Las trabas burocráticas siempre hacen estorbo. Tener que rellenar documentos, aportar avales, acreditarlo todo por triplicado. Pagar tasas y dedicar horas del día a hacer gestiones administrativas supone un bloqueo para cualquier asunto que se tenga que solucionar, y todavía lo son más con una decisión de la gravedad de fundar una empresa. En este sentido, el Banco Mundial dedica parte de su informe anual Doing Business a las facilidades que un emprendedor puede encontrar en cada país para posar blanco sobre negro su proyecto. El organismo se basa en diferentes aspectos, desde el tiempo que se tiene que dedicar hasta los costes o la cantidad de procedimientos administrativos de obligado cumplimiento.
En el informe de 2020, el último completo, se puede observar que la Unión Europea no está precisamente unida en términos administrativos y empresariales. La varianza entre los estados miembros es sustancial. El país que sale mejor parado en este aspecto es Grecia. Con una nota de 96 sobre 100, el país heleno no es solo el estado europeo donde es más fácil emprender según el Banco Mundial, sino que ocupa la undécima plaza entre todos los países del mundo en cuanto a facilidades a la hora de fundar un proyecto empresarial. Del país destaca, especialmente, el reducido número de procedimientos que se tienen que llevar a cabo para hacer realidad una idea de negocio.
Fuente: Banco Mundial
Además de Grecia, solo hay cuatro países europeos entre los 30 mejores del mundo en cuanto a la sencillez de sus procesos empresarial. Estonia, el decimocuarto del mundo, con una nota de 95,4 sobre 100, destaca de entre el resto por los cortos tiempos de espera a la hora de tramitar la fundación de una compañía. Le siguen la República de Irlanda, con un 94,4 sobre 100; los Países Bajos, con una nota de 94,3; y Letonia, evaluada por el World Bank con un 94,1.
Las principales economías de la eurozona dejan también resultados desiguales. Alemania, el gigante industrial del continente, se queda en un 83,7 sobre 100, en la posición número 125 del mundo. Francia, por su parte, supera los 93 puntos, y se cuela entre los 40 países del mundo que ponen más facilidades para poner en marcha un negocio. Italia y España, en estos términos, son países de media tabla: con 86,9 y 86,8 puntos, ocupan las posiciones 97 y 98, respectivamente, del ranking elaborado por el organismo.
Cierran la lista, en cuanto a la Unión Europea, Polonia y la República Checa, los únicos dos estados del continente que bajan de los 83 puntos. Polonia destaca por los largos tiempos de espera a la hora de fundar una corporación, más de 37 días por cada fundador, según el banco; mientras que el World Bank considera que cada empresario tiene que hacer de media más de nuevo trámites y procedimientos diversos para fundar un negocio a la República Checa.
Costes diversos
Uno de los factores más relevantes a la hora de establecer en qué países se tiene que ir para crear un negocio es el coste de hacerlo. La medida que usa el Banco Mundial en su estudio, en este caso, está adaptada en cada territorio: qué porcentaje de la renta per cápita se tiene que usar, de media, para fundar una empresa. Los resultados, en cuanto a la Unión Europea, son dispares.
Fuente: Banco Mundial
De entre las quince mayores economías del continente, Italia y Polonia destacan en este ámbito con costes superiores al 10%, según el Banco Mundial, de la renta per cápita de su país para crear un negocio. En el caso polaco se queda en un 11,6%, mientras que en el país mediterráneo el coste crece hasta el 13,8% de los ingresos medianos de un ciudadano. Alemania es el siguiente, con cerca del 7% de la renta, mientras que España ocupa una posición intermedia, con una exigencia de capital justo por debajo del 4%.
El país donde más barato sale ser un emprendedor, como mínimo relativo a la renta per cápita, es la República de Irlanda. Los emprendedores irlandeses solo tienen que invertir, según el Banco Mundial, un 0,1% de la renta per cápita para poner en marcha sus negocios. Por debajo del 1% quedan también Dinamarca (0,2%); Rumanía (0,3%); Suecia (0,5%); y Finlandia y Francia, ambos con unos costes para crear un proyecto empresarial que rondan, según el Banco Mundial, el 0,7 % de la renta per cápita de los respectivos países.