Desde el verano, el paisaje de la localidad leridana de Raïmat ha cambiado. La población de 505 habitantes, que es una Entidad Descentralizada (EMD) de Lleida, ha incorporado 70 placas solares en los tejados de 18 viviendas. La instalación no lo ha llevado a cabo una empresa o multinacional para aprovechar la energía generada y comercializarla. En este caso, la iniciativa ha surgido de una nueva fórmula: la compra colectiva vecinal.
Asesorados por la Agencia de la Energía de la Paeria y por la ingeniera local Becquel, sus habitantes se han agrupado, invirtiendo conjuntamente en las obras, y han comprobado como con las instalaciones, que cuestan entre 4.000 y 4.800 euros cada una, consiguen pagar menos de luz, una reducción del IBI y una rebaja en las toneladas de emisión de CO2. Todo, gracias a las placas solares de autoconsumo.
El responsable de marketing y comunicación de Becquel (la empresa encargada del proyecto), Carles Rabada, explica que "hemos intentado adaptarnos a las necesidades de cada vecino, que han acabado viendo cómo es una realidad que funciona". La primera ronda de instalaciones finalizó después del verano y ha recibido el apoyo del Ayuntamiento de Lleida, que además del asesoramiento, aplicará una rebaja del 10% al IBI durante cinco años. "Con esta medida, te están pagando casi la instalación", matiza Rabada. De hecho, el éxito de las placas solares de autoconsumo ha hecho que Becquel ya trabaje a poner en marcha durante el mes de noviembre otra obra a Raïmat, resultado de una compra colectiva de 13 casas, que permitirá siete nuevas instalaciones.
Gracias a la unión vecinal, los plazos de amortización de la instalación se acortan. Así, la agrupación de 18 personas ha derivado en que la recuperación del dinero pase de los siete a los cuatro años. Para ser considerada una compra colectiva, es necesaria la intervención de un mínimo de seis personas. La misma dinámica que se está siguiendo en Raïmat ya se ha desplegado en Alcarràs, Bellvís o en el barrio leridano de la Bordeta.
El impulso normativo y del ahorro
Sólo con la compra del material, la modalidad de contratación colectiva ha facilitado un ahorro de entre 300 y 500 euros. Las rebajas se extienden en la tarifa eléctrica y al menor consumo de CO2, que en este caso disminuye unas 16 toneladas. "Nos ha ayudado mucho que el Ayuntamiento de Lleida participara y se implicara con charlas e información para promover el proyecto, además de asumir el riesgo, instalando placas en dependencias municipales para reivindicar su viabilidad", recuerda Rabada.
El Ayuntamiento de Lleida, que ha asesorado los vecinos con el objetivo de crear comunidades locales de energía, rebajará el IBI un 10% durante cinco años
Desde la Paeria valoran las tareas de organización de la compra colectiva realizadas por el equipo de gobierno de Raïmat, lo que ha generado un proceso de interacción con vecinos y vecinas. La Agencia de la Energía añade que "el hecho que la empresa ejecutora sea local hace la iniciativa más interesante porque contribuye a la activación económica y sostenible".
La entidad considera que "los atractivos fiscales y el ahorro a la factura que percibirán los usuarios desde el primer día facilitarán futuras inversiones". En este sentido, insisten que la bajada de los impuestos comportará que el esfuerzo económico de las familias sea mínimo.
Propuestas como las de los vecinos de Raïmat son posibles gracias a la derogación del impuesto al sol, un tributo que hasta el año 2018 penalizaba las instalaciones de autoconsumo energético, haciendo que el consumidor tuviera que pagar los impuestos que generaba la producción. Esta flexibilización normativa ha impulsado la búsqueda de estas acciones como un medio para lograr, primero el ahorro económico, y después el ambiental. Rabada admite que "a muchos clientes los captamos por el bolsillo, pero después ven que es un paso inicial por un compromiso más ecológico".
Becquel, la ingeniería leridana que lo ha tramitado, hará una segunda instalación a la población y prevé nuevas acciones en la Noguera y en la Alt Camp
El caso de Raïmat puede ser la antesala de la formación de las comunidades locales de energía renovable. Esta concentración de placas de autoconsumo en un barrio o localidad permite la creación de estas estructuras, que son una herramienta para distribuir la producción eléctrica de forma sostenible. Este camino comporta una mayor autosuficiencia del consumidor y una menor dependencia de las grandes compañías suministradoras que evita episodios de pobreza energética. En Rodonyà (el Alt Camp) o Bellcaire d'Urgell (Noguera) es donde se dirigen los pasos de Becquel para fomentar el autoconsumo a nuevas comunidades con placas solares que tienen una vida útil de como mínimo 30 años.