26
de Mayo
de
2016
Act.
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de Mayo
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2016
"El primero que se tendría que encontrar son clientes y facturar. Cuando ya no puedes financiar el crecimiento con los clientes es cuando tienes que buscar financiación". Oriol Sans, director de Financiación de Acción, recuerda entrevistado por VÍA Emprendida que buscar dinero "es un trabajo esgotadora y desfocalitzadora de la actividad real de la compañía, que tiene que ser incrementar ventas o encontrar clientes". Aún así, la investigación de financiación sigue siendo una de las actividades más importantes para los emprendedores, motivo por el cual al Bizbarcelona de los cercanos 1 y 2 de junio encontrarán el consejo de varios expertos en la materia. Al fin y al cabo, no todo el dinero son iguales ni todos los proyectos necesitan el mismo.
Las diversas opciones de la inversión privada
"Cuando una empresa no tiene una generación de caja suficiente para volver un préstamo se tiene que financiar con capital y no con deuda bancaria", argumenta Sans. Esta financiación tiene la ventaja que "no se tiene que volver en los próximos años y le da una mayor estabilidad". Àlex de Espona, coordinador de Business Angels Network Cataluña (BANCO), constata que la banca tradicional es una opción más difícil para las startups porque son "compañías sin un histórico y con un riesgo elevado".
Esto hace que las vías de financiación pasen por otros caminos. De entrada, de Espona invita a no olvidar los recursos propios. "Son fáciles de conseguir porque no se tiene que firmar ningún contrato ni demostrar la viabilidad a nadie, pero tiene el problema que a menudo son los recursos más escasos", evidencia. A continuación menciona la conocida triple F: Family, friends and fools. "Este es de largo el mecanismo más utilizado, a pesar de que es opaco porque no hay estadísticas", asegura. Un golpe más, se trata de una financiación poca formalizada, donde no se acostumbran a firmar contratos y con cantidades limitadas.
Ahora bien, cuando se sale del círculo más cercano, el coordinador de BANCO señala tres fuentes principales: el crowdfunding, los business angels y el capital riesgo. Tres tipos de fuentes de dinero muy diferente, puesto que en un extremo hay muchos inversores muy pequeños aportando cantidades reducidas en equity, con tickets de unos 1.000 o 2.000 euros. "Tienen una aproximación más empática y emocional", dice de Espona para diferenciar la financiación colectiva del capital riesgo, situado al otro extremo.
En este caso, resume, se trata "de operadores financieros muy profesionales que tienen como misión empresarial la rentabilidad de un dinero que no son suyos". Las inversiones del capital riesgo tienen un tiempo de vida más largo, de unos 10 o 12 años, entrando en los proyectos cuando son pequeños y saliendo cuando son más grandes. "De estos hay pocos, pero aportan más cantidad, a partir de 500.000 euros", detalla.
Finalmente, enmedio hay los inversores privados y los business angels. "No son tan emocionales como lo puede ser un crowdfunding, ni tan agresivos con una visión tan financiera como el capital riesgo", afirma Àlex de Espona sobre esta vía que acostumbra a aportar capital entre 50.000 y 200.000 euros. "Lo acostumbran a hacer con coinversió con otra gente porque muchos acostumbran a ser empresarios que tienen otras ocupaciones", añade.
Un tipo de inversión por cada fase
"Los inversores los tienes que ir a buscar cuando realmente los necesitas", dice Oriol Sans. "Tienes que intentar optimizar el momento donde necesitas el dinero en relación con el valor de la compañía y el riesgo quepercibe el mercado", añade. Así pues, este equilibrio permitirá al emprendedor "disponer de una participación más elevada y que no te diluyas tanto". El director de Financiación de Acción advierte que "cuanto más riesgo perciban los inversores, más porcentaje pedirán y más barata venderá el emprendedor su parte de la compañía".
