Preside la Cámara de comercio de Lleida y la patronal Pimec. Quedamos para hacer la entrevista, telefónica, un lunes. No es un lunes cualquiera. Es el día en que se retoma la actividad a bares y restaurantes. Estamos a la fase 1 de la desescalada de la segunda oleada del Covid-19. Es consciente que hay muchos temas a tratar. Hace broma y dice que seguramente hablaremos de todo menos de fútbol. De fútbol no, pero lo acabamos haciendo de esquí y de la campaña de la nieve, una de las últimas preocupaciones de los sectores empresariales leridanos, especialmente los del Pirineu.
¿Cómo valora las medidas de desescalada por la pandemia del Covid-19?
Esperamos y deseamos que sea la última vez que cierren determinados sectores, como la restauración. En el caso de Lleida, las restricciones nos han tocado cuatro veces. Hay ámbitos mucho más afectados que en otras zonas de Catalunya, sobre todo la restauración y el comercio. De hecho, el impacto ha sido tan grande que muchas empresas ya no reabrirán. Nuestros cálculos muestran que un 20% del comercio ya ha cerrado. Existen otros sectores, como los productores agrarios, que dependían del canal Horeca, que también han sufrido en silencio. Dicho esto, creo que el plan de desescalada se ha comunicado mejor que el anterior. Al sector empresarial necesitamos previsión y planificación. No se nos puede avisar de un día por el otro, puesto que tenemos que levantar los ERTE, contactar con los proveedores o comprar material. No podemos volver a tener incertidumbre.
"El plan de desescalada se ha comunicado mejor, pero los empresarios necesitamos previsión y planificación y preferimos una buena línea de ayudas que no una bajada de impuestos"
En este momento, ¿el sector empresarial necesita más ayudas o menos impuestos?
Es cierto que los ERTE han servido para evitar algún dolor de cabeza a las empresas. Pero, nosotros apostamos por las condiciones del primer confinamiento, como la reducción de cuotas a la Seguridad Social o rebajas de los alquileres. Los empresarios queremos trabajar, que la actividad sigue adelante y nuestros clientes no cambien de hábitos. Este fenómeno ya lo hemos notado a ámbitos como la restauración o el cine. Nuestra fórmula implica establecer ayudas directas, como los otorgados en los autónomos, que se tendrían que articular analizando sector a sector y estudiando sus necesidades. Mejor unas buenas ayudas, que no una bajada de impuestos. Un ejemplo serían los créditos ICO, en los cuales se han alargado los plazos de devolución, que es una buena medida, pero el endeudamiento lo tienes que asumir igualmente.
Las cámaras de comercio catalanas han impulsado la campaña 'Levanta tu negocio' para impulsar las ventas de autónomos y pymes. ¿Cómo está funcionando?
Está teniendo una gran acogida. De momento, disponemos de una hoja de ruta que establece una reorientación de los negocios, incorporando la digitalización. Ahora estamos llevando a cabo una primera diagnosis de las empresas y hemos constatado más de 70 firmas leridanas interesadas en la iniciativa. Ofrecemos un asesoramiento integral porque se reinventen, busquen financiación, firmen convenios o incluso, aunque no lo deseamos, los ayudamos a cerrar si no ven viabilidad.
Hablando de digitalización, se acaba de presentar el proyecto para que Lleida se convierta en una zona piloto del despliegue del 5G. ¿Qué se quiere conseguir?
Es una iniciativa de la Generalitat de Catalunya para dinamizar el territorio a través de la tecnología 5G. Esto nos permitirá que aparezcan nuevos modelos de negocio. En el caso de la Cámara de comercio, cederemos nuestra sede porque las empresas testegin la tecnología. El objetivo final es crear y configurar un ecosistema tecnológico con startups innovadoras que incluya los sectores que tienen más fortalezas en Lleida: agroalimentario, gestión del ciclo del agua y la atención social.
Las cámaras están siendo protagonistas de una disputa política por la futura Ley de Cámaras con un enfrentamiento con las patronales. ¿Cómo lo vive desde su doble papel de presidente de la Cámara y de Pimec?
