09
de Agosto
de
2016
El comercio local forma parte de la cultura de un barrio, pero a menudo no se tiene en cuenta todo su potencial. Esto es el que critican los creadores de Rewalia , un proyecto empresarial que quiere devolver en la tienda de barrio su concepto de punto de encuentro de la comunidad y de motor económico.
El proyecto surge como espín-off, el que significa que es el resultado de repensar un antiguo negocio. La emprendida madre es Vojo, una start-up de la que ja hablamos a VÍA Emprendida y que propone rutas a la natura y en la ciudad. El éxito fue dispar en los dos ámbitos, la ciudad no funcionó como la montaña y, según el CEO y co-fundador de las dos compañías, Pablo Casals, optaron para "captar la demanda de servicios y locales para consumir y comprar a través de Rewalia".
El equipo que sale adelante esta segunda apuesta es el mismo. También s'ha puesto en marcha con los beneficios extraídos de la primera start-up, la cual afirman que ya se ha consolidado al mercado.
Volver a comprar en el barrio
El replanteamiento del negocio fue la excusa perfecta para idear una plataforma que los ayudara a "recuperar la cultura del comercio del barrio". Es una afirmación dura, pero Casals niega que se tenga que leer como las tiendas de siempre se hayan olvidado, sino que "han dejado de brillar" ante el crecimiento del número de grandes superficies.
Principalmente, se elige el centro comercial por la posibilidad de hacer la compra en un mismo espacio y porque los precios son bajos. Ahora bien, con esta elección se pierde el factor humano que ofrecen los locales del vecindario: "Los tenderos de siempre son quienes nos escuchan y atienen con más cura, en general ofrecen un mejor trato y ayudan a hacer barrio".
El funcionamiento de la espín-off se basa a publicar ofertas de las fruiteries, carnicerías, pescaderías y otros comercios de la zona que indica el usuario. El único requisito es que la compra sea física, evitando así las frías transacciones online.
Riqueza económica de la zona
Pero comprar en el barrio no siempre significa visitar las tiendas de la zona donde vivos. "Puede ser el lugar donde trabajas o una localidad donde has ido de viajes", matiza la asesora de sostenibilidad, Pilar Casals, quien afirma a continuación que el hecho de moverse en una área determinada otorga beneficios medioambientales y económicos.
Porque a menudo pasa desapercibido, pero el hecho de bajar a la tienda de debajo de casa o comprar a los comercios de camino al trabajo permite reducir la contaminación producida por el transporte y crear trabajo. "Cuanto más compras en estos locales, más trabajadores necesitará y más se fortalecerá la economía del vecindario, como también se hará más firme la hermandad", argumenta Casals.
De Barcelona en Londres
Rewalia ha nacido con el objetivo de consolidarse en Barcelona y en Londres. Son dos ciudades muy diferentes y a la vez muy iguales, puesto que se estructuran por distritos y barrios que funcionan, según la asesora, "de manera autónoma".
En el caso de la capital catalana, se debe de a la anexión de finales del siglo XIX y principios del XX de pequeñas poblaciones que rodeaban el que hoy se conoce como Ciutat Vella. Son núcleos que tenían personalidad propia y que todavía mantienen unos disparos característicos e identificadores.
Si la cultura individual de cada barrio es una de las particularidades que comparten Barcelona y Londres, el funcionamiento del comercio es el que los hace diferente. Tal como explica Pilar Casals, "el consumidor londinense tiene más conciencia social, más estima en la tienda del vecindario, sabe los beneficios que supone la compra de proximidad, que el dinero se quedan en casa, que se puede contratar gente del barrio...". La lista es larga, pero deja claro que todo el que tiene que ver con el medio ambiente y el desarrollo de la zona es preocupación de los mismos vecinos.
A pesar de que Barcelona destaca en España como una ciudad con conciencia social, hay una brecha importante respecto de Londres. Y esto es el que hace que Rewalia tenga que picar mucha piedra para conseguir fortalecer los vínculos y dotar el comercio barcelonés de la misma importancia que tiene el londinense.
Quizás por todas estas particularidades el primer intento en la ciudad condal no acabó de funcionar y ha sido la capital británica dónde han podido demostrar que el modelo de negocio funciona. Se pusieron en marcha a principios del 2016, pero el proyecto quedó parado poco antes del verano en Barcelona para centrarse en Londres. Ahora, pero, tienen claro que el próximo septiembre es el momento de volverlo a intentar en la ciudad catalana y hacerlo con buen pie.
En el caso de Londres, su primera incursión se ha hecho en el barrio de Portobello, el cual "está acusando los problemas de desaparición del pequeño comercio, incluso de su famoso mercado", señala Pablo Casado. Es por este motivo que destaca la "buena acogida" que ha recibido Rewalia tanto por parte de los tenderos como del gobierno local. Hasta ahora, forman parte de esta primera prueba piloto cerca de 100 comercios, centros de ocio y servicios locales, y borde 4.000 usuarios que ya usan el app.
El proyecto surge como espín-off, el que significa que es el resultado de repensar un antiguo negocio. La emprendida madre es Vojo, una start-up de la que ja hablamos a VÍA Emprendida y que propone rutas a la natura y en la ciudad. El éxito fue dispar en los dos ámbitos, la ciudad no funcionó como la montaña y, según el CEO y co-fundador de las dos compañías, Pablo Casals, optaron para "captar la demanda de servicios y locales para consumir y comprar a través de Rewalia".
El equipo que sale adelante esta segunda apuesta es el mismo. También s'ha puesto en marcha con los beneficios extraídos de la primera start-up, la cual afirman que ya se ha consolidado al mercado.
Equipo trabaja para hacer crecer Rewalia en Londres y Barcelona. Cedida |
Volver a comprar en el barrio
El replanteamiento del negocio fue la excusa perfecta para idear una plataforma que los ayudara a "recuperar la cultura del comercio del barrio". Es una afirmación dura, pero Casals niega que se tenga que leer como las tiendas de siempre se hayan olvidado, sino que "han dejado de brillar" ante el crecimiento del número de grandes superficies.
Principalmente, se elige el centro comercial por la posibilidad de hacer la compra en un mismo espacio y porque los precios son bajos. Ahora bien, con esta elección se pierde el factor humano que ofrecen los locales del vecindario: "Los tenderos de siempre son quienes nos escuchan y atienen con más cura, en general ofrecen un mejor trato y ayudan a hacer barrio".
El funcionamiento de la espín-off se basa a publicar ofertas de las fruiteries, carnicerías, pescaderías y otros comercios de la zona que indica el usuario. El único requisito es que la compra sea física, evitando así las frías transacciones online.
Riqueza económica de la zona
Pero comprar en el barrio no siempre significa visitar las tiendas de la zona donde vivos. "Puede ser el lugar donde trabajas o una localidad donde has ido de viajes", matiza la asesora de sostenibilidad, Pilar Casals, quien afirma a continuación que el hecho de moverse en una área determinada otorga beneficios medioambientales y económicos.
Porque a menudo pasa desapercibido, pero el hecho de bajar a la tienda de debajo de casa o comprar a los comercios de camino al trabajo permite reducir la contaminación producida por el transporte y crear trabajo. "Cuanto más compras en estos locales, más trabajadores necesitará y más se fortalecerá la economía del vecindario, como también se hará más firme la hermandad", argumenta Casals.
De Barcelona en Londres
Rewalia ha nacido con el objetivo de consolidarse en Barcelona y en Londres. Son dos ciudades muy diferentes y a la vez muy iguales, puesto que se estructuran por distritos y barrios que funcionan, según la asesora, "de manera autónoma".
En el caso de la capital catalana, se debe de a la anexión de finales del siglo XIX y principios del XX de pequeñas poblaciones que rodeaban el que hoy se conoce como Ciutat Vella. Son núcleos que tenían personalidad propia y que todavía mantienen unos disparos característicos e identificadores.
Si la cultura individual de cada barrio es una de las particularidades que comparten Barcelona y Londres, el funcionamiento del comercio es el que los hace diferente. Tal como explica Pilar Casals, "el consumidor londinense tiene más conciencia social, más estima en la tienda del vecindario, sabe los beneficios que supone la compra de proximidad, que el dinero se quedan en casa, que se puede contratar gente del barrio...". La lista es larga, pero deja claro que todo el que tiene que ver con el medio ambiente y el desarrollo de la zona es preocupación de los mismos vecinos.
A pesar de que Barcelona destaca en España como una ciudad con conciencia social, hay una brecha importante respecto de Londres. Y esto es el que hace que Rewalia tenga que picar mucha piedra para conseguir fortalecer los vínculos y dotar el comercio barcelonés de la misma importancia que tiene el londinense.
Quizás por todas estas particularidades el primer intento en la ciudad condal no acabó de funcionar y ha sido la capital británica dónde han podido demostrar que el modelo de negocio funciona. Se pusieron en marcha a principios del 2016, pero el proyecto quedó parado poco antes del verano en Barcelona para centrarse en Londres. Ahora, pero, tienen claro que el próximo septiembre es el momento de volverlo a intentar en la ciudad catalana y hacerlo con buen pie.
En el caso de Londres, su primera incursión se ha hecho en el barrio de Portobello, el cual "está acusando los problemas de desaparición del pequeño comercio, incluso de su famoso mercado", señala Pablo Casado. Es por este motivo que destaca la "buena acogida" que ha recibido Rewalia tanto por parte de los tenderos como del gobierno local. Hasta ahora, forman parte de esta primera prueba piloto cerca de 100 comercios, centros de ocio y servicios locales, y borde 4.000 usuarios que ya usan el app.