
21
de Agosto
de
2014
Act.
22
de Agosto
de
2014
De la transitada Barcelona, a la tranquilidad de Sant Hilari Sacalm (Girona), este es el salto que escogen hacer durante las vacaciones de verano muchos de quienes han encontrado en el turismo rural una vía de escapament para la rutina diaria. Además, si el que se busca es vivir una experiencia totalmente nueva en cuanto a la idea de hotel, las cabañas de los árboles instaladas a este pueblo gerundense son la elección idónea. Una iniciativa disruptiva en el territorio español, pero no en el extranjero, donde Francia y los Estados Unidos lideran en este tipo de alojamiento.
"La idea surgió hace años, a la década de los 60, cuando la gente empezó a tener la necesidad de alejarse de la vida moderna y probar si es posible vivir en un árbol como antes". Así lo explica la cofundadora de la iniciativa, Karin van Veen, quién emprendió el proyecto junto con Manu Grymonpré el 2009.
Los 400.000 euros invertidos en aquellos inicios se han transformado en un volumen de facturación de 500.000 euros y más de 7.000 visitantes por año. Y un segundo complejo en el País Vasco, donde esperan repetir el éxito.
Ofrecer una experiencia única
"Quien no quiere volver a dormir en una cabaña como cuando éramos pequeños? Nosotros damos la posibilidad de hacer realidad este sueño". A la experiencia que rememora van Veen, pero, hay que sumarle otro reto: pasar una estancia única, sin las comodidades habituales de aigua corriente y electricidad . Puede parecer difícil, pero el cierto es que tienen plena ocupación todo el año y que tienen reservas de más de un año de espera.
El complejo cuenta una recepción situada en masía remodelada y un total de diez cabañas de 20 metros cuadrados y decoradas con colores y muebles diferentes. "Queremos que el huésped se sienta como casa suya", remarca van Veen, "por el que cuidamos hasta el más pequeño detalle porque la experiencia sea única e inigualable". "Sólo hay que ver como gusta a la gente mirar a través de la ventana por la mañana el verde del bosque, sentir los pájaros y ver colgado el cesto con el almuerzo que preparamos", añade.
Pero el secreto, para la socia del complejo de Sant Hilari Sacalm, está al ofrecer "una actividad lúdica y conseguir que los huéspedes disfruten, con respeto, de la natura que no tienen tan cerca en el día a día".
Un espacio en armonía con el entorno
Del mismo modo que se busca ofrecer una estancia totalmente diferente al que se conoce hasta ahora, Cabanes en los árboles también quiere desmarcarse con un servicio ecológico, limpio y respetuoso con el entorno.
La busca del lugar adecuado para las instalaciones también fue larga. Empezó al sur de Francia y acabó con la elige de Sant Hilari Sacalm, cerca de Arbúcies, donde los dos socios fundadores emprendieron por primera vez con un parque de actividades y circuitos a los árboles. La buena acogida de la iniciativa abrió el camino hacia la construcción de las cabañas.
En todo el proceso, también ha sido necesario formalizar los permisos pertinentes para la construcción del complejo y etiquetarlo como alojamiento. "Hemos tenido muchas reuniones con el ayuntamiento porque a nivel de normativa somos un camping, pero tenemos excepciones como que las cabañas son similares a los bungalows. Por eso, hemos tenido que buscar soluciones por cada punto que nos hacía no encajar en un marco concreto", relata la fundadora.
Parejas y provenientes de la ciudad, el perfil habitual
La mayoría de turistas llegan de ciudades grandes, especialmente Barcelona. Van Veen sitúa en un 80% los huéspedes que vienen de la capital catalana, mientras que el resto se reparte entre otros puntos de Cataluña y, incluso, Europa. De hecho, elt urisme estranger es un segmento en pleno crecimiento, según la tendencia de las reservas del complejo en los últimos años.
"La idea surgió hace años, a la década de los 60, cuando la gente empezó a tener la necesidad de alejarse de la vida moderna y probar si es posible vivir en un árbol como antes". Así lo explica la cofundadora de la iniciativa, Karin van Veen, quién emprendió el proyecto junto con Manu Grymonpré el 2009.
Los 400.000 euros invertidos en aquellos inicios se han transformado en un volumen de facturación de 500.000 euros y más de 7.000 visitantes por año. Y un segundo complejo en el País Vasco, donde esperan repetir el éxito.
Ofrecer una experiencia única
"Quien no quiere volver a dormir en una cabaña como cuando éramos pequeños? Nosotros damos la posibilidad de hacer realidad este sueño". A la experiencia que rememora van Veen, pero, hay que sumarle otro reto: pasar una estancia única, sin las comodidades habituales de aigua corriente y electricidad . Puede parecer difícil, pero el cierto es que tienen plena ocupación todo el año y que tienen reservas de más de un año de espera.
El complejo cuenta una recepción situada en masía remodelada y un total de diez cabañas de 20 metros cuadrados y decoradas con colores y muebles diferentes. "Queremos que el huésped se sienta como casa suya", remarca van Veen, "por el que cuidamos hasta el más pequeño detalle porque la experiencia sea única e inigualable". "Sólo hay que ver como gusta a la gente mirar a través de la ventana por la mañana el verde del bosque, sentir los pájaros y ver colgado el cesto con el almuerzo que preparamos", añade.
Pero el secreto, para la socia del complejo de Sant Hilari Sacalm, está al ofrecer "una actividad lúdica y conseguir que los huéspedes disfruten, con respeto, de la natura que no tienen tan cerca en el día a día".
Un espacio en armonía con el entorno
Del mismo modo que se busca ofrecer una estancia totalmente diferente al que se conoce hasta ahora, Cabanes en los árboles también quiere desmarcarse con un servicio ecológico, limpio y respetuoso con el entorno.
La busca del lugar adecuado para las instalaciones también fue larga. Empezó al sur de Francia y acabó con la elige de Sant Hilari Sacalm, cerca de Arbúcies, donde los dos socios fundadores emprendieron por primera vez con un parque de actividades y circuitos a los árboles. La buena acogida de la iniciativa abrió el camino hacia la construcción de las cabañas.
En todo el proceso, también ha sido necesario formalizar los permisos pertinentes para la construcción del complejo y etiquetarlo como alojamiento. "Hemos tenido muchas reuniones con el ayuntamiento porque a nivel de normativa somos un camping, pero tenemos excepciones como que las cabañas son similares a los bungalows. Por eso, hemos tenido que buscar soluciones por cada punto que nos hacía no encajar en un marco concreto", relata la fundadora.
Parejas y provenientes de la ciudad, el perfil habitual
La mayoría de turistas llegan de ciudades grandes, especialmente Barcelona. Van Veen sitúa en un 80% los huéspedes que vienen de la capital catalana, mientras que el resto se reparte entre otros puntos de Cataluña y, incluso, Europa. De hecho, elt urisme estranger es un segmento en pleno crecimiento, según la tendencia de las reservas del complejo en los últimos años.