La lista de startups que han cerrado acuerdos con grandes compañías en los últimos años es larga: Trip4Real fue comprada por Airbnb, Social Point por Take-Two, la startup de caro sharingRespiro fue adquirida por Seat, MyTwinPlace por NightSwapping, Mosaico Biomedicals por la farmacéutica Northern Biologics o Gymforless , que vendió parcialmente su negocio a la empresa francesa Sodexo. Así mismo, Banco Sabadell, que recientemente había comprado la fintech Instando Credit, ha anunciado también este miércoles la adquisición de la startup financiera PAYTPV. Las empresas emergentes han encontrado su media naranja, y no es el inversor.
Ahora los emprendedores buscan un acuerdo con grandes empresas antes de que cerrar rondas de inversión, a la vez que las multinacionales buscan las startups para innovar. Un matrimonio (de conveniencia) que beneficia ambas partes. Así lo pone de manifiesto el Mapa del Emprendimiento 2018, elaborado por Spain Startup en el marco del South Summit, que se celebra desde este miércoles hasta el viernes en Madrid.
Según el informe, que analiza los 1.252 proyectos que participan en la competición, el 80% de las startups buscan acuerdos estratégicos con grandes corporaciones, mientras que un 72% prefieren conseguir inversores. Una situación que se ha cambiado respecto al 2017, cuando el 74% de las empresas emergentes se fijaban como objetivo principal cerrar acuerdos y el 82%, rondas de inversión.
Se trata de un win-win tanto para las startups, que pueden crecer más rápidamente al unir sinergias con una gran compañía de su sector, como para las grandes empresas, que pueden innovar más fácilmente de la mano de los emprendedores. Es el caso de Gymforless , la startup catalana que el febrero de este año "vimos que podíamos dar una buena salida a los inversores y conseguir un crecimiento rápido de la mano de Sodexo", explica el CEO de Gymforless, Oriol Vinzia. Pero no son los únicos.
Unir esfuerzos para crecer
El 39% de las startups españolas han sido vendidas este 2018, un porcentaje que se eleva al 44% en el caso de Europa. El año pasado, la cifra se situaba en el 29% y el 35%, respectivamente, según el estudio de Spain Startup-South Summit. Pero, que impulsa a las startups a cerrar acuerdos con grandes corporaciones? Para Vinzia, de Gymforless, hay dos opciones: o levantar rondas de inversión continuamente, "como es el caso de Glovo y le está funcionando muy bien", o vender el negocio a un grupo industrial del sector. "Nosotros nos hemos decantado por esta segunda opción, puesto que vimos que a la empresa tenía un proyecto a escala internacional y era nuestra oportunidad para crecer fuera de la mano de Sodexo", explica.
Pero un acuerdo con una gran corporación no sólo permite a las startups crecer internacionalmente, sino también devolver la inversión hecha por parte de los inversores. La responsable de programas para startups de Barcelona Activa, Itziar Blasco, señala que las startups, antes de venderse a una gran empresa, han hecho varias rondas de inversión y estos recursos los tienen que devolver en algún momento. "A veces la adquisición de la startup es la única forma que tiene el inversor de recuperar el dinero invertido", apunta. Según el CEO de Gymforless, tarde o temprano es posible que una empresa emergente acabe vendiendo el negocio, pero si cuenta con muchos inversores, conseguir una venta por un importe suficientemente alto porque sea rentable para todos los inversores puede ser más complicado.
Blasco, de Barcelona Activa: "A veces la adquisición de la startup es la única forma que tiene el inversor de recuperar el dinero invertido"
Blasco coincide también en el hecho que unirse a una gran corporación proporciona a las empresas emergentes más recursos para escalar su negocio, al adquirir toda la red de distribución y cartera de clientes de la compañía. Para el profesor de innovación y emprendeduría de Esade, Jordi Vinaixa, las startups no solamente necesitan dinero, sino recursos, instalaciones, equipos comerciales, marca... "Y estos recursos, a pesar de que se pueden comprar con dinero, son mejores si provienen de una empresa ya consolidada", apunta. "Además, muchos golpes la multinacional el que hace es introducir el producto de la startup en su cartera de servicios, por lo cual no es que la empresa emergente cierre, sino que sus empleados siguen trabajando pero este golpe para la gran corporación", explica Blasco.
Es por eso que Gymforless ha optado para crecer de la mano de Sodexo, antes de que ir cerrando rondas y más rondas de inversión. "Se trata de un grupo industrial que nos mantendrá el equipo y con los cuales nos hemos podido integrar muy fácilmente", añade Vinzia. En el caso de Trip4Real, la situación personal de su fundadora,Gloria Molins, y la colaboración previa a pequeña escala con Airbnb la acabaron de impulsar a vender el negocio. Después de muchas llamadas, Molinos consiguió que Airbnb comprara Trp4Real con todo el equipo, tal como explicó durante una charla al 4YFN. Tanto Molinos como Vinzia coinciden en el hecho que uno de los puntos importantes a la hora de decidir vender su negocio es que la empresa que lo adquiriera mantuviera sus trabajadores.
Innovar de la mano de startups
Del otro lado, las multinacionales también ven en las startups una oportunidad para innovar. Según Vinzia, esta tendencia aparece cuando las compañías se dan cuenta que no tienen el know-how, ni el equipo ni la I+D necesarios para crear un producto nuevo y es más fácil unir esfuerzos con una startup que ya tiene este producto innovador. "Es el que le pasó a Sodexo, que para ellos era mucho más fácil adquirir Gymforless que empezar de cero un producto", apunta Vinzia.
La responsable de programas para startups de Barcelona Activa, añade que las corporaciones tienen estructuras más cerradas y los costes de lanzarse a la piscina con un producto nuevo son más elevados. "En cambio, las startups se caracterizan para ser más ágiles, tener unos procesos más rápidos, ser más creativas y menos adversas al riesgo, por lo cual innovar está en su ADN", añade Blasco. Al final, las dos partes forman un tándem que se complementa.
Poner un ojo en el mercado
Es por este motivo que desde Acción también impulsan el programa Innovar a través de startups, que ofrece servicios para conectar grandes empresas con el ecosistema emprendedor y en el cual han participado compañías como Asics, Cuatrecasas y el Grupo Suez. Esta tendencia creciente hacia la unión entre grandes compañías y startups "demuestra que el modelo de innovación abierto se va asentando en el ecosistema español, sobre todo debido a un aumento de la demanda de innovación rápida en las corporaciones", señala la fundadora de Spain Startup-South Summit, María Benjumea.
Para el profesor de Esade, Jordi Vinaixa, se trata de una tendencia que va a la alza porque las corporaciones están siendo muy activas en la busca de innovación externa. "Los cambios radicales que cambian las reglas del juego del sector industrial vienen de fuera del sector. Sólo hay que ver quién está desarrollando el coche autónomo: no son las grandes automovilísticas, sino empresas como Google, Apple o Facebook", señala. Es por eso que las grandes corporaciones se han sumado a la innovación abierta, es decir, mirar fuera de sus organizaciones para encontrar empresas emergentes con las cuales trabajar.
El reto: aprender a colaborar
A medida que el entorno cambia más rápidamente, las grandes organizaciones se han dado cuenta que sus negocios cada vez duran menos en el mercado y se vuelven obsoletos más deprisa. El problema, pero, es que las estructuras organizativas de las corporaciones no cambian tan rápidamente como lo hace el entorno. "En un momento en el cual desarrollar nuevos negocios cuesta más dinero y las innovaciones duran menos en el mercado, la rentabilidad de estas inversiones por la corporación es más baja", apunta Vinaixa. Y es en este punto cuando aparece la colaboración entre empresas consolidadas y startups.
Vinaixa, de Esade: "La colaboración entre startups y corporaciones es muy atractiva, pero pueden surgir conflictos si no se aprende a trabajar conjuntamente"
Según el profesor de Esade, hay diferentes formas de establecer sinergias entre corporaciones y empresas emergentes. Las multinacionales pueden invertir en startups a través de un fondo corporativo, comprar la totalidad o una parte de una startup, lanzar un concurso o challenge para recibir ideas de nuevos proyectos, montar una incubadora o aceleradora, o los famosos hackatons, es decir, impulsar un reto durante un periodo de tiempo determinado, como por ejemplo "un viaje en tren de Barcelona en París porque durante el trayecto me solucionen una problemática y se creen ideas de negocio nuevas", explica.
Sin embargo, Vinaixa alerta de las fricciones que pueden aparecer entre ambas partes un golpe establecido este acuerdo. "La colaboración puede ser muy buena tanto por las startups como por las corporaciones, pero requiere de un proceso de aprendizaje que se tiene que trabajar", apunta el profesor de Esade, quien añade que "al final, son relaciones muy atractivas y cada vez habrá más".