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La industria del videojuego catalán: ¿hay oportunidades más allá de Barcelona?

La ciudad condal concentra el 90% de los estudios del Principat mientras ciudades como Girona o Terrassa intentan impulsar los ecosistemas locales con formación e incubación de empresas

videojocs catalunya fora barcelona gamegi cubus games jellyworld
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Periodista
Barcelona
16 de Abril de 2025
Act. 16 de Abril de 2025

Hace años que Catalunya actúa de facto como el gran motor del sector de los videojuegos en el estado español: los 709 millones de euros de facturación (el 52% del conjunto del Estado), 4.619 trabajadores (50%) y 239 estudios (30%) lo constatan. Estos datos corresponden a 2022 y son extraídos del Llibre Blanc La indústria catalana del videojoc 2023 (la edición más reciente), documento que también deja claro que en realidad hablamos más de Barcelona que de Catalunya: la demarcación capital aglomera el 90% de los estudios de videojuegos del Principado, por un 5% de Girona, un 3% de Tarragona y un 2% de Lleida.

 

La concentración de la industria en la provincia (y, más concretamente, en la ciudad) de Barcelona responde al ecosistema que se ha ido formando durante la última década alrededor de la capital catalana. El auge de empresas locales en el ámbito del videojuego móvil, como Digital Legends o Socialpoint; la consolidación de grandes corporaciones internacionales que hace tiempo que trabajan desde Barcelona, como la francesa Ubisoft (con dos estudios) o la sueca King (creadores de Candy Crush), y la llegada en el último lustro de compañías como Larian Studios, Paradox Interactive o Sandsoft han ubicado Barcelona en el mapa internacional. Ferias, congresos y encuentros periódicos han dinamizado un networking que también incorpora el talento local surgido de los abundantes grados y ciclos formativos que ofrecen las universidades y escuelas barcelonesas.

Viendo la alta concentración de personas, empresas y actos que tiene Barcelona, es comprensible que aquellos que busquen una oportunidad para tener éxito dentro del sector se dirijan a la capital en busca de oportunidades. Sin embargo, ¿en qué posición deja esto al resto del territorio?

 

Crear videojuegos fuera de la capital

Uno de los 'satélites' de la capital catalana que puede hablar desde la experiencia es Cubus Games. Nacido en Igualada hace ya 11 años, este estudio de videojuegos ha ganado notoriedad recientemente por ser el encargado de diseñar el videojuego Crims: casos oberts de 3Cat, pero su portafolio supera la treintena de obras. “La mayoría de los fundadores somos de aquí, vivimos aquí y habíamos trabajado con otras empresas de software en Igualada, y no planteábamos la posibilidad de trabajar en otro lugar. Fue una decisión natural”, explica el cofundador de la empresa, Quim Garreta. A pesar de admitir el “polo de atracción” que es Barcelona y la sensación habitual “de que todo pasa allí”, Cubus Games nunca se ha planteado hacer un traslado, en parte porque la distancia con la capital no es tan grande como para impedirles desplazarse allí para actos y ferias importantes. 

De hecho, uno de los puntos fuertes de la compañía es la vinculación con otras entidades y asociaciones del territorio que ha tejido con el paso de los años. Uno de los campos que más ha explorado es el del patrimonio cultural, creando videojuegos como Terra de castells, para descubrir las fortalezas de la comarca de Anoia, o bien La ruta dels íbers, desarrollado para el Museu d'Arqueologia de Catalunya. “Tenemos un vínculo con la asociación TICAnoia por motivos obvios de estar en la misma ciudad, pero también con jornadas de patrimonio, estamos presentes en actos y eventos del sector del videojuego y hemos colaborado con otras empresas tecnológicas”, enumera Garreta.

Esta conexión con entidades locales no nace de la nada, sino que es un “trabajo de campo, de pico y pala, de estar allí, entender el sector y explorar mucho las posibilidades de colaboración”. “Quizás hemos estado en 200 eventos”, comenta Garreta, una cantidad de actos que también destacan por su diversidad, ya que abarcan desde la tecnología inmersiva y los videojuegos hasta los museos, el turismo o la edición de libros.

Cubus Games ha desarrollado desde Igualada más de 30 videojuegos propios y para clientes locales en 11 años de vida

De la misma manera que las otras industrias tecnológicas, la del videojuego ha sido capaz de captar talento de todo el mundo gracias a las posibilidades de trabajo en remoto. Esta no es la estrategia por la que han optado en Cubus Games, que prefieren tener todo el equipo presencialmente por cuestiones creativas y para discutir las iteraciones de los proyectos. En cambio, sí que es la vía que ha permitido salir adelante a Jellyworld, estudio independiente establecido en Olot y fundado por la desarrolladora Gisela Vaquero. “Todos trabajamos a distancia desde que empezó, y esto ha facilitado todo el movimiento, desplazamientos y contratación de equipos, que se reparten entre Barcelona, Málaga y Madrid”, explica la emprendedora.

Esta filosofía es impulsada desde el primer momento por Vaquero, que se considera “bastante nómada” después de haber vivido en Girona, Barcelona, Empuriabrava, Pamplona o Madrid, entre otros. De hecho, la desarrolladora fundó Jellyworld en 2016 cuando vivía en Irlanda del Norte, y ahora está en Olot porque es donde tiene la familia y el entorno. 

