Las protestas de los vecinos de varios barrios han empujado al Ayuntamiento de Barcelona a suspender las licencias de dark kitchens durante un año. La decisión se ha tomado con el objetivo de evitar una proliferación "descontrolada" de este tipo de negocios, según han anunciado en rueda de prensa la teinente de alcaldesa de Urbanismo, Janet Sanz, y el primero teniente de alcalde, Jaume Collboni.
Durante este tiempo, el consistorio prevé estudiar la situación y desarrollar una normativa urbanística específica para esta actividad. La suspensión de las licencias sólo afecta a las cocines fantasma, es decir, los establecimientos que elaboran platos preparados para repartir, pero que no tienen un espacio destinado a los clientes.
Varias asociaciones vecinales de los barrios de Les Corts y Sant Martí han protagonizado protestas en las últimas semanas ante la apertura de macrococinas en estas zonas. De hecho, la suspensión de las licencias afectará a los dos macroproyectos objeto de protestas, puesto que solo tienen permiso de obras y no de actividad.
La noticia llega después del aterrizaje de Not so dark -una empresa de cocinas fantasma francesa- a la capital catalana. La multinacional Cooklane es otra de las compañías de dark kitchens que han empezado a planear la llegada a Barcelona y es responsable de la macrococina de Sant Martí. Un exdirectivo de Uber es el impulsaor.