Con una facturación de 15.600 millones de euros anuales y más de 30.000 puestos de trabajo, el sector de la biotecnología se presenta como uno de los principales motores de crecimiento de Cataluña . Aún así, el talento y el potencial de los investigadores de casa nuestra no es suficiente porque un proyecto viable acabe prosperando y saliendo al mercado. El camino es largo y farragós y muchas de las empresas que nacen a raíz de una investigación puntera acaban muriendo por la dramática carencia de financiación que afecta el sector.
Cataluña aglutina el 29,4% de la facturación en biotecnología de todo el estado. En este territorio seubica la BioRegió , uno de los clústeres de biotecnología, biomedicina y tecnologías médicas más importante de España. Está integrado por 520 empresas, 440 grupos y 54 centros de investigación, 10 universidades y 15 hospitales punteros en investigación.
En los últimos años la BioRegió ha despertado un gran interés entre el sector internacional, que ve en Barcelona cómo una de las ciudades punteras en los próximos años en biotecnología mundial.
Inicio asequible
En este escenario, para un bioemprenedor catalán poner en marcha una espín off es relativamente sencillo. "La financiación necesaria para la primera etapa es fácil de conseguir, hablamos de 100.000 o 200.000 euros que podemos obtener a través de subvenciones ", explica Antonio Parente, presidente de Catalonia Bio, fundador de Lipotec y responsable del Grupo Delgada-Derm Barcelona.
Parente señala algunos programas orientados a financiar proyectos de investigación que ponen al alcance de los investigadores organismos como el CDTI o ACC1Ó, así como con el apoyo de algunos bussiness angels. "El reto llega cuando las ayudas se agotan y hace falta capital para iniciar la segunda fase", indica.
Carencia de financiación a las fases clínicas
Parente asegura que en estas fases clínicas el escenario se vuelve mucho más complejo. "Las empresas que hace siete u ocho años que pusieron en marcha un proyecto, que poseen una plantilla con 20 empleados con titulaciones académicas y que necesitan cinco millones de euros para adentrarse en la fase clínica son las que más problemas están teniendo", explica.
"La carencia de financiación está llegando a tocar el muelle del oso del sector", afirma el presidente de Catalonia Bio, que denuncia que "hay un vacío enorme a la sociedad civil" porque en el estado español "no hay bastante empresas de capital riesgo capaces de asumir estas inversiones y la administración tampoco sepuede hacer cargo".
Carencia de compromiso de las administraciones
Parente considera que existe una "carencia de sensibilidad especial cabe estas compañías que hace años que acumulan pérdidas o que sufren situaciones extremadamente delicadas". En este sentido critica que en Cataluña y España no existe "una definición clara del que tiene que ser la política industrial" como sí sucede en otro países.
El científico remarca que estados como Alemania o Francia apuestan para promover derechosfiscales especiales para las empresas que destinan gran parte de sus ganancias a I D. "Aquí nos basamos en un modelo de manofacturació", el que según el empresario es un error.
Otras vías de financiación
Por Parente el futuro pasa para encontrar vías alternativas de financiación como el capital relevo, el capital riesgo o el mecenazgo científico. "Se trata de segmentos que están poco desarrollados a nuestro país", asegura el científico que considera que la administración tiene que crear mecanismos "para incentivar la inversión".
El presidente de Catalonia Bio también destaca la necesidad de sumar esfuerzos dentro del sector. Desde la patronal se ha trabajado para determinar qué necesidades tienen las empresas y ponerlas en contacto con el mundo financiero: "Hemos establecido relación con todos los estamentos para tratar de agilizar el proceso", indica.
Inversores pacientes
Hasta el año 2000 los proyectos biotecnológicos podían comprarse en la fase elemental, pero actualmente hace falta que se encuentren en una fase clínica avance para poderse vender. "Una empresa de biotecnología necesita estar invirtiendo constantemente para echar el proyecto adelante", explica Parente.
Por este motivo los inversores tienen que estar mentalitzats que no recuperarán el capital a corto plazo porque "el tiempo de maduración de un proyecto de biotecnología es de 8 a 12 años" y los beneficios no llegan "hasta que no lo vendes a una gran multinacional y esta se encarga de comercializar el fármaco".
El ejemplo del éxito: Lipotec
Después de 26 años de investigaciones, inversiones y patentes, Antonio Parente vendió la obra de su vida, Lipotec, al magnate norte americano Warren Buffet, propietario de Lubrizol Corporation.
Parente asegura que esta brillante operación no es fortuita, sino que es el resultado del trabajo muy hecho y la apuesta por la internacionalización: "Si has hecho los deberes muy hechos y dispones de una tecnología fuerte y patentes solventes, tienes mucho camino recorrido", subraya.
El más importante es abrirse camino a nivel internacional y hacerse un nombre: "El mundo es grande pero este sector es como un pañuelo, todo el mundo se acaba encontrando en las mismas ferias y trabaja con los mismos proveedores", comenta.
El acuerdo con Warren Buffet para vender Lipotec, dedicada a fabricar materia delgada para productos cosméticos, se cerró durante la celebración de la feria Bio de biotecnología celebrada en Boston el pasado mes de mayo.
Las otras empresas que capitaneja Parente, Prima – Derm, GP Pharm y BCN Peptides, facturaron en 2012 alrededor de 30 millones de euros. Este grupo invierte el 17% de sus ventas en I D.
Biotecnología, camino de rosas o de piedras?
El sector sufre graves problemas de financiación, a pesar de ser uno de los principales motores de crecimiento de Cataluña
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