Si todo va bien, como auguran los eslóganes del vecindario y como todos esperamos, los meses más calurosos del año ya podremos salir de casa, ir a la playa, al río, en la montaña. Los más afortunados tendrán vacaciones; otros, a buen seguro que aprovecharán los fines de semana para hacer escapadas de proximidad porque tenemos sed de vivir más allá de las cuatro paredes de casa. Ahora bien, surgen algunos interrogantes: ¿Podremos viajar libremente en un mundo con una pandemia para la cual todavía no tendremos vacuna? Y quizás más importante todavía, ¿querremos? ¿Seremos capaces de superar los miedos? Este escenario de incertidumbre preocupa al sector turístico ante la época más importante del año.
Hosbec estima que la "travesía por el desierto" del turismo durará entre 6 y 12 meses
"El sector turístico está viviendo la que es la crisis más importante de su historia y sin ningún precedente". Así de contundentes se expresa la Asociación Empresarial Hotelera de Benidorm y la Costa Blanca (Hosbec) al documento Sistema de protección especial para el sector turístico español, donde pide al Sido un plan específico de un año para la recuperación de este sector, que auguran que entrará en "hibernación" con la crisis sanitaria.
La patronal hotelera nos recuerda las cifras del turismo en la economía estatal, que desde los años 60 "ocupa un lugar de privilegio situándose entre las potencias mundiales": ha creado 2,8 millones de puestos de trabajo y ha generado el 14,6% del PIB estatal con una aportación anual superior a los 175.000 millones de euros. Ahora, admiten que surgen "dudas sobre si la actividad turística" podrá tener "una convivencia compatible con el virus", por el miedo de la ciudadanía a los contagios. Creen que el sector turístico andará "una travesía por el desierto" que irá acompañada "de un periodo de sequía productiva continuada" que estiman que durará entre 6 y 12 meses.
Para tratar de aligerarlo, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) y los sindicatos CCOO y UGT han elevado en el Gobierno central una batería de propuestas en la misma línea de trabajo de Hosbec. Entre ellas, piden tener en cuenta las circunstancias especiales del sector, que tardará más que otros en volver a su rendimiento habitual, a la hora de tramitar los ERTE y un periodo de 12 meses de carencia en las amortizaciones de capitales. Es indudable que afectará de manera relevante a las autonomías del Arco mediterráneo, puesto que el turismo es un pilar de sus economías.
Cataluña y País Valencià, el "realismo" y las ganas de reinventarse
En Cataluña, el turismo representa el 12% de su PIB y borde el 14% de la ocupación. "Estamos muy preocupados, hay sectores en puntos de parálisis absoluta. De cara al futuro, estamos al 2-3% de las reservas que se tendrían que estar recibiendo en esta parte del año", admite el director general de Turismo de la Generalitat de Catalunya, Octavi Bono. Sostiene que, a estas alturas, "es muy difícil establecer como y de qué manera se irá produciendo la recuperación", pero nos traslada los pronósticos del sector: dada la gran dependencia del mercado internacional a la ciudad de Barcelona, algunos temen no poder abrir hasta finales de septiembre; al litoral, donde los más optimistas prevén operar a partir de finales de junio o julio. ¿Cómo será la actividad turística? Nadie lo sabe todavía.
Octavi Bono: "Estamos muy preocupados, hay sectores en puntos de parálisis absoluta"
"En el sector turístico no sólo hará falta una autorización que permita volver a poner en marcha los establecimientos; de forma generalizada, se necesita un volumen de actividad mínimo para habilitar la operativa de los establecimientos, porque tienen una estructura de costes que sólo es asumible con un determinado nivel de actividad", explica Bono.
Cifras parecidas demuestran el peso del turismo en el País Valencià: supone el 15% de su PIB y el 15% de la ocupación. El secretario autonómico de Turismo de la Generalitat Valenciana, Francesc Colomer, dice que es "optimista", pero subraya que "se tiene que ser realistas" respecto al verano 2020: "Tenemos pocas certezas. Quién diga el contrario y juegue a elucubrar, no es serio. Iremos al compás que dibuje la Administración sanitaria, que es quien marcará el guión". A partir de aquí, trabajarán los protocolos de regreso de la actividad turística.