Pero qué tipo de inversión requiere cada momento? Por Àlex de Espona todo va un poco rodado. "Es difícil que encuentres un inversor si antes tú no has creído en tú mismo, o tu círculo cercano no lo ha hecho", afirma. "Un proyecto tiene que ir cumpliendo etapas tanto en los activos como desde la financiación. Un inversor privado no entrará si nohas puesto dinero o has tenido una ronda de FFF", insiste. El coordinador de BANCO deja claro que "los proyectos no se hacen a expensas de los inversores privados, es a la inversa. Los inversores ayudan a ejecutar proyectos, los aceleran".
Qué tiene que saber el emprendedor?
"Los inversores privados buscan que el proyecto ya tenga algunos indicadores, sobre todo relacionados con ventas", indica Oriol Sans sobre los requisitos que harán falta para captar financiación. "Los emprendedores tienen que ver qué buscan de un inversor. Esta es el trabajo esencial que tienen que hacer cuando buscan financiación", advierte. Hay que tener en cuenta los diversos perfiles inversores y ver cuál es lo más indicado para el proyecto. "El inversor te puede ayudar a estructurar la empresa, a hacer determinados fichajes para la consolidación de los equipos, a consolidar sistemas de gestión internos, a negociar con capital riesgo o a abrir puertas con clientes", dice Sans.
Se trata, pues, "de mirar la calidad del inversor para ver qué aportación hará aparte del dinero porque la empresa crezca más". Saber donde ha invertido antes, que ha aportado. "Igual que el inversor hace una due dilligence de la empresa, el emprendedor lo tendría que hacer del inversor", resume el responsable del área de Financiación de Acción.
Estudiar bien las necesidades
Un golpe identificado el perfil inversor más indicado para el proyecto, el emprendedor setiene que dirigir con los números hechos. "Tiene que saber a que destinará aquel dinero y con qué importe. Si esto no lo tiene claro es que no ha hecho bien el trabajo inicial y al inversor le hará una cierta recança invertir en una empresa que quizás a la cabeza de cuatro meses volverá a buscar financiación", alerta Sans. Desarrollo de producto, comercialización, marketing... el dinero tienen que tener un objetivo claro y pautado. "También tienes que saber en qué momento los vuelos, porque dependiendo de esto el inversor puede hacer desembolsos parciales y puede ver como evoluciona su riesgo", añade.
"El dinero que recibes no son para comprarte un Porsche Cayenne", afirma entre la exageración y la ironía Àlex de Espona. "Tienes que tener muy claro cuánto dinero quieres, por qué los vuelos y cuando cruces que los conseguirás rentabilizar". Esto también implica analizar el que se ha hecho hasta ahora para poder generar credibilidad más allá de los planes sobre el papel. El coordinador de BANCO, además, recuerda que el emprendedor "tiene que saber qué está dispuesto a ceder a cambio en términos de participación o decisiones a compartir". Al fin y al cabo, los inversores están comprando participaciones de la empresa y el dinero no se vuelven como tales, sino en forma de crecimiento del proyecto.
Tramos complicados
"Los emprendedores siempre dirán que hay carencia de capital y los inversores dirán que los buenos proyectos siempre se financian", evidencia Oriol Sans cuando se le pregunta sobre los tramos de financiación más difíciles de cubrir. Ahora bien, reconoce que están percibiendo que "a partir de un millón de euros hay bastanta carencia de capital". Aún así, Sans recuerda que el aumento de inversores extranjeros ayuda cada vez más a corregirlo. "Esto demuestra la capacidad de atracción del ecosistema catalán, que así no sólo recibe capital, también gana en contactos y a ligarse a flujos de conocimiento exterior". Sea como fuere, el responsable de Acción confía que a medida que el ecosistema evolucione y se generen más empresas en todas las fases de financiación, "irán saliendo los financiadores".