Creo que hay lugar por todos los agentes. Tanto las cámaras, como las patronales o los sindicatos. Eso sí, se tienen que delimitar las funciones de cada cual sin que una entidad pise las competencias de la otra. En este momento de crisis, el que menos esperamos y necesitamos los empresarios es que haya conflictos. Es una decisión que se tiene que consensuar de forma sencilla sin llegar a la judicialització. El esencial es que haya una buena ley de Cámaras que reconozca nuestro valor. No se tiene que politizar el tema y puesto que la normativa no se ha podido aprobar antes de finalizar la legislatura, no se tiene que salir adelante a cualquier precio. Este es un ejemplo más de una tendencia que arrastramos desde hace años. La politización del mundo empresarial. Los empresarios ya hace demasiado tiempo que nos sentimos utilizados por los intereses políticos y partidistas. Por su parte, la Administración ha demostrado una falta de eficiencia con temas como las ayudas iniciales a los autónomos o el colapso del SEPE por un déficit en aspectos como la digitalización de los procesos. En este momento, nos hacen falta líderes que piensen el que le falta en el país y que antepongan los intereses comunes a los partidistas. Tienen que ser generosos en una situación crítica. Tienen mucho trabajo a decidir qué hacer con los fondos de reconstrucción de la Unión Europea o cómo transforman determinados sectores económicos.
¿Y los empresarios están bastante unidos para afrontar estos retos?
Es evidente que tenemos nuestras diferencias y visiones de la realidad, pero durante esta crisis del Covid-19 hemos sido un ejemplo. Estamos cohesionados y vamos todos a una, alineados con los intereses comunes a la hora de pedir o reclamar determinadas medidas a las administraciones.
Un interrogante que siempre plana sobre la economía leridana es que hacemos con el aeropuerto. Después de 10 años, ¿ya lo sabemos?
Nos hemos dado cuenta que tiene que estar enfocado hacia el sector industrial. Ya no tiene sentido ni viabilidad pensado por el tránsito de pasajeros. En este sentido, se nos presentan oportunidades en el ámbito de la logística, con productos que entran a fábricas y plantas del Estado y que necesitan conexiones. Tiene muchas oportunidades y un gran potencial de crecimiento. Por otro lado, también hay un compromiso de hacerlo posible, invirtiendo en nuevos hangares, crear escuelas de pilotos y de mecánica aeronáutica, etc. Espero que después de una década, ahora sí, lo tengamos encarrilado.
¿Es peligroso el exceso de dependencia del PIB respecto del sector agroalimentario?
Creo que al contrario. Tenemos que aprovechar nuestras fortalezas y constituir un hub agrodigital y que también tenga en cuenta las empresas tecnológicas punteras en maquinaria agrícola. Contamos con fabricantes potentes. Es cierto que en el caso de la ganadería, nos hay que tener mataderos de porcino para transformar los animales que engordamos, pero también nos podemos beneficiar de la normativa de bienestar, que recomienda que las instalaciones estén cerca de los centros de producción.
Sorprende que, durante la pandemia, Lleida sea la única demarcación catalana dónde han crecido las exportaciones.
Insisto que tenemos firmas punteras con una capacidad exportadora importante. Somos líderes estatales en sectores como el de los forrajes, aceite de oliva y sector porcino, donde hagamos envíos a países de fuera la Unión Europea. Lleida es tractora y lo seguirá siendo cuando hayamos superado la crisis.
¿Servirá la apuesta por la digitalización para revertir el despoblamiento y promover el equilibrio territorial?
La pandemia y el confinamiento nos han servido para comprobar la calidad de vida que supone vivir en un entorno rural. Está claro que era mejor pasar el confinamiento en determinados lugares. Esta percepción tiene que ir acompañada de una apuesta del Gobierno para extender la fibra óptica y reforzar las telecomunicaciones. Tenemos una oportunidad porque vuelvan las segundas generaciones que se marcharon a Barcelona, puesto que aquí no encontraron oportunidades ni laborales ni vitales. Tenemos que captar el talento, pero también retenerlo. Por este motivo, resulta esencial lo 'hub' agrodigital que estamos impulsando. El ecosistema ya creado lo tenemos que aprovechar y hacer crecer.
"No sé si es más grave el centralismo que tenemos a 600 kilómetros o el que sufrimos de Barcelona"
¿Cómo se puede sacar Lleida el estigma de la 'Cenicienta' de Catalunya que se le otorgó en verano?
Incluso el presidente Tuesta nos pidió disculpas por culpabilitzar Lleida de ser el foco de la segunda oleada del coronavirus. Se configuró una opinión generalizada, propulsada por los políticos y los medios de que el virus lo propagaban los temporeros, que nos costará sacar's de sobre. Yo quiero recordar que si determinadas personas se paseaban por Lleida sin permiso de trabajo era porque en Barcelona y a localidades de la costa lo habían perdido por el confinamiento. No sé si es más grave el centralismo que tenemos a 600 kilómetros o el que sufrimos de Barcelona. Esta forma de entender el territorio ahora nos ha vuelto a perjudicar en la campaña de Navidad a determinados territorios, donde la gente va a practicar el esquí, como puede ser la Cerdanya. Si no se toman las medidas para garantizar la actividad, el impacto económico en una zona concreta puede volver a ser brutal.