La Fiesta Mayor, en honor a Sant Anastasi, l'Aplec del Caragol y los Moros y Cristianos son tres de las celebraciones que hacen de mayo en Lleida un mes festero. A consecuencia de la pandemia del coronavirus niguno de estos acontecimientos se ha celebrado, pero los efectos de la cancelación también se han notado en un colectivo que trabaja y acompaña estos actos: los feriantes. En Lleida, las 'firetes' son uno de los elementos que forman parte del imaginario del mayo festivo, especialmente para los más pequeños. El gremio, que no ha sido considerado un servicio esencial durante el confinamiento, ahora arrastra un futuro incierto "por una situación económica grave". Así lo denuncia el presidente de la L’Associació Provincial d’Industrials Firants de Lleida, Hugo García.
Generalmente, la campaña de los firaires se inicia por Semana Santo y se extiende hasta medios de octubre. Este año, ya desde el mes de marzo, todas las atracciones se encuentran aparcadas y las luces de las 'firetes', apagados. De este trabajo, viven un centenar de familias leridanas. Muchas de las empresas se han visto obligadas a presentar un Expediente de Regulación Temporal de Ocupación para poder subsistir. Han llegado a un punto en que no pueden asumir el mantenimiento de toda la infraestructura sin recibir ningún ingreso.
Piden ayudas para subsistir, mientras que la Paeria asegura que no se les ha cobrado ninguna tasa anticipadamente
García lamenta que la pandemia provoque que la actividad se pare durante más de un año. Además, en el momento de la reanudación "la reducción del aforo para evitar aglomeraciones y las medidas de seguridad y protección personal harán que al retorno de la cuenta de resultados no pueda ser el mismo que el de antes". Cómo sucede en algunos sectores culturales, las 'firetes' serán de los últimos ámbitos que vuelva a la nueva normalidad.
Devolución de tasas
Para recuperar el aliento ante esta situación, la Associació Provincial d’Industrials Firants Lleida ha pedido en el Ayuntamiento de Lleida el regreso de las tasas de las ferias suspensas y que se apruebe una medida que implique una reducción de los tributos a pagar de los acontecimientos que tengan lugar hasta 12 meses después del retorno a la actividad.
Ante esta petición, fuentes del Ayuntamiento de Lleida han asegurado a VIA Empresa que "el contrato establecido el año pasado entre la Empresa Municipal de Urbanismo (EMU) y la asociación de firaires ya establece las condiciones de la relación y en este caso, no los hemos cobrado anticipadamente ninguna tasa ni total ni parcial".
Desde el ámbito estatal también se reclaman medidas económicas que doten de liquidez al sector. Así, se plantea la necesidad de acceder a líneas de crédito a bajos intereses, suspender la cuota mensual de los autónomos y rebajas en las cotizaciones a la Seguridad Social. Desde Lleida, la Asociación Provincial quiere que la Generalitat y el Gobierno del Estado renueven el convenio con las ferias suspendidas durante cuatro años.
La Asociación Provincial quiere que la Generalitat y el Gobierno del Estado renueven el convenio con las ferias suspendidas durante cuatro años
En el caso de la capital leridana, la concesión del alquiler de los terrenos donde se ubican las atracciones se ha aplazado. La Paeria, a través de la EMU, está trabajando en la redacción de un pliegue de condiciones para adjudicar parcelas individuales a cada firaire. Esta decisión modifica el modelo de gestión que se utilizaba hasta ahora, en el cual el contrato se firmaba con un único operador, mientras que con el nuevo sistema, la administración negociará parada por parada. El Ayuntamiento de Lleida precisa que el calendario de publicación del pliegue está sujeto a la evolución de la alarma sanitaria. "Tan pronto se autorice a instalar las firetes en las Fiestas de Otoño, se publicará el pliegue con la antelación suficiente para que el sector lo conozca y se pueda presentar", añaden las mismas fuentes municipales.
Cambios en el concurso de adjudicación
Por primera vez, el año pasado, el Ayuntamiento de Lleida convocó un concurso público por la adjudicación del espacio de las firetes, que el 2019 se instalaron en el solar de la antigua Hípica. Hasta ahora, los industriales pagaban una tasa municipal por la explotación del espacio público cuando instalaban sus atracciones.
La oferta de la Associació Provincial d’Industrials Firants, que fue de 181.000 euros anuales más IVA, una cantidad que doblaba el precio de salida establecido a las bases del concurso, fue considerada como la más favorable por la explotación de las firetes por un periodo de siete años entre los meses de mayo y septiembre.
En todo Cataluña, existen unas 10.000 familias que viven del negocio de las ferias, puesto que aparte de los firaires, la actividad genera trabajos indirectos, como los proveedores y los transportistas. Muchos de ellos son empleados autónomos, que en el momento de decretarse el Estado de alarma ni siquiera estaban dados de alta a la Seguridad Social, hecho que los ha impedido cobrar las ayudas del Gobierno. Desde el mes de marzo, los feriantess no han tenido ninguna noticia sobre un posible regreso a la actividad. Mientras tanto, se muestran preocupados por cuántos profesionales podrán volver al trabajo. De momento, son conscientes que muchas de las ferias que se tenían que celebrar a la primavera lo harán después del verano. Pero por ellos, no es el mismo el abril o el julio que el septiembre o el octubre. Por si acaso, esperan que el otoño se convierta en el inicio de su retorno a la rutina, en la cual las luces de las firetes vuelvan a brillar.