Un ganadero de Parlavà (Baix Empordà) y un productor de Sant Esteve de Guialbes (Pla de l'Estany) se han unido para crear el primer embutido de Catalunya hecho con carne de wagyú. Aleix Parnau hace 12 años que decidió "reinventarse" y empezar a criar terneros de esta raza japonesa, que se caracteriza por la cantidad de infiltración de grasa que tiene en la carne. Más de una década después, la venta directa de carne fresca a restaurantes se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos, ya que es el único que se dedica a ello en las comarcas gerundenses. Ahora, sin embargo, se ha aliado con Casa Mundet de Sant Esteve de Guialbes para elaborar los primeros embutidos hechos con carne de wagyú. De momento, hacen fuets, sobrassadas, baiones y chorizo.
Del obrador que Jordi Ginabreda tiene en Sant Esteve de Guialbes sale un embutido "exclusivo" en Catalunya. Y es que ahora mismo es el único lugar donde se puede encontrar embutido de wagyú en todo el país y de los pocos lugares en el resto del Estado. Ginabreda explica que la idea surge de ayudar a Aleix a comercializar la carne fresca de esta raza que cría desde hace una docena de años. "Pensamos que podíamos innovar, hacer algo diferente y decidimos apostar por los embutidos de wagyú", explica.
Ginabreda explica que la idea surge de ayudar a Aleix a comercializar la carne fresca de esta raza que cría desde hace una docena de años
Unos embutidos que, evidentemente, son mucho más caros. A modo de ejemplo, el fuet sale a 28 euros el kilo o la baiona a 40. "Tienen el precio que les corresponde, son productos de mucha calidad", explica Ginabreda. A pesar de eso, el productor explica que vende todo lo que fabrica, que todavía es "una cantidad muy pequeña" y ni se plantea la posibilidad de abrirse a mercados más grandes que el local. De momento se pueden encontrar baiones, chorizo, fuet y sobrassada de wagyú.
Un gasto "importante"
Hay que tener en cuenta que de carne de wagyú hay muy poca y que el engorde de estos animales es mucho más largo y caro que el de un ternero, por ejemplo, de raza frisona. En este sentido, el ganadero Aleix Parnau explica que supone un gasto "muy importante" para el campesino. De entrada, hay que tener en cuenta que los animales no se sacrifican hasta que han pasado entre dos años y medio y tres años. Esto encarece mucho el producto, ya que en el engorde de vaca frisona como mucho dura un año y luego se sacrifica el animal.
Todo vendido
La granja de Aleix Parnau es la única de las comarcas gerundenses que se dedica a la cría y venta de carne de wagyú. Eso sí, lo hace de manera directa a los establecimientos que le compran, que mayoritariamente son restaurantes de la demarcación. Una vez se sacrifica un ejemplar, envasan la carne y la venden ellos mismos a los restaurantes. "Lo tenemos todo vendido", señala.