El boom de las empresas de ojeras hace tiempos que vuela en casa nuestra: Meler, Hawkers, Etnia, Flamingo, Lool Eyewear, Pegaso, Favàritx... en los últimos años se han impulsado las ventas de productos ópticos a nuestro país. El 2016, el crecimiento fue del 4,3%, hasta los 720 millones, según el informe sectorial de DBK. La última propuesta tenía que ser muy diferente. Los emprendedores detrás de PaperEyes tienen un punto diferencial, y es que están forrades de materiales que no te habrías imaginado nunca: papel, tela, madera y, incluso, de pétalos de flores. "Teníamos muy claro cuando empezamos que no podíamos salir al mercado con las ojeras que estaba vendiendo todo el mundo, sino que tenía que ser algo que llamara la atención", recuerda Xavi Llanas, CEO y fundador de la startup. Tal ha sido el éxito de las ojeras de PaperEyes que en dos años ya cuentan con más de 60 puntos de venta en toda Cataluña y cuatro en Europa, dos en Francia y dos en Alemania.
Materiales únicos y atrevidos
Xavi Llanas es óptico y después de años trabajando en el sector empezó a fabricar una línea de ojeras de marca blanca para vender a través de sus dos tiendas. Pero para diferenciarse del resto, Lana tuvo la idea de trabajar con diferentes materiales para crear las tres grandes líneas que conforman la colección de PaperEyes: el papel, la madera y la ropa.
En el primer caso, se trata de ojeras forrades de papel por la cara externa y protegidas con barnices. Además, cuentan con una estética de los años 70 y 80. También trabajan con tela y con madera laminada, una técnica que, según el emprendedor, "no lo hace nadie más". Según Llanas, "trabajamos mucho la textura, que sea una ojera diferente y que la gente lo note".
Llanas: "Para competir con los grandes distribuidores, la óptica pequeña está buscando un producto diferenciado"
Todas las ojeras se fabrican desde Barcelona, a pesar de que la materia primera se importa desde Italia. Para el óptico, este es uno de los puntos diferenciales de la startup, puesto que van a buscar la fabricación de proximidad y aquel fabricante que utiliza materiales ecológicos. PaperEyes cuenta con un taller propio desde donde llevan a cabo una parte del proceso de fabricación, como por ejemplo el laminado de las ojeras.
Ojeras diferentes para la óptica de barrio
Las ojeras de PaperEyes se pueden encontrar en diferentes puntos de venta físicos a un precio que no llega a superar los 200 euros. "No son ojeras baratas pero teniendo en cuenta que son hechos a mano y con una fabricación de proximidad pensamos que el producto que estamos ofreciendo no es caro", señala Llanas.
Según Llanas, "la óptica se está convirtiendo en un escaparate"
El target de clientes de PaperEyes son personas a partir de 35 o 40 años que buscan dar un toque diferencial en su estilo con las ojeras. "Al principio pensábamos que nuestro público serían los jóvenes, pero en cuatro días vimos que la gente joven no se atreve con estos diseños más extremados y, en cambio, son los más grandes los que buscan destacar", apunta Llanas.
La startup comercializa su producto a través de ópticas de pequeña o mediana dimensión que cuentan con una o dos tiendas, no la gran cadena. Según el emprendedor, el mercado de la óptica se está polarizando mucho con los pequeños retailers y los grandes distribuidores y el óptico, como que no puede competir con precio, está buscando un producto diferenciado. "Y nosotros encajamos muy bien en este pequeño comerciante que quiere una ojera diferente", añade.
La digitalización de la óptica
PaperEyes se ha centrado en el canal offline para vender sus productos, "porque como óptico pienso que la ojera se tiene que vender a la óptica", apunta Llanas. Aún así, el emprendedor es consciente del que está sufriendo el sector de la óptica debido al canal online, puesto que "nos estamos convirtiendo en escaparates, la gente viene a probarse las ojeras y después las compra online".
Es por este motivo que Llanas cree difícil que la tienda física pueda competir en cuanto a precio con el ecommerce y es por eso que a la larga "no nos quedará más remedio que convivir y entrar al sector online", añade.
Expandir el mercado internacional
La startup se ha autofinanciado gracias al apoyo de las dos ópticas que ya tenía el emprendedor antes de montar el proyecto. PaperEyes ha logrado una facturación de 50.000 euros el 2017 y por este año prevé facturar entre 70.000 y 80.000 euros.
Como objetivos, PaperEyes prevé hacer una expansión internacional, por lo cual están buscando distribuidores en Italia y Francia, principalmente. Además, quieren lanzar nuevos modelos de ojeras y fabricar con metal de cara en verano que viene, puesto que "el mercado nos lo pide".