Barcelona podría registrar un "muy buen año" en 2021 y cerrar este ejercicio con una inversión en oficinas de 1.000 millones de euros, según la consultora inmobiliaria CBRE. La capital catalana ha logrado "niveles de récords históricos" en el primer semestre, con un importe de 694 millones de euros, y ha concentrado el 83% de toda la inversión realizada en el Estado durante este periodo. Aún así, la demanda de oficinas caerá un 7% en los próximos tres años, una reducción acelerada por el impacto del teletrabajo. Los coworkings serán uno de los segmentos más beneficiados por el escenario postpandemia y ganarán peso en el mercado como espacios de reunión "flexibles y polivalentes".
La capital catalana ha cerrado el primer semestre del año con el mejor dato de inversión de los últimos catorce años. Este fenómeno se explica por la existencia de capital "embalsado" por la pandemia, en busca de oportunidades de inversión, y los fundamentales "históricamente muy buenos" de Barcelona. La ciudad también ha logrado "niveles de récords históricos" con relación a su peso respecto al resto del Estado y ha concentrado un 83% del volumen de inversión.
La tendencia registrada en la primera mitad del año se mantendrá en el segundo semestre y CBRE prevé cerrar el ejercicio con una inversión próxima a los 1.000 millones de euros. "Un volumen de inversión anual de esta cifra es un muy buen año", afirma el director de la oficina de CBRE en Barcelona, Xavier Güell. En los últimos catorce años, solo se ha superado esta cifra en 2007, con una inversión de casi 2.000 millones, y en 2019, con cerca de 1.400 millones.
A pesar de las buenas previsiones en materia de inversión, la demanda de oficinas se reducirá un 7% en los próximos tres años por el impacto del teletrabajo. Este escenario llevará a la mayoría de las organizaciones a apostar por un "modelo híbrido" y combinarán el trabajo en remoto con el trabajo presencial. Precisamente, Barcelona es una de las ciudades mejor posicionadas a la hora de adoptar estos modelos de trabajo con más rapidez después de la pandemia, según el ranking Hybryd Working Index elaborado por Savills Aguirre Newman.
Algunos de los factores que explican este posicionamiento son la duración del confinamiento, el precio de los contratos de alquiler, la eficiencia de los espacios de trabajo o la flexibilidad previa a la pandemia. Desde el punto de vista de los empleados, también inciden la medida de las viviendas, la velocidad mediana de banda ancha y la movilidad o composición de la población.
"Será muy difícil justificar la necesidad de trabajar de manera presencial toda la jornada. En remoto, los empleados han sido capaces de hacer el trabajo, cumplir con los objetivos y aumentar su productividad", afirma el profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Manel Fernández.
El nuevo modelo de trabajo mantendrá las oficinas o los coworkings como espacios de encuentro y de trabajo en equipo, y apostará por el teletrabajo a la hora de hacer tareas individuales que requieran "alta concentración y el mínimo de interrupciones posibles". Esta tendencia provocará cambios en el diseño de las oficinas, con espacios más polivalentes y preferencia por zonas abiertas y exteriores.
En los últimos años, el segmento de las oficinas había trabajado mucho para ofrecer "experiencias" en los empleados, una tendencia que se consolidará todavía más después de la pandemia. Las empresas también serán "más sensibles" a los tiempos de desplazamientos del personal, según anticipa el director de la oficina de CBRE en Barcelona. Esto provocará la "disgregación" de las compañías en dos suyos o la instalación de espacios "satélite" alrededor de la ciudad desde donde poder trabajar.