Nos hablan del pasado, nos informan del futuro y analizan el presente. Son las voces que siempre hemos escuchado, pero a las que ahora, en tiempos de covid-19, nos aferramos más que nunca. Los economistas, aquellos profesionales que tanto saben y que tan poco les consultan, han sabido hacerse un lugar en las redes para poder transmitir su mensaje y, gracias a esto, cuatro catalanes entran en el ranking de los economistas influencers más populares del mundo. De cerca de 500 economistas analizados por Ideas, la base de datos biográficas económicas más grande del mundo, Xavier Sala-i-Martin se planta en el top 2 de la tabla con sus más de 501.200 seguidores en Twitter y lo hace sólo por detrás del Nobel de Economía, Paul Krugman, que pasa por delante del resto con una cifra muy significativa: 4.625.821 personas que siguen sus tuits.
Con más de 82.000 seguidores, Germà Bel escala hasta la 28a posición del ranking, seguido de Elisenda Paluzie con 66.100 followers y en la 40a posición y de PolAntràs, que se planta en la 213en plaza con 10.900 tuiteros que le siguen. Pero, ¿qué pasa con otros como Oriol Amat o SantiagoNiño Becerra? Según Ideas, analizan a aquellos que tuitean cada día y que están registrados como economistas en la red social, pero también hay otro factor y, seguramente por eso, otros economistas influyentes de Catalunya no aparecen en la tabla. Y es que para entrar, hay que hacer una serie de pasos para que la web te tenga en cuenta.
Mientras tanto, sin embargo, hay otros mapas de personas influyentes como el Top Influencers de España, que añaden a su lista a algunos que no constan en el ranking mundial. De este modo, el Niño Becerra se situaría sólo por debajo de Sala-y-Martin con más de 200.000 seguidores, Amat quedaría justo por debajo de Bel con sus 32.700 y entrarían en la tabla otros como García Domínguez, José Guimerà, Trias de Bes y NuriaChinchilla. Pero aquí todavía faltarían otros como Ramon Tremosa, que, a pesar de tener 96.300 seguidores, no aparece en ninguno de los rankings.
Sea como sea, siempre, pero ahora más que nunca, es importante escucharlos y tenerlos en cuenta. Al inicio de la pandemia del coronavirus, muchos ya pedían más acción y menos negacionismo ante la incertidumbre, pero vuelve el día de la marmota. Como dice Bel, "estamos como hace cuatro meses, cuando subía el primer brote de covid: incertidumbres y acciones dubitativas en Catalunya, unas acertadas y otras no. Negacionismo en Madrid y Meseta, a pesar de ir a peor. Evolucionará todo igual", sentencia.
Son tiempos difíciles en que la incertidumbre lo nubla todo, pero tiempos, al fin y al cabo, en que, como siempre, aparecen voces optimistas y voces pesimistas. Eso sí, todas con un mismo diagnóstico y con peticiones muy similares a las administraciones públicas. Como avisaba Amat, si no nos hubiera sorprendido la crisis por la covid-19, habría otra hija de la revolución 4.0 porque continuamos manteniendo la enfermedad crónica de la poca inversión en I+D. Como dice en su descripción de Twitter, sus opiniones -y su último libro- no están recomendados "para los que prefieren visiones catastrofistas" porque él siempre ve una luz al final del túnel. En este caso, se aferra al hecho de que "tenemos la suerte de que somos un país rico y de que sabemos cuál es el problema" y, sobre todo, cómo solucionarlo.
Rescate contundente y, como decía el vicepresident del Govern y conseller d'Economia, Pere Aragonès, despedirse por un tiempo de la austeridad para dar la bienvenida a la expansión económica y hacer posible la recuperación. Porque, en momentos complicados, "las administraciones tienen que poner toda la fortaleza para la ciudadanía" y, en momentos complicados, o no tanto, siempre está en nuestras manos elegir como queremos ver la botella: medio llena o medio vacía.
Porque de economistas hay de todos colores, pero es importante saber hacer llegar al mensaje a la ciudadanía de manera fácil, comprensible y transparente. A la ciudadanía y a las administraciones, y estos economistas del ranking, además de otros, son voces que, a buen seguro, se tienen muy en cuenta cuando se intenta poner hilo a la aguja a la situación. Eso sí, hay que escucharlos y aplicar más sus propuestas porque quienes saben de economía son los economistas como quienes sabe de medicina son los sanitarios. Y de esto no hay ninguna duda.