Barcelona se convierte en la capital mundial del vino durante tres días y, después de que el Incavi y las diferentes Denominaciones de Origen (DO) lo hayan reclamado durante años, por fin llega la primera edición de la Barcelona Wine Week (BWW), un saló dedicado exclusivamente al vino y organizado por Fira de Barcelona. Con el objetivo de incrementar sus exportaciones y la prioridad de elevar las oportunidades de negocio en terreno vitivinícola, el salón da su pistoletazo de salida con cerca de 550 bodegas de todo el Estado, que engloban a 40 DO españolas, 12 de las cuales son catalanas. De hecho, Catalunya es el territorio con más presencia en la feria de Alimentaria Exhibitions seguida de Castilla y León, la Rioja, Euskadi y Navarra. Y es que el territorio catalán tiene unas características propias que pocos otros lugares del planeta comparten, pero, además, ha tenido que hacerse un agujero en los mercados internacionales por la crisis económica, pero también por el boicot de los consumidores españoles.
Con una gran diversidad de climas y de varias características según la localización que va desde el Pirineu hasta el mar, Catalunya cuenta con puntos muy fuertes en su viticultura. Más del 90% de la uva que se produce en viñas catalanas acaba destinado a vinos con DO y esto no sólo da "un carácter muy importante en cuanto a calidad", como recuerda el director general del Incavi, Salvador Puig, en una conversación con VIA Empresa, sino que también le otorga prestigio en relación a la "garantía de origen, organización del sector en el territorio y en cuanto a presentación de los vinos para el consumidor de aquí y de fuera".
Un consumidor internacional que cada vez toma más protagonismo en el sector vitivinícola catalán y es que, según los últimos datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), Catalunya exporta tres cuartas partes del vino y mosto que realiza, un 75,6% de su producción total. Las 55.118 hectáreas catalanas en que se producen poco más de 3 millones de hectolitros de vino sirven para vender un 60% del cava hecho en Catalunya al exterior, un 27% de vinos con DO protegida y un 8,8% de vinos sin DO. El valor de estos vinos hace que el precio medio sea de 2,79 euros el litro, casi el doble de la media estatal.
Vinos queridos mundialmente
¿Los países que más quieren a los vinos catalanes? Alemania, Estados Unidos, Bélgica, Reino Unido y Japón, que representan el 55,7% del total del valor de las ventas, mientras que los mercados que más crecen son Bélgica, Francia y la China, que superan un incremento del 10% anual. A su vez, y a pesar de que continúa siendo el principal comprador de vinos catalanes, han caído las ventas en el mercado alemán y han crecido a un ritmo muy inferior en EE.UU., Reino Unido, Japón o Suiza. Sea como sea, sin embargo, las exportaciones no paran de crecer y se han doblado en 16 años: representaban 359 millones de euros en el año 2000, mientras que se elevan hasta 627 millones de euros en 2016.
Por su parte, España es el país que más vino exporta a escala mundial con más de 21 millones de hectolitros el año y, de hecho, el territorio cuenta con la mayor superficie de cultivo dedicada a la viña con 953.000 hectáreas, según datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV). En los 10 primeros meses de 2019, el territorio estatal incrementó sus exportaciones de vino envasado un 1,9%, una cifra que representa un total de 802,3 millones de litros y un valor de más de 1.380 millones de euros. Los países que más vino español compran son el Reino Unido, Alemania y Francia, pero dónde más crecen las ventas está en Portugal, Japón, Canadá y Rusia.
En este sentido, el presidente de la BWW y del Consejo Regulador del Cava, Javier Pagés, ya explicaba que la feria "permitirá a la industria vitivinícola española proyectar al mundo la excelencia y diversidad de sus vinos, además de mostrar el trabajo y esfuerzo en innovación que están realizando para diversificar sus productos y adaptarlos a los diferentes mercados". De hecho, al salón asistirán cerca de 300 compradores de alto nivel procedentes de 50 países diferentes, países totalmente estratégicos para la exportación como Estados Unidos, Alemania, China, Canadá, Reino Unido, Suecia, Rusia, Colombia o Países Bajos. A estos compradores se suman los más de mil compradores nacionales a los cuales ha invitado el salón a través del programa VIP Buyers que juntos celebrarán en torno 5.800 encuentras B2B.
