El caravaning es un turismo que está al alza en la Catalunya Central, donde en los últimos años han crecido las áreas habilitadas para pernoctar de forma limitada. En comarcas como Osona, Berguedà y el Bages tienen claro que es un turismo estratégico porque les ayuda a desestacionalizar la actividad ya reducir masificaciones, potenciando zonas poco conocidas. Durante la pandemia vivieron un "boom" con el turismo de proximidad y ha continuado atrayendo a visitantes ahora que ya no hay restricciones. "Cada vez se intenta ofrecer más servicios para que las áreas sean más agradables", remarca Sandra Fumanya, técnica de Turismo del Consejo Comarcal de Osona. El perfil del visitante es sobre todo familiar o de parejas, si bien también existen extranjeros jubilados.
En Osona llevan cinco años trabajando para atraer este tipo de turismo. Actualmente hay doce áreas habilitadas en municipios como Viladrau, Vic y Cantonigròs (L'Esquirol) y la previsión es que en un futuro se añadan más. "Estas áreas funcionan y cada vez se intentan ofrecer más servicios para que sean más agradables; algunas incluso tendrán que aumentar las plazas porque en momentos puntuales se llenan y eso quiere decir que estamos yendo por el buen camino", explica Fumanya. Todas tienen entre 5 y 20 plazas, con agua, electricidad y están cerca de núcleos urbanos. En el caso de Cantonigròs, por ejemplo, el usuario debe pagar 5 euros por vehículo y día para su uso y funcionan con una aplicación de móvil donde se debe realizar el registro. "Hace unos años ya había una demanda de este tipo de instalaciones y con la adecuación de las áreas han venido más porque es un área segura, habilitada y con condiciones para realizar una estancia en la comarca", señala.
Son turistas que "van con la casa encima" y que, sin estas áreas de servicio, no se acercarían en la comarca ni se alojarían en un hotel o un camping
Durante la pandemia vivieron un 'boom' de reservas de turismo de proximidad a causa de las restricciones, pero este verano han notado un bajón. Sin embargo, sí que han experimentado que durante la primavera y el otoño es cuando más funcionan y lo atribuyen, en buena parte, al hecho de tener diferentes áreas repartidas por la comarca. "La gente repite y va haciendo rutas para descubrir los distintos municipios en los que hay", detalla. Según la técnica, con los años han visto que éste es un turismo estratégico que ayuda a desestacionalizar el turismo y que también enriquece el territorio, porque una vez pernoctan en las áreas también compran productos locales y realizan actividades. Cree que Francia es un buen ejemplo a seguir y que es necesario seguir desarrollando nuevas actividades para retener aún más a este público.
En este sentido, asegura que son turistas que "van con la casa encima" y que, sin estas áreas de servicio, no se acercarían a la comarca ni se alojarían en un hotel o un camping. De hecho, en las áreas autorizadas sólo pueden quedarse dos noches. "Lo que veíamos antes es que no utilizaban los campings y aparcaban en cualquier sitio, con 'influencers' haciéndose fotografías en lugares que también eran peligrosos". De lo que se trata es de ofrecer espacios habilitados y seguros donde dejar el vehículo y pernoctar y evitar que puedan acceder en vehículo en espacios naturales o parajes para proteger el entorno.
Otros puntos en los que funciona muy bien es en el Berguedà y, concretamente, la de Gironella destaca como una de las más equipadas. Se trata de un espacio para catorce vehículos, con servicio de aguas, electricidad y un espacio cerrado en el que depositar la basura, ya que el municipio funciona con el sistema puerta a puerta y no dispone de contenedores en superficie. A diferencia del Bages, la distribución de las doce áreas fue planificada a nivel de toda la comarca y se decidieron las capacidades y servicios según la dimensión de cada municipio.