Ante la previsión del Ayuntamiento de Barcelona de poner en servicio cuatro nuevos radares de tramo y de instalar 46 nuevos radares fijos en la ciudad, el RACC pide una rebaja radical del plan. Con esta medida, considerada "excesiva" por el club, la ciudad de Barcelona pasaría de los seis radares actuales a tener un total de 54. De los radares fijos previstos, 34 están ubicados en emplazamientos del proyecto Ciudad 30 y 12 en entornos escolares.
El RACC pide al Ayuntamiento que reconsidere la decisión y mantenga sólo 16 radares: los 12 ubicados en entornos escolares y los cuatro radares en tramo, que se instalarían en túneles urbanos. Concretamente, en la ronda del Mig, en el túnel de la Rovira, al túnel de Glòries y en la ronda Litoral, entre Miramar y la Barceloneta.
"A los ciudadanos se les hace muy complicado entender la necesidad de pasar de seis a 54 radares de golpe, sin una razón justificada", explica el club en un comunicado, en el que remarca la notable caída del número de víctimas y heridos graves en accidente de tráfico de la última década, de 304 en el 2010 a 155 en 2020. Si el objetivo de la ampliación es mejorar los comportamientos cívicos, el RACC recomienda aplicar "otras medidas como campañas, en lugar de las sanciones, puesto que estas últimas son percibidas como medidas recaudatorias".