Para Vaquero, las dificultades de trabajar en el sector de los videojuegos desde la capital de la Garrotxa no radican en la distancia —“De Olot a Barcelona hay una hora en coche”, insiste— sino en los “prejuicios que se crean”: “Tú puedes desarrollar videojuegos a distancia, pero necesitas los contactos de las grandes ciudades para mantener el negocio”. Unos contactos que incluyen las editoriales o publishers, encargadas de comercializar, promocionar y (no siempre) financiar los juegos, pero también profesionales como programadores, artistas, músicos o actores de voz con quien colaborar. “En Barcelona cada mes se hacen encuentros mensuales, quedadas y otras actividades. Y a mí me invitan porque me conocen, pero si no… Muchas veces, como que ya no vives en Barcelona, quizás ya ni te llaman”, confiesa la desarrolladora.

Los otros 'hubs' del videojuego catalán

Tanto Garreta como Vaquero coinciden con la relevancia que tiene, dentro del sector de los videojuegos, trabajar con insistencia el aspecto relacional, y en cómo Barcelona es el lugar que lo pone más fácil en Catalunya. Ahora bien, ¿es realmente el único hub del videojuego que tiene el territorio?

El más grande, sí, por supuesto; pero hay poblaciones que hace años que trabajan para tratar de descentralizar un poco el sector y ofrecer alternativas de desarrollo profesional y relacional a los ecosistemas locales. Vaquero destaca especialmente el caso de Girona, ciudad que concentra tres elementos clave: la formación universitaria y de ciclos formativos que ofrecen centros como la Universidad de Girona (UdG), CIFOG o La Salle Girona; los talleres, charlas y encuentros que organiza El Modern, el centro audiovisual y digital del Ajuntament; y la aceleración y profesionalización de empresas que se lleva a cabo en GameGi.

Esta última entidad ha dado un impulso al ecosistema local de la ciudad en los últimos años. GameGi nace como una réplica en Girona del programa de incubación de GameBCN, iniciativa que ha acelerado casi un centenar de estudios locales e internacionales, entre los cuales destacan nombres como Mango Protocol, Appnormals Team, Herobeat Studios o el ya difunto Lince Works. GameGi surgió con el objetivo de “generar y potenciar un tejido industrial que ya existía en Girona”, según explica el director del programa, David Darnés: “Contábamos con un grado universitario, diferentes ciclos formativos y gente que tenía muchas ganas y proyectos en marcha”. 

La iniciativa, que este 2025 tiene en marcha ya la tercera edición, ofrece a los estudios incubados una beca de 4.000 euros y un período de seis meses para desarrollar una primera versión funcional de su juego. Durante este tiempo, los equipos pueden trabajar en un espacio en el Modern y reciben 60 horas de formación, 32 horas de mentorías y acceso a múltiples charlas y talleres. El programa concluye con un demo day donde se presentan los proyectos incubados ante empresas y profesionales de la industria y de estudiantes.

GameGi impulsa y profesionaliza estudios de videojuegos gerundenses con becas, formaciones, mentorías y contacto con la industria

Contando los de la edición actual, GameGi ha impulsado desde que empezó un total de ocho equipos, y aunque no hay ninguna cláusula que lo rija, todos ellos han sido formados por estudiantes o profesionales del sector de las comarcas gerundenses. “El primer cultivo que hacemos es de graduados, o bien de gente que ya trabaja dentro de la industria”, señala Darnés. El director de GameGi cree que Girona destaca dentro del territorio catalán por la abundancia de talento disponible y por los pequeños proyectos del mundo independiente, así como por las charlas de industria que se impulsan desde el Modern, que define como “la casa de los videojuegos de Girona”. 

Esta presencia de talento joven que subraya Darnés es fruto de la oferta formativa disponible en la ciudad, uno de los elementos que el cofundador de Cubus Games, Quim Garreta, cree que pueden servir como semilla para hacer crecer nuevos ecosistemas locales que ayuden a desconcentrar la actividad del sector. Es la estrategia que, por ejemplo, también se está siguiendo en Terrassa a través del Centre de la Imatge i la Tecnologia Multimèdia (CITM-UPC), uno de los pioneros en la enseñanza universitaria de videojuegos en Catalunya que este año celebra el 10º aniversario del grado en Diseño y Desarrollo de Videojuegos. El CITM no sólo ha formado una nueva hornada de desarrolladores catalanes, sino que también genera conocimiento a través de la investigación académica y es el organizador del Indie Games TRS, un congreso dedicado a la industria del videojuego independiente que ya suma dos ediciones.

Girona y Terrassa son posiblemente las poblaciones más destacadas, pero no las únicas: Amposta acoge desde 2019 el evento cultural Video Art Game (VAG); Mataró y Vic ofrecen estudios universitarios desde el Tecnocampus y la UVic-UCC, y multitud de ciudades tienen escuelas y centros educativos con ciclos de formación profesional en videojuegos o animación. Sea cual sea el caso, Darnés tiene claro que la clave para generar nuevos ecosistemas se encuentra en tres ingredientes: la formación, las empresas y el apoyo institucional. “Es la base con la que creció Barcelona”, coincide Gisela Vaquero, subrayando la importancia de montar actividades periódicas para que “la gente se vaya conociendo entre ellos”. La receta ya existe, ahora sólo queda cocinarla.