Son las peores cifras de los últimos años. España registra una tasa de absentismo laboral del 5,4%, la mayor de la serie histórica, así como la peor cifra desde 2007 en horas perdidas por asalariado. Catalunya, por debajo de la media española, es el sexto territorio de todo el Estado con una tasa de absentismo laboral más baja, un 4,8%, pero también es el segundo que concentra el mayor número de siniestros durante la jornada laboral que causan bajas con 23.858, un 17,3% del total. Según Adecco Institute, durante el segundo trimestre de 2019, Catalunya presenta una ratio de siniestros ligeramente por debajo de la media estatal y el octavo menor registro en cuanto a la incidencia de estos accidentes: de cada 10.000 ocupados, hay 69,5 siniestros. Mientras tanto, el País Vasco lidera la tasa más alta de absentismo con un 6,4%, seguido de Castilla y León con un 6,1% y de Aragón con un 5,9%. Eso sí, ahora hace un año, la diferencia entre la mayor y menor tasa era del 4,9%, mientras que ahora se reduce un punto hasta el 3,9%.
Este recorte, sin embargo, no es indicador de buenas noticias puesto que de media se han perdido 7,7 horas mensuales de media por cada asalariado, un 0,3% más que en 2018 y la peor cifra desde 2007. También los accidentes laborales han causado más bajas con un aumento del 1,7% y un total de 137.749, el mayor número de accidentes en un trimestre desde 2010. Eso sí, la incidencia por cada trabajador se ha reducido, pero muy ligeramente: de 70 accidentes por cada 10.000 trabajadores a 69,6. Ante estos datos, y a pesar de que Baleares es la autonomía con una mayor siniestralidad laboral con 100 accidentes por cada 10.000 ocupados, rebajan la media estatal con sólo un 2,5% de absentismo, seguida de Andalucía con un 3,5% y de Extremadura con un 4,1%.
La gran sorpresa es la caída del absentismo en la industria y la construcción -un 5,4% y un 3,4% respectivamente-, mientras que en el sector servicios la media se incrementa hasta el 5,5%, un 0,3%. Aun así, pero, en las Canarias y Navarra, la tasa de absentismo en la industria se eleva al 6,5%, mientras que en Cantabria lo hace hasta el 6,2% y en Castilla el-Fuelle hasta el 6,1%. Catalunya también se posiciona por encima la media estatal con un 5,9% de absentismo en este sector, una tasa más elevada que la del año anterior.
En cuanto a la construcción, Catalunya se alinea con la media española con un 3,4% de absentismo. De hecho, el porcentaje no se eleva muy más con la primera comunidad que más absentismo sufre en este sector, Galicia, donde se sitúa en el 3,9%, seguida de Canarias y Aragón con el 3,6%. Por debajo del 3%, sólo se encuentran Castilla la Mancha, Andalucía y Extremadura.
Mientras tanto, en el sector servicios, el País Vasco vuelve a encabezar la tabla con el 7% del total, un punto y medio por encima de la media española, seguido de Canarias con un 6,1% y La Rioja con un 5,7%. Catalunya también está por encima la media estatal con un 5,6% de absentismo en este sector.
En relación a la siniestralidad laboral, Catalunya, Andalucía y Madrid suman prácticamente la mitad de los siniestros que tienen lugar durante la jornada laboral con un 17,5%, un 17,3% y un 13,7% respectivamente. De hecho, la siniestralidad se ha incrementado en 12 territorios y sólo se reduce en cinco. Ahora bien, aún así, si se observa la incidencia cada 10.000 ocupados, son las Baleares las que se plantan en la primera plaza con 100 de cada 10.000. Catalunya se posiciona en la 10en plaza junto con Extremadura y con 69,5 accidentes por cada 10.000 trabajadores.
Además de todo esto, y a escala estatal, los hombres incrementan con creces la media española en cuanto a siniestralidad por sexo: ellos tienen 92 siniestros por cada 10.000 trabajadores, mientras que las mujeres rebajan la cifra hasta los 42,9 siniestros. Dicho de otro modo, siete de cada 10 accidentes laborales son sufridos por los hombres, es decir, un 71,8% del total, mientras que las mujeres sufren un 28,2%.
Decía el historiador Thomas Carlyle que "el trabajo es vida", pero hay que poner especial atención en cuestiones tan importantes como el incremento de la siniestralidad laboral o las enfermedades profesionales para ganar tanto por un lado como por el otro y, así, reducir el absentismo y aumentar la productividad.