El grupo Cala Jóncols de Roses, que cuenta con un hotel, un restaurante, una viña y dos centros de submarinismo, ha impulsado un sistema innovador de gestión de residuos con tecnología puntera con el objetivo de "cerrar el círculo" y convertirse en el primer establecimiento de estas características con residuo cero de las comarcas gerundenses y uno de los primeros de Catalunya. Hace años que este establecimiento, situado en pleno Parque Natural del Cap de Creus, empezó a implantar medidas para minimizar la generación de residuos. Con el nuevo sistema, sin embargo, garantiza la valorización de prácticamente todos los residuos que se generan, además de contribuir a impulsar la sostenibilidad a través de la llamada economía circular.
El grupo tiene previsto instalar placas solares para producir electricidad para su propio consumo y habilitar puntos de recarga de vehículos eléctricos. Además, construirá una bodega para elaborar vino propio de manera ecológica y un molino para producir el aceite de sus propios olivos. Las dos construcciones estarán en funcionamiento el año que viene y serán las primeras de estas características en el municipio.
La empresa también ha instalado una compostadora de última tecnología que permite tratar in situ los residuos que se generan en el restaurante, tanto de origen animal como vegetal, y transformarlos en adobo para la viña, el huerto y el jardín. La máquina tiene capacidad para absorber hasta 26 toneladas de residuos orgánicos al año, y evita los malos olores gracias a su sistema de presión inversa.
Apuesta por el reciclaje
En cuanto a los envases de plástico, papel y cartón se compactan y el vidrio se desmenuza para reducir el volumen, facilitar su reciclaje y minimizar el transporte y reducir la huella de CO2. Además, se ha eliminado el plástico de los envases de agua y se ha sustituido por botellas de vidrio reutilizables. También utiliza cantimplores individuales por el agua que ofrece para llevarse a sus clientes.
Calculan que con este sistema, cada temporada se produce un ahorro de más de 2.000 envases de plástico. Con estas medidas, además, se reducen a cero las emisiones de CO2 derivadas del transporte de agua y de los envases.
El tratamiento del entorno
En relación a la limpieza de espacios, también han eliminado todos los productos químicos y se utiliza agua hidrolizada. Se trata de un sistema eficaz para la eliminación de bacterias y virus y también esteriliza superficies del coronavirus. Para hacer la colada, se lava con ozono, que permite un ahorro del 30% de agua y del 50% de detergente.
La compañía cuenta desde hace años con una depuradora propia para filtrar y desinfectar las aguas residuales y así aprovecharlas para el riego del huerto y el jardín. La instalación permite recuperar unos 40 metros cúbicos diarios.
Desde hace diez años, para regar el jardín se utiliza el agua del hotel, una vez tratadas las aguas residuales. Se ha sustituido el césped por una planta, la Lippia, que reduce en un 90% el consumo de agua. También se ha preparado el terreno de forma que no hubiera que aplicar adobos artificiales y se han usado plantas autóctonas, como la Agapanthus y la Caura, que se integran perfectamente a la cala.