Francesc Colomer: "Iremos al compás que dibujo la Administración sanitaria, que es quien marcará el guión"
Colomer contempla que un obstáculo será el "deterioro de la capacidad adquisitiva de mucha gente": "Lo primero que sacrifica una familia cuando hay crisis es el cajón donde tenía los ahorros para las vacaciones". Sin embargo, subraya que el sector turístico "tiene colectivos con una gran voluntad de volver, de aprovechar esto como una oportunidad de catarsis, de reinventarse". Pone el ejemplo de los responsables de subsectores turísticos como los festivales musicales, una de las señales de identidad turísticas que más se han potenciado los últimos años en el País Valencià: "Ya están rompiéndose la cabeza para ver como ofrecer garantías, como ofrecer más seguridad y volver a competir. Siempre mirando a sanidad, claro".
¿Cómo será el verano 2020?
Ir a la playa por turnos, desplazarnos en medios de transporte al 30% de su capacidad y ver fronteras cerradas tanto de entrada como de salida son algunas de las medidas que se están removiendo en el Gobierno español. El profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Pablo Díaz, sitúa la mejora en el sector a finales de verano, cuando algunos países europeos podrán empezar a abrir las fronteras: "Todo dependerá de la evolución de la pandemia y de la posible política común europea. Las políticas descoordinadas implicarán un retraso en la apertura de fronteras por la desconfianza mutua y las medidas desiguales adoptadas en cada país". Al principio se tendrá que atraer el turista de proximidad, pero asegura que nunca suplirá la demanda y el gasto de los turistas internacionales, que han llegado a los 83,7 millones de visitantes anuales en el Estado español.
Díaz augura que el menor poder adquisitivo de los turistas supondrá un abaratamiento de los precios al turismo, a pesar de que cree que ya no veremos ofertas agresivas, por ejemplo, en las compañías aéreas de bajo coste, "porque sería insostenible desde el punto de vista económico". Por todo esto, cree que veremos un verano 2020 con un escenario "parecido al de los años setenta, en que las familias se desplazaban en sus propios automóviles y, sobre todo, hacia apartamentos de veraneo".
Pablo Díaz (UOC) prevé un verano como los de los años '70, con desplazamientos en automóvil hacia los apartamentos de veraneo
Esto podría unirse a una mentalidad que ya estaba cada vez más concienciada con aspectos como la sostenibilidad, la ecología y el respeto a las sociedades locales, poco proclive a las masificaciones y crítico hacia un sistema aéreo poco implicado en el medio ambiente. "Ya se identificaba una tendencia hacia un turismo más responsable y puede ser que el escenario posterior a la pandemia acelere la regulación de las Administraciones y la presión de la demanda en este sentido", afirma el director del programa de Turismo de la UOC, Joan Miquel Gomis. En este sentido, Díaz añade que este año el turista nacional tendrá "una oportunidad única" para "disfrutar como nunca" de destinos cercanos "sin turistificación".
Protocolos y sellos para erigirse como destino fiable
"Hasta que desaparezca la amenaza de la COVID-19, la seguridad tiene que ser el principio que rija todas las decisiones públicas y privadas por encima de otros criterios como la economía o el interés particular. España no se puede permitir episodios de contagio vinculados al turismo porque esto supondría un desastre en cuanto a imagen". Son valoraciones de la patronal Hosbec que ponen el dedo a la llaga: el miedo a viajar por el riesgo de contagio puede ser el principal obstáculo del sector turístico los próximos meses.
Hosbec opina que España no se puede permitir episodios de contagio vinculados al turismo porque esto supondría un desastre en cuanto a imagen
Gomis valora que a corto y mediano plazo, los viajes de larga distancia se podrían reducir por el miedo, como ya pasó después de los atentados de la 11-S: "La experiencia es tan traumática que puede provocar un cambio en la orden de prioridades en la vida de muchas personas. Y entre estos cambios de prioridades, es previsible que también haya los hábitos en turismo, hecho que condicionará la oferta. Los viajes de proximidad generan más confianza psicológica, más sensación de control y menos gastada entre los viajeros y, por lo tanto, se pueden recuperar antes".
El profesor Díaz opina que, con la llegada de las buenas temperaturas y la bajada de las cifras de contagios, no habrá "zonas castigadas" porque "la pandemia está tan extendida que difícilmente se pueden señalar destinos turísticos como mucho peligrosos". Por lo tanto, cree que no habrá "una singularidad negativa", pero sí una "singularidad positiva" en aquellas zonas que consigan erigirse como destino seguro. Esa será, por lo tanto, la clave a la hora de ser competitivos, y ya lo tienen bien claro los gobiernos valenciano y catalán.
El secretario autonómico valenciano afirma que "es el momento de protocol·litzar la seguridad para combatir el miedo": "El consumo es un estado de ánimo y la demanda funciona por estado de ánimo. habrá una pulsión para viajar después de unos meses de confinamiento? Claro que sí, pero la oferta turística tendrá que presentar una propuesta de seguridad. La propuesta de valor, que es nuestra ventaja competitiva, tendrá que ser la seguridad, la tranquilidad, la fiabilidad. Y en esto competiremos todos los destinos porque el shock ha sido global".
En Cataluña, el director general explica que ya están trabajando en una estrategia de protocolos y sellos de garantía para los establecimientos turísticos. El director general aprecio que "a partir de finales de mayo y principios de junio" empezarán a impulsar unos "protocolos estrictos" orientados al empresariat vinculado al sector turístico porque pueda conocer "mejores praxis" para garantizar la seguridad sanitaria. Después la Generalitat de Cataluña niciarà un proceso de verificación para comprobar que "se ha cumplido" y, entonces, se concederá un sello de garantía sanitaria.
En la provincia de Alicante ya han tomado la iniciativa de forma autónoma y han anunciado el lanzamiento del sello 'Alicante Covid Free' para los establecimientos turísticos que cumplan el protocolo de seguridad e higiene establecido por el Ministerio de Sanidad. Lo ha creado el Patronato de Turismo junto con la Asociación Provincial de Hoteles de la Provincia de Alicante (APHA), la Asociación provincial de Empresarios de hostelería (APEHA) y la Asociación de Restaurantes de Alicante (AHORA) para "transmitir la máxima tranquilidad" a los visitantes.
Ayudas en Cataluña y País Valencià
En todo caso, y a la espera de ver como se comporta el turista -y como puede comportarse-, los Gobiernos autonómicos ya han puesto en marcha líneas de ayudas para intentar salvar el tejido empresarial del sector turístico. La Generalitat de Catalunya ha aprobado una línea de ayudas directas de 3,5 millones de euros para apoyar a microempresas y profesionales del sector turístico para garantizar las reaperturas; concede 2.500 euros por beneficiario y está dirigida a gastos corrientes -sueldos, alquileres, etc. También han anunciado planes de formación, préstamos orientados al sector y planes de promoción orientando los destinos a los mercados de proximidad, apuntando al catalán, español y sur de Francia.
Por su parte, la Generalitat Valenciana ha aprobado un decreto de ayudas directas de 6,5 millones de euros "para salvar estructuras de empresa" que Colomer recalca que no se han recortado de proyectos en marcha, sino otros del futuro que de momento ya no se harán. Cómo en el caso catalán, se destinarán 2.500 euros para cada entidad y es una ayuda complementaria a las aprobadas por otros departamentos, como los 1.500 euros de la Consejería de Economía para los autónomos más castigados. "Lo que más me preocupa es que esta hibernación se cargue el tejido productivo valenciano más pequeño, esto es una ayuda para poder resistir", sostiene Colomer. También trabajan en planes de formación, transformación digital y estudios de mercado nacional e internacional para vigilar la evolución del pico de la curva.
Los italianos que veranean en el país en 2020 podrán disfrutar de una deducción fiscal de hasta 325 euros
Estas ayudas están orientadas a intentar salvar y reforzar el sector empresarial. Otro enfoque es la iniciativa del Gobierno italiano, que ha anunciado un incentivo al consumo: los italianos que veraneen en el país en 2020 podrán disfrutar de una deducción fiscal de hasta 325 euros. El objetivo de todos estos territorios es salvar una industria relevante y mantener su atractivo como destino turístico, que ahora sólo se podrá conseguir combatiendo los miedos del turista, es decir, garantizando la seguridad sanitaria.