Después de 16 años viviendo en Múnic trabajando como asistente del director de una importante compañía alemana y dirigiendo una empresa de interiorismo, Hernán Camps decidió cambiar de vida, volver a Barcelona y adentrarse en el mundo digital. Para él, era una transformación vital para el cual necesitaba mucho más tiempo que la hora y media de avión que separa las dos ciudades europeas. Por eso se compró una bicicleta y –casi de forma catártica, aunque en el mejor sentido de la palabra– emprendió la ruta Múnic-Barcelona. Cuando llegó a la ciudad condal, se puso a trabajar con el que al cabo de un tiempo sería Robinbrick.
Se trata de una plataforma de inteligencia artificial para el sector del retail que traslada la misma capacidad de análisis y experimentación de la tienda online a la física. Es una solución de análisis avanzado que identifica automáticamente las estrategias y tácticas más eficaces en el punto de venta. En otras palabras, Hernán Camps, fundador y CEO de la startup, explica que él se dio cuenta de que las tiendas físicas tienen un capital humano que se tiene que usar para mejorar las estrategias y las ventas:
– Yo conozco empresarios que tienen 1.000 trabajadores y no tienen en cuenta su opinión.
Le pregunto si su aplicación se basa en la colaboración con los empleados.
– Entre otras cosas sí. Tú imagínate que tienes mil empleados que interactúan con 20 clientes cada jornada. Tendrás, diariamente, 20.000 interacciones que analizar para mejorar la estrategia de tu negocio.
Camps explica que en el mundo online es mucho más fácil analizar las compras y la actividad de los usuarios en la página web, pero que la mayoría de las tiendas físicas todavía están en la edad media. ¿Cómo funciona la plataforma?
– Lo primero es identificar con qué líneas de actuación se puede mejorar el negocio y trazar hipótesis. Lo que hacemos es proveer a las empresas de una aplicación que absorbe datos de los trabajadores: tienen que responder preguntas, lograr pequeños retos, ir probando cambios en los puntos de venta, etc. Esa interacción con los trabajadores es la que permite reducir el número de hipótesis para poder quedarte con la mejor e instaurarla.
Los empleados tienen que responder preguntas, lograr pequeños retos o ir probando cambios en los puntos de venta para proveer de información útil a la empresa y mejorar las estrategias de venta
El CEO asegura que, además, esta colaboración tan estrecha con los trabajadores hace que la plantilla se sienta mucho más comprometida con la empresa. Al fin y al cabo, explica Camps, forman parte de la toma de decisiones.
El equipo, cuanto más internacional y femenino mejor
Los cuatro fundadores de la startup son españoles, pero el resto de personas que trabajan vienen de muchos países diferentes: Japón, India, Estados Unidos, Argentina... Camps explica que es muy importante poder captar las formas de entender el retail de cuantas más partes del mundo mejor. "Sólo así podremos hacer que la empresa sea verdaderamente global". Y eso que entre los cuatro fundadores suman casi 70 años viviendo fuera de Catalunya y el Estado español!
Los cuatro se han conocido de diferentes formas. De hecho, un cúmulo de casualidades les ha traído a embarcarse en el mismo proyecto. Camps empezó la startup con otros dos socios, pero se fueron. Robinbrick estaba incubada, pero ya no tenía equipo. Sin embargo, él continuó creyendo hasta que Anna Guasch, una de las actuales responsables de negocio y que, entonces, era profesora de la incubadora, decidió sumarse.
Camps empezó Robinbrick con otros socios, pero se fueron. Sin embargo, él continuó creyendo y, finalmente, reunió un equipo con el que la startup está triunfante
Más tarde, Camps oyó hablar de Víctor Martínez, un profesor del IESE que, finalmente, ha acabado dirigiendo la parte de data science de la startup. Por último, Victoria Beltrán, que era compañera de incubadora de Camps, vio como el proyecto al cual se dedicaba no salía hacia adelante y decidió dejarse seducir –como dice Camps, después de ocho meses de intentarlo una vez tras otra– por Robinbrick. Hoy en día es la CTO de la compañía. También hablando del equipo, el CEO de la empresa se enorgullece cuando dice que más del 60% de la plantilla de Robinbrick son mujeres.
Difícilmente se imaginaría Hernán Camps cuando vivía en Alemania que, a estas alturas, se dedicaría a dirigir una empresa que une en una misma cosa el mundo digital y el del retail. Una startup que ha ganado varios premios del Best Retail Tech Startup y que ya negocia con compañías que tienen centenares de puntos de venta. Camps necesitó coger una bicicleta para cambiar de vida y, cuenta con ello, no tiene pensado frenar.