Convivir con un boicot estabilizado
Partiendo de la base de que "con la bajada del consumo por parte de los clientes del Estado en Catalunya, las bodegas han tenido que fichar a otros mercados que no vienen de la cultura del vino", el director del Incavi recuerda que el boicot que se sufrió en su momento, en torno a 2012, de los consumidores españoles a los vinos y cavas catalanes, "de alguna manera se ha cronificado", motivo por el cual señala que "el sector se ha tenido que poner las pilas con mercados de fuera", cosa que, asegura, "no quiere decir que descuide al mercado estatal y que poco a poco también se va recuperando, pero el potencial de crecimiento tiene que venir otros lugares".
Puig: "Con la bajada del consumo por parte de los clientes del Estado a Catalunya, las bodegas han tenido que fichar a otros mercados que no vienen de la cultura del vino"
Además, a esto se suma el hecho que "no estamos sólo" y que "hay mucha competencia otras zonas del Estado". España incrementó un 1,9% sus ventas al exterior de vino envasado en los 10 primeros meses del 2019, una cifra que representa 802,3 millones de litros y un valor de más de 1.830 millones de euros. Según el OEMV, el consumo de vino se está recuperando en España y mejora su estabilidad recuperando cifras de 2011. Además, las tendencias cambian y evolucionan y cada vez más y el mercado estatal ya está experimentando desde hace tiempo un incremento de las ventas directas desde la bodega. Y es que la importancia que se da cada vez más al enoturismo, las DO y la innovación en los vinos fomentan este cambio de modelo de consumo.
Por eso, la competencia entre DO y bodegas está más viva que nunca y, como explica Puig, las propias DO tienen estrategias propias. "Hay que tienen un abanico de variedades muy reducido porque consideran que es con el que tienen que jugar como DO y hay que tienen una visión más abierta y que no dan tanta importancia al factor varietal. Pero esto es un tema en evolución", sostiene el director del Incavi, que apunta que, a todo ello, se añade el cambio climático, que "afectará y provocará movimientos en cuanto a variedades". Serán cambios lentos porque desde que se planta una viña hasta que empieza a dar frutos, pasan cuatro o cinco años, pero pasar, pasará.
Cultura del vino, al gusto de todos
Darse a conocer, exportar más, hacer marca... Las prioridades de la Barcelona Wine Week son claras y, justamente por eso, el director general de Alimentaria Exhibitions, J. Antoni Valls, pone encima la mesa que el salón "ha dedicado un gran esfuerzo a atraer los compradores foráneos de más interés para las empresas españolas el negocio de las cuales se orienta en buena medida a la exportación", al mismo tiempo que añade que la feria es "una oportunidad excepcional para conocer de primera mano una anchísima muestra de vinos españoles de calidad, así como de identificar nuevas tendencias y disfrutar de propuestas originales vinculadas al arte, a la música y a la gastronomía. Por ejemplo, los asistentes podrán hacer un maridaje entre música y vino experimentando como la primera influye en el sabor del segundo.
Jordà: "Para Catalunya es un honor dar la bienvenida a muchas DO y bodegas de otros puntos del Estado"
Pero todo esto hay que acercarlo a los jóvenes y aquí hay mucho trabajo a hacer. La consellera d'Agricultura, Teresa Jordà, admitía durante la inauguración de la feria que "tenemos muchos retos", como, por ejemplo, "acercarnos y hacer nuestro el sector de los jóvenes, embotellar de una manera concreta, hacer vinos veganos, sin alcohol... las posibilidades son extremas". Sostenibilidad y territorio marcan el camino.
También el director del Incavi hace un inciso especial en este terreno. "Hemos trabajado para que el vino compita entre otras bebidas sobre todo de cara a la gente joven en que hay muchas campañas de marketing, el hecho de estar en un país muy cálido... no siempre es el recibimiento más fácil para la gente. Hay mucho trabajo a hacer en cuanto a conocimiento de la cultura del vino que había perdido durante estos años y pensamos que poco a poco se está recuperando", asegura.
Es por este motivo que esta primera edición marcará las líneas a seguir para las futuras, pero, de momento, no hay que restarle importancia y, en palabras de la consellera, "es una puesta de largo fantástica en la capital del país de nuestro sector que lo quiere todo porque lo puede todo y sale al exterior con la mejor de las caras". Y es que, a su parecer, la feria "será un éxito" porque "Barcelona ya llama por sí sola" y para "Catalunya es un honor dar la bienvenida a muchas DO y bodegas otros puntos del Estado".