De Espona, a su vez, no se olvida de destacar que "levantar el primer euro es muy difícil. Cuando una empresa tiene un pasado y una trayectoria de crecimiento contrastable es más factible conseguir dinero". De hecho, destaca que "conseguir los primeros 50.000 o 100.000 euros quizás es más complicado que levantar medio millón cuando la empresa ya está facturando". Al fin y al cabo, asegura, "no es tanto un tema de cantidad, sino de riesgo del proyecto". En cualquier caso, el coordinador de BANCO concluye como buen representante de inversores que "faltan más buenos proyectos que dinero".
Las diversas opciones de la inversión privada
"Cuando una empresa no tiene una generación de caja suficiente para volver un préstamo se tiene que financiar con capital y no con deuda bancaria", argumenta Sans. Esta financiación tiene la ventaja que "no se tiene que volver en los próximos años y le da una mayor estabilidad". Àlex de Espona, coordinador de Business Angels Network Cataluña (BANCO), constata que la banca tradicional es una opción más difícil para las startups porque son "compañías sin un histórico y con un riesgo elevado".
Esto hace que las vías de financiación pasen por otros caminos. De entrada, de Espona invita a no olvidar los recursos propios. "Son fáciles de conseguir porque no se tiene que firmar ningún contrato ni demostrar la viabilidad a nadie, pero tiene el problema que a menudo son los recursos más escasos", evidencia. A continuación menciona la conocida triple F: Family, friends and fools. "Este es de largo el mecanismo más utilizado, a pesar de que es opaco porque no hay estadísticas", asegura. Un golpe más, se trata de una financiación poca formalizada, donde no se acostumbran a firmar contratos y con cantidades limitadas.
Ahora bien, cuando se sale del círculo más cercano, el coordinador de BANCO señala tres fuentes principales: el crowdfunding, los business angels y el capital riesgo. Tres tipos de fuentes de dinero muy diferente, puesto que en un extremo hay muchos inversores muy pequeños aportando cantidades reducidas en equity, con tickets de unos 1.000 o 2.000 euros. "Tienen una aproximación más empática y emocional", dice de Espona para diferenciar la financiación colectiva del capital riesgo, situado al otro extremo.
En este caso, resume, se trata "de operadores financieros muy profesionales que tienen como misión empresarial la rentabilidad de un dinero que no son suyos". Las inversiones del capital riesgo tienen un tiempo de vida más largo, de unos 10 o 12 años, entrando en los proyectos cuando son pequeños y saliendo cuando son más grandes. "De estos hay pocos, pero aportan más cantidad, a partir de 500.000 euros", detalla.
Finalmente, enmedio hay los inversores privados y los business angels. "No son tan emocionales como lo puede ser un crowdfunding, ni tan agresivos con una visión tan financiera como el capital riesgo", afirma Àlex de Espona sobre esta vía que acostumbra a aportar capital entre 50.000 y 200.000 euros. "Lo acostumbran a hacer con coinversió con otra gente porque muchos acostumbran a ser empresarios que tienen otras ocupaciones", añade.
Un tipo de inversión por cada fase
"Los inversores los tienes que ir a buscar cuando realmente los necesitas", dice Oriol Sans. "Tienes que intentar optimizar el momento donde necesitas el dinero en relación con el valor de la compañía y el riesgo quepercibe el mercado", añade. Así pues, este equilibrio permitirá al emprendedor "disponer de una participación más elevada y que no te diluyas tanto". El director de Financiación de Acción advierte que "cuanto más riesgo perciban los inversores, más porcentaje pedirán y más barata venderá el emprendedor su parte de la compañía".
Pero qué tipo de inversión requiere cada momento? Por Àlex de Espona todo va un poco rodado. "Es difícil que encuentres un inversor si antes tú no has creído en tú mismo, o tu círculo cercano no lo ha hecho", afirma. "Un proyecto tiene que ir cumpliendo etapas tanto en los activos como desde la financiación. Un inversor privado no entrará si nohas puesto dinero o has tenido una ronda de FFF", insiste. El coordinador de BANCO deja claro que "los proyectos no se hacen a expensas de los inversores privados, es a la inversa. Los inversores ayudan a ejecutar proyectos, los aceleran".
