectadores y 98 conciertos; el segundo lugar lo ocupa el Medusa Sunbeach Festival de Cullera, con 300.000 asistentes y 159 actuaciones.
No tenemos datos de facturación por comunidades autónomas, pero el informe sí que da cifras globales que marcan una clara tendencia en aumento: en 2009 generaban 269 millones de euros, durante la crisis cayó a los 158 millones, y 2018 cerró con casi 334 millones, un 24,1% más que el año anterior. Los festivales de música cada año son más rentables y el País Valencià se quiere convertir en una referencia de este tipo de consumo que combina cultura y turismo.
La Agencia Valenciana de Turismo tiene clara su apuesta por los festivales
Desde la Agencia Valenciana de Turismo (AVT), la apuesta es firme. En 2017 creó la marca propia Mediterranew Musix y Mediterranew Fest, un marco que ofrece incentivos, acciones formativas y otras actuaciones en los festivales. El primero exige un mínimo de tres ediciones y escenarios, dos días de programación, 600.000 euros de presupuesto, 100.000 seguidores en redes sociales y media de 15.000 asistentes diarios; el segundo, presupuesto de 50.000 euros, impacto en redes de 30.000 seguidores y 50.000 asistentes.
La idea del organismo público es crear "conexiones" entre las entidades de la música locales y foraneos que actúan en el País Valencià y el tejido profesional y empresarial de la música, el turismo y el ocio "para consolidar desarrollo territorial y propiciar la progresión de un clúster musical y turístico como está sucediendo" en otras ciudades del mundo (citan Viena, Londres, Nueva York o Melbourne) donde la música y el turismo musical son "claves destacadas de su posición exterior y de su economía local".
Los festivales de música cada año son más rentables y el País Valencià se quiere convertir en una referencia de este tipo de consumo que combina cultura y turismo
Así consta al Análisis del posicionamiento turístico de la actividad musical al País Valenciano elaborado por la AVT y la Asociación de Promotores Musicales de la Comunidad Valenciana (MúsicaProCV). El estudio menciona tres segmentos diferenciados para "obtener ingresos turísticos y reputación exterior": el turismo profesional musical, centrado en el sector educativo musical y la industria, caracterizado por un gasto mediano "importante" y por su capacidad para "generar marca musical del territorio"; el turismo cultural musical, relativo a intérpretes no profesionales y audiencias motivadas por el aprendizaje, minoritario; y por último, el turismo de ocio musical, con carácter lúdico-festivo, el mayoritario, y que genera "un volumen muy considerable de ingresos para sus operadores y una alta dosis estacional de impactos mediáticos para el destino".
Fortalezas y debilidades del territorio valenciano
Entre las fortalezas del País Valencià, el estudio resalta el importante patrimonio musical valenciano y la alta densidad de intérpretes, la existencia de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV) que desarrolla una buena cantidad de conciertos y actividades educativas, su posicionamiento como tierra de festivales y la presencia de instituciones con relevancia internacional cómo es el Palau de la Música de Valencia, el Palacio de las Artes o la Berklee College of Music, además de un flujo de estudiantes Erasmus "entre los más destacados de la UE".
También cita las debilidades: el déficit profesional y empresarial en la música y el ocio musical, un punto de partida profesional y empresarial del tejido turístico-musical "extremadamente limitado" ("estancamiento económico, paro juvenil y el IVA del 21% a la música en vivo" que consideran "muy demolidora para una realidad frágil") y muy pocos referentes.
El presidente de la Asociación de Promotores: "No hay tanta saturación"
El presidente de MúsicaProCV, Luis Óscar Garcia, rechaza frontalmente la idea que el País Valenciano está en una "burbuja" de festivales de música: "Los de aquí son muy llamativos porque la playa vende mucho y porque tenemos Benicàssim, que se ha consolidado como ciudad de festivales porque fue la primera que se lo creyó y encabió el festival en un recinto. Pero pienso que no hay tanta saturación como dicen algunos, hay más turismo de otro tipo en Orpesa o en Benidorm".
Garcia: "No hay tanta saturación de festivales de música como dicen algunos, hay más turismo de otro tipo en Orpesa o en Benidorm"
Garcia destaca que los festivales "son muy rentables" y "la música es una buena señal de identidad valenciana", que además, "es la punta de lanza de una industria, porque es la producción más grande que se puede hacer". Valora el hecho que "son acontecimientos que van más allá de los conciertos", puesto que algunos "se quedan en la zona de acampada o hacen un paseo por el pueblo". En este sentido, ve positivo que cada vez son más los que programan diferentes actividades, más allá de la parte musical, como hace el Rototom Sunsplash, "mucho más familiar".
Sobre los aspectos a mejorar, el presidente de MúsicaProCV comenta que "la presencia femenina en los escenarios se está teniendo en cuenta" (a pesar de que "en unos festivales más que en otros"); ahora bien, echa de menos "más presencia de músicos valencianos" y que hagan música en valenciano, por lo cual pide a la Consejería de Cultura "cuidar" a los grupos autóctonos con "una línea de subvenciones específica para festivales" que ayude a crear "una normalidad".
Por último, Garcia cree que cuanto más festivales, más crecerá la afición a la música en general en el País Valencià y esto es positivo para el sector. "Recuerdo que las escuelas de música tenían miedo de tener la mejor escuela de música moderna del mundo en Valencia, la Berklee College of Music; pero esto hace que el resto tengan más alumnos. El hecho que un grupo esté en un festival no le quema en el territorio; si triunfa y cuatro meses después lo llevas a un teatro o sala, durante el circuito de invierno, lo llenará igual. Se está impulsando la música", defiende, convencido.