La fábrica de Nestlé en Girona crecerá un 8% este año. La producción de la planta llegará a las 82.000 toneladas entre café soluble Nescafé y cápsulas Dolce Gusto. La empresa ya ha estrenado una caldera que genera vapor a partir del marro del café, después de invertir 17,2 millones de euros, que permitirá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
A pesar de que los planes de la compañía ya preveían este incremento de la producción, el director de la fábrica, Jordi Jaén, asegura que el coronavirus ha influido, puesto que ha aumentado el consumo en los hogares. "Llevamos una progresión bastante buena, y en los últimos cinco años hemos producido más de un 35% de aquello que veníamos haciendo", afirma. La fábrica está situada en el polígono de Domeny y cuenta con 800 trabajadores.
La nueva caldera usa el poso que se obtiene para fabricar el café soluble para crear vapor. Hasta ahora, las 45.000 toneladas que se generan de este producto vegetal se utilizaban como compostaje o combustible para calderas. La caldera permitirá ahora quemar un 80% de este marro en la misma fábrica. El vapor que se cree servirá para generar energía. Jaén explica que de este modo pretenden contribuir a la economía circular y proteger el medio ambiente.
Esto permitirá generar 125.000 toneladas de vapor al año, hecho que supondrá una reducción de un 25% del consumo de gas natural en la fábrica. La empresa asegura que este proceso no es el primero que se introduce en la planta para disminuir las emisiones de CO2. También se ha implantado la cogeneración con turbinas de gas. La fábrica de Girona ha reducido un 35% las emisiones de gases de efecto invernadero y el agua que usa para producir entre 2010 y 2019.
Como parte del sector de la alimentación, considerado esencial, la actividad a la fábrica de Nestlé en Girona no paró durante el confinamiento ni en ninguno otro momento desde que empezó la pandemia. Jaén indica que en todo momento se han aplicado las medidas de seguridad e higiene necesarias para garantizar el bienestar de los trabajadores, como la ventilación de salas, las desinfecciones de vestuarios y comedores, circuitos marcados en el suelo y la toma de temperatura, entre otros.