Qué tiene que saber el emprendedor?
"Los inversores privados buscan que el proyecto ya tenga algunos indicadores, sobre todo relacionados con ventas", indica Oriol Sans sobre los requisitos que harán falta para captar financiación. "Los emprendedores tienen que ver qué buscan de un inversor. Esta es el trabajo esencial que tienen que hacer cuando buscan financiación", advierte. Hay que tener en cuenta los diversos perfiles inversores y ver cuál es lo más indicado para el proyecto. "El inversor te puede ayudar a estructurar la empresa, a hacer determinados fichajes para la consolidación de los equipos, a consolidar sistemas de gestión internos, a negociar con capital riesgo o a abrir puertas con clientes", dice Sans.
Se trata, pues, "de mirar la calidad del inversor para ver qué aportación hará aparte del dinero porque la empresa crezca más". Saber donde ha invertido antes, que ha aportado. "Igual que el inversor hace una due dilligence de la empresa, el emprendedor lo tendría que hacer del inversor", resume el responsable del área de Financiación de Acción.
Estudiar bien las necesidades
Un golpe identificado el perfil inversor más indicado para el proyecto, el emprendedor setiene que dirigir con los números hechos. "Tiene que saber a que destinará aquel dinero y con qué importe. Si esto no lo tiene claro es que no ha hecho bien el trabajo inicial y al inversor le hará una cierta recança invertir en una empresa que quizás a la cabeza de cuatro meses volverá a buscar financiación", alerta Sans. Desarrollo de producto, comercialización, marketing... el dinero tienen que tener un objetivo claro y pautado. "También tienes que saber en qué momento los vuelos, porque dependiendo de esto el inversor puede hacer desembolsos parciales y puede ver como evoluciona su riesgo", añade.
"El dinero que recibes no son para comprarte un Porsche Cayenne", afirma entre la exageración y la ironía Àlex de Espona. "Tienes que tener muy claro cuánto dinero quieres, por qué los vuelos y cuando cruces que los conseguirás rentabilizar". Esto también implica analizar el que se ha hecho hasta ahora para poder generar credibilidad más allá de los planes sobre el papel. El coordinador de BANCO, además, recuerda que el emprendedor "tiene que saber qué está dispuesto a ceder a cambio en términos de participación o decisiones a compartir". Al fin y al cabo, los inversores están comprando participaciones de la empresa y el dinero no se vuelven como tales, sino en forma de crecimiento del proyecto.
Tramos complicados
"Los emprendedores siempre dirán que hay carencia de capital y los inversores dirán que los buenos proyectos siempre se financian", evidencia Oriol Sans cuando se le pregunta sobre los tramos de financiación más difíciles de cubrir. Ahora bien, reconoce que están percibiendo que "a partir de un millón de euros hay bastanta carencia de capital". Aún así, Sans recuerda que el aumento de inversores extranjeros ayuda cada vez más a corregirlo. "Esto demuestra la capacidad de atracción del ecosistema catalán, que así no sólo recibe capital, también gana en contactos y a ligarse a flujos de conocimiento exterior". Sea como fuere, el responsable de Acción confía que a medida que el ecosistema evolucione y se generen más empresas en todas las fases de financiación, "irán saliendo los financiadores".
De Espona, a su vez, no se olvida de destacar que "levantar el primer euro es muy difícil. Cuando una empresa tiene un pasado y una trayectoria de crecimiento contrastable es más factible conseguir dinero". De hecho, destaca que "conseguir los primeros 50.000 o 100.000 euros quizás es más complicado que levantar medio millón cuando la empresa ya está facturando". Al fin y al cabo, asegura, "no es tanto un tema de cantidad, sino de riesgo del proyecto". En cualquier caso, el coordinador de BANCO concluye como buen representante de inversores que "faltan más buenos proyectos